Sánchez-Prieto remodela la cúpula de Iberia frente a los retos del Covid
Javier Sánchez-Prieto, nuevo presidente de Iberia tras el nombramiento de Luis Gallego como consejero delegado de IAG, ha reestructurado la cúpula de la compañía para «hacer frente a los retos de la Covid-19 y avanzar hacia la recuperación paulatina de la demanda y la actividad».
Uno de los principales cambios pasa por reducir las direcciones del comité. Así, el área comercial (dirigida hasta ahora por Marco Sansavini, nuevo presidente de Vueling), y la de red y alianzas se integran en un solo bloque dirigido por María Jesús López Solás. Del mismo modo, la compañía fusiona las funciones de transformación y sistemas con las de cliente en un departamento dirigido por Gabriel Perdiguero.
Pero la novedad más importante es que se crea un área llamada personas, que estará comandada por Agustín González Hermosilla, hasta ahora director de recursos humanos en Ferrovial Servicios España. Este departamento se encargará tanto de las relaciones laborales como de la gestión de talento.
De igual forma, se nombra a Andy Best como director del área de mantenimiento «mientras se analiza el proyecto de desarrollo a futuro del negocio». El resto del equipo lo forman las personas y funciones actuales: José Antonio Barrionuevo como director de Estrategia y Finanzas; Juan Cierco como director Corporativo; Rafa Jiménez Hoyos, director de Producción; y Ángel Marcos como director de Servicios Aeroportuarios. En total habrá ocho direcciones.
La crisis de la aviación
«La situación actual, muy condicionada por la pandemia del coronavirus, nos obliga a tomar decisiones rápidas. El nuevo equipo directivo cuenta con la experiencia, solvencia técnica y determinación que necesitamos en este momento para superar los retos a los que nos enfrentamos y seguir avanzando hacia la recuperación de la demanda», explicó ayer el presidente de la aerolínea, Javier Sánchez-Prieto. La remodelación de la dirección de la compañía ha sido una de sus primeras decisiones al frente de Iberia.
El expresidente de Vueling tendrá que lidiar con la pandemia del coronavirus, que ha provocado un desplome del tráfico aéreo del 80% este verano y dejará este año un agujero financiero de 15.000 millones en las compañías españolas, según la patronal internacional del sector aéreo IATA.