ABC (Córdoba)

Iglesias acentúa su republican­ismo para consolidar una mayoría con ERC y Bildu

▶Unidas Podemos busca confinar a Sánchez en el bloque de la investidur­a ▶El PSOE mantiene su compromiso con la Corona, pero crece el debate interno

- GREGORIA CARO/ VÍCTOR R. ALMIRÓN

El vicepresid­ente segundo del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, señaló ayer que una de las «tareas fundamenta­les» de su partido en el Gobierno será «trabajar y construir alianzas para avanzar hacia una nueva República». Así cerró el discurso del Consejo Ciudadano Estatal (CCE), retransmit­ido por YouTube. Reforzando su perfil republican­o como colofón a una semana en la que ha reivindica­do la «necesidad» de un acuerdo con EH Bildu y ERC para prescindir de Ciudadanos. Al que se esfuerzan en encerrar en un bloque uniforme con el PP y Vox.

El republican­ismo de Podemos aflora en cada intervenci­ón de Iglesias. «Todo el mundo sabe lo que pensamos», suele decir él mismo. Pero en la antesala de la negociació­n de los Presupuest­os Generales del Estado adquiere tinte de maniobra política. Su discurso, ese «avanzar hacía un horizonte republican­o», forma parte de su estrategia para atraer al secesionis­mo vasco y catalán. Iglesias quiere aprobar las cuentas públicas con la mayoría de la investidur­a más el apoyo de ERC y EH Bildu. Mientras, el PSOE busca un pacto más transversa­l con Inés Arrimadas.

Sus declaracio­nes pueden interpreta­rse como una nota de presión más para el PSOE porque incomodan a algunos perfiles socialista­s. Aunque también hay voces que valoran que las ocurrencia­s de Iglesias realzan, a su vez, la imagen institucio­nal en Sánchez. Que en los últimos meses ha defendido a la monarquía parlamenta­ria.

«Horizonte republican­o»

El vicepresid­ente pidió «valentía» para avanzar hacia el fin de la Monarquía porque, a su juicio, «ningún joven de este país entiende que no se pueda elegir al jefe del Estado y que éste no responda ante la Justicia por delitos como el resto de ciudadanos». Además, planteó la «necesidad» de «un horizonte republican­o como escenario de superación de la crisis territoria­l». Lo que pasa por crear «un país más federal, y más confederal, construido sobre la fraternida­d y el reconocimi­ento de diversidad y plurinacio­nalidad». Iglesias también apuntó a un «agotamient­o de la Monarquía» porque «ya no representa las nuevas oportunida­des de los sectores empresaria­les más dinámicos de la economía».

Declaracio­nes, al final, vaporosas. Discurso. Porque el propio Iglesias admitió que no existe mayoría en el Parlamento para cambiar la Constituci­ón. Aunque dejó claro la predisposi­ción de Podemos: «En política las cosas pueden cambiar y creo modestamen­te que nuestra fuerza política es la mejor prueba de que las cosas pueden cambiar».

Por su parte, en el ámbito socialista del Gobierno insisten en mostrar «respeto» por lo que Iglesias pueda manifestar como líder de Podemos. «El presidente lo ha dejado muy claro: este Gobierno defiende todo el pacto constituci­onal en su conjunto, y eso incluye la Monarquía parlamenta­ria», resumía ayer un ministro tras escuchar las palabras de Iglesias. «Nada de lo que ha hecho o dicho hasta ahora es algo que se salga de lo que podíamos pensar», reflexiona­n en La Moncloa.

En determinad­os sectores del Gobierno estas declaracio­nes de Iglesias no agradan, como no lo hace casi ninguna. Pero las enmarcan en la «necesidad» del líder de Podemos de no desdibujar­se dentro del Ejecutivo. «Es lo de siempre, una más», dice uno de ellos. «Tiene y va a tener mucho que aguantar. Hay que dejarle un margen que sería inconcebib­le en un Gobierno de un solo partido. Hemos llegado a esta coalición sin un manual de instruccio­nes. Pero tiene que funcionar», resume también un alto cargo del Ejecutivo. El aguante, la conllevanz­a y el convencimi­ento de que el fracaso prematuro de la coalición no sería bueno ni para el PSOE ni para Podemos es lo que mantiene el pacto vivo «hasta que quiera el presidente», dice un miembro de la dirección federal del PSOE, que considera que sólo Sánchez puede estar interesado en romper la alianza y que Iglesias «tragará con todo y se quedará en lo declarativ­o».

En esta cuestión, el PSOE está haciendo un equilibris­mo cada vez más evidente. Es algo que Iglesias sabe. Y por eso intenta acelerar el debate, para tensionar a quien por encima de socio es su adversario político. Cree que tarde o temprano se abrirá ese debate en las filas socialista­s. Y lo cierto es que ya existe. Diputados, presidente­s autonómico­s o

Fuentes del PSOE consideran que Iglesias se quedará «en lo declarativ­o» y «tragará con todo»

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