De frenar la tuberculosis a fabricar millones de vacunas contra el Covid
▶ Un laboratorio de Vigo fabricará uno de los prototipos de Estados Unidos
(sin contar la producción que haga la propia Novavax en su planta de República Checa) que fabrique la inyección de la norteamericana. Todo un reto, según explica el CEO del grupo, Andrés Fenández, que exigirá a esta pequeña empresa ampliar al máximo su capacidad productiva para conseguir generar «cientos de millones de dosis» llegado el momento.
Inmersa en estos momentos en el proceso de transferencia tecnológica, el acuerdo entre ambas partes fue fraguándose a lo largo de la primavera, cuando Novavax comenzaba a moldear el proyecto. «Nunca habíamos trabajado con ellos, pero ya nos conocían de haberles ofrecido nuestras instalaciones», cuenta Fernández. Con una dilatada experiencia en el campo de la veterinaria, CZ Vaccines, la empresa «germen» del grupo, dio el salto al ámbito de la salud humana en 2008 a través de Biofabri, una nueva filial dedicada a esa rama. Su ópera prima, que aún se encuentra en fase 2 con ensayos en recién nacidos y adultos, fue la MTBVAC, un antivírico contra una de las enfermedades más antiguas: la tuberculosis. Para ello crearon sus propias infraestructuras, pero al no resultar rentables si solo se empleaban para dicho proyecto empezaron a ofrecérselas también a otras firmas, entre ellas Novavax.
La inyección de la norteamericana, actualmente en fase 2 y con vistas a empezar la tercera y última a finales de este año, podría estar lista para el segundo semestre de 2021 en el supuesto de que no haya contratiempos. Lo que sí ha avanzado Biofabri es que comenzará la producción en paralelo al desarrollo de la fase 3, algo que según el CEO «ya están haciendo muchas otras farmacéuticas». El objetivo no es otro que contar con el máximo posible de dosis para proceder a su distribución una vez superadas todas las pruebas. Una estrategia no exenta de riesgo que podría derivar tanto en un éxito rotundo como en un esfuerzo en balde en caso de que el antídoto se revele ineficaz durante los ensayos finales. Pero también un acto de valor habida cuenta de la necesidad de poner fin a la pandemia cuanto antes. «De la otra forma tardaríamos mucho en llegar al mercado», explica el máximo responsable de Zendal.
Fases solapadas
Preguntados por las crecientes dudas de algunos sectores sobre los tiempos récord en la culminación de fases, la compañía responde que «lo que se está haciendo es solaparlas: cada vez son más cortas, pero al mismo tiempo cuentan con más participantes. Así, antes de tener el certificado de finalización de una fase ya se está empezando la siguiente si todo indica que el compuesto es efectivo, algo que no se había hecho con otras vacunas».
Con un total de 15 plantas de producción de las que un número aún no determinado estarán funcionando a pleno rendimiento en cuestión de «dos o tres meses», Zendal (a través de Biofabri) se encuentra ahora a la espera de conocer la composición del antígeno. Por el momento, varios responsables de Novavax se han desplazado al complejo de O Porriño para asegurarse de que la vacuna (de nombre NVXCoV2373) sea «exactamente igual» a la que desarrollan en Estados Unidos. A partir de ahí, solo quedará esperar a concluir el proceso de transferencia tecnológica y dotación de equipamientos para iniciar la fabricación.
El grupo, que cuenta con una plantilla compuesta por algo más de 300 trabajadores que pretende ampliar, se muestra algo escéptico en cuanto a una hipotética erradicación del virus: «En la historia solo se ha conseguido con dos enfermedades infecciosas», responden. Con todo, destacan que los plazos de la americana «se están cumpliendo» con resultados «alentadores». Ahora, solo queda confiar en que nada se tuerza y esta pequeña empresa pase a los anales de la ciencia española como la primera fabricante de uno de los remedios que pusieron el punto y final a la trágica aparición del Covid.
Contra reloj
La empresa comenzará la producción en paralelo a la fase 3 con el objetivo de agilizar la distribución