Doña Sofía, la Reina que ha sabido estar en su sitio contra viento y marea
A Corinna Larsen le molestaba que Doña Sofía besara a Don Juan Carlos en público
on camisa de cuadros, alpargatas y pantalones vaqueros, la Reina Doña Sofía estuvo ayer recogiendo la basura arrojada sobre una playa de Málaga. Su primera aparición en público, tras las declaraciones de Corinna Larsen, no pudo ser más metafórica. Si una utilizaba una entrevista en el «Paris Match» para arrojar más basura en la ya de por sí enfangada realidad española, la otra recogía residuos.
Una vez más, Doña Sofía marcaba distancias con la ambiciosa mujer que un día soñó con ocupar su puesto. Pero lo más sorprendente es que la Reina no ha hecho nunca nada con esa intención. A Doña Sofía le mueven otros pensamientos. Ella siempre ha sabido estar en su sitio, que no es otro que el que los españoles esperan y desean de un miembro de la Familia Real. Hija, hermana, esposa, sobrina, nieta y madre de Reyes, ella cree que uno debe procurar estar siempre a la altura de las circunstancias, aunque los demás no lo estén. A las personas que actúan así, las bajezas de los demás las engrandecen.
Mantener esta actitud no ha sido fácil en los últimos años, en concreto desde que Corinna Larsen irrumpió como un tornado destructor en la vida de Don Juan Carlos. Mucho antes de que la opinión pública conociera la existencia de esta mujer, ya empezaron a vivirse situaciones tensas en el entorno del entonces Monarca, incluso en los actos institucionales en los que tradicionalmente comparecían juntos Don Juan Carlos y Doña Sofía.
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