Seis comunidades adoptan medidas muy duras como antesala del encierro domiciliario
▶ El tsunami de casos se expande a todo el país, en riesgo máximo, salvo Asturias y Canarias
Retorno a mediados de abril. Sin confinamiento total, pero con restricciones muy severas. Hasta el punto de no permitir reuniones de más de cuatro personas o de un solo grupo de convivencia (como ha hecho el Gobierno balear para Mallorca e Ibiza), algo que no pasaba desde marzo. Los presidentes regionales de Navarra, Galicia, Murcia, Extremadura, Cantabria y La Rioja anunciaron ayer esas y otras medidas para frenar como sea lo que la presidenta riojana, Concha Andreu, tildó de «muro vertical de contagios». Una explosión de casos que ayer pulverizó marcas anteriores y creció hasta los 38.869 nuevos contagios (y 195 muertes) al día. En algunas regiones, como Andalucía, que dará a conocer sus medidas mañana, plantean al Ejecutivo central como opción plausible que ordene con urgencia un encierro domiciliario, mientras que el presidente de Castilla y León, Alfonso F. Mañueco, se ha bajado de esa pugna y dijo ayer que han encontrado al Gobierno cerrado ante esta opción.
Así que no queda más que caminar por cuenta autonómica. De hecho, ayer, en el seno del Consejo Interterritorial de cada semana, fueron varios los consejeros del ramo que trasladaron a los ministros de Política Territorial y Sanidad, Carolina Darias y Salvador Illa, respectivamente, la tesitura de que la «cogobernanza» se fulmine y sea el Ejecutivo central el que dicte el cierre
Grupo prioritario tras las residencias y los sanitarios