Así revivió Cajasur: bajar costes, más negocio clásico y salvar el lastre del ladrillo
▶Mario Fernández, presidente de BBK entonces; Carlos Pla, primer ejecutivo del banco cordobés, y uno de los interventores del FROB desgranan las claves de la operación que agitó el sector
Cajasur saldó 2020 exhibiendo fortaleza en el año de la crisis del Covid: tuvo 12,4 millones de beneficios. Nada que ver con lo que pasó una década atrás: en 2010, quebrada, perdió 1.139 millones. En el ejercicio actual, se cumplen diez años desde que BBK, caja vizcaína después integrada en Kutxabank, el grupo de entidades financieras vascas, tomó su timón. Cajasur estaba contra las cuerdas por las fallidas inversiones en la construcción, tras estallar la burbuja inmobiliaria en 2007 y desatarse luego una crisis general. En mayo de 2010, el Banco de España la intervino, con lo que la Iglesia perdió su propiedad —en su consejo, además del Cabildo, estaban los partidos políticos a través de las instituciones y representantes de los impositores y empleados—. Luego, la sacó a la venta. BBK la compró y cogió sus riendas el 1 de enero de 2011. La caja vizcaína, que no se había dejado seducir por el boom del ladrillo, se puso manos a la obra para potenciar el negocio tradicional bancario de Cajasur, su gran fortaleza.
La convirtió en un banco —dejó de ser una caja— e inició una fructífera andadura. Tres protagonistas de esa operación [Mario Fernández, presidente de BBK de 2009 a 2013 y de Kutxabank de 2012 a 2014; Carlos Pla, que presidió Cajasur de 2011 a 2013; y José Antonio Iturriaga, que lideró el equipo del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) que guió los pasos de Cajasur desde su intervención hasta que BBK desembarcó] la rememoran para ABC y dan las claves de un éxito que llega hasta hoy. Primero los datos que avalan dicho éxito.
En 2020, su solidez se evidenció de nuevo. Su patrimonio neto positivo fue de 1.278,3 millones, que es la cifra en la que su activo (12.470,6) superó a su pasivo (11.192,3), según CECA (Confederación Española de Cajas de Ahorro). Y, como se ha reseñado, los beneficios fueron de 12,4 millones.
Los resultados positivos han dominado desde que BBK —luego, Kutxabank— pilota Cajasur. En 2011, ya hubo beneficios: 2,9. Crecieron hasta 22 millones en 2019, mejor guarismo de la nueva etapa. En 2020 bajaron a 12,4 (-44%), si bien los resultados de todo el Grupo Kutxabank los marcó la máxima prudencia por la incertidumbre de la recesión. Provisionó 346 millones.
Una estructura distinta
Estos beneficios los logra el banco con una estructura que ha cambiado mucho en esta última década. Hoy tiene 310 sucursales (todas en Andalucía). Al acabar 2010, eran 466 (421 en la región y 45 en otras autonomías). Son 156 menos (-33,5%). Pesa que 70 oficinas echaron la persiana en 2011. Cuando llegó BBK, era necesario bajar costes para alcanzar la viabilidad.
Además, a finales de 2010, tenía 2.860 empleados. Ahora, son 1.753, 1.107 menos (-39%). Hay que tener en cuenta que en 2011 dirección y sindicatos acordaron 638 salidas como una de las medidas para la supervivencia de la entidad. Se buscaba ahorrar 42 millones. La pérdida de empleo y el cierre de sucursales en la última década se da en todo el sector financiero.
Lo que no ha cambiado respecto a 2010 es el papel de Cajasur en el mercado provincial y regional. Según la CECA, al acabar 2020 sumaba 9.263 millones en depósitos y 9.058,1 en préstamos. El banco informó a ABC de que su cuota de mercado en el crédito hipotecario supera el 47% en Córdoba y es del 16,3% en Andalucía. Fuentes de
Presentación en sociedad en Córdoba
Cajasur tras llegar BBK
La recibió con 1.139 millones de pérdidas en 2010 y en 2011 dio 2,9 de beneficios, que han ido en aumento
«Quitamos de las oficinas las operaciones de riesgo muy elevado, que fueron a una unidad de gestión. Así, éstas pudieron dedicarse al negocio minorista»
la entidad destacaron que «las líneas de negocio en la que más hemos crecido» en los últimos años son crédito hipotecario, fondos de inversión y planes de pensiones [ver despiece sobre su evolución]. Baste reseñar que en 2012 el volumen de nuevas hipotecas de Cajasur fue de 100 millones y en 2020 se elevó a más de 900. «La integración es un hecho en resultados y cultura corporativa diez años después», destacan fuentes del banco.
Para que esta brillante historia se escribiera, hubo un prólogo. El Banco de España intervino Cajasur en mayo de 2010 y el recién nacido FROB envió a Córdoba tres interventores (Tomás González, Francisco Orenes y José Antonio Iturriaga, que era el máximo responsable de este equipo) para que dirigieran la entidad y prepararan su venta. Iturriaga, en declaraciones a ABC, recuerda que hallaron una caja «muy deteriorada»: «Tenía una importantísima inversión inmobiliaria, que