«La terapia es la clave para aprender a vivir tras la muerte de un hijo»
Araceli Cabello Responsable en Córdoba ▶ Entró en la asociación para buscar ayuda al fallecer su hijo y hoy anima a las familias a que reciban ayuda como la que presta la entidad
«Tuve que aprender a vivir de nuevo cuando mi hijo se fue de muerte súbita», confiesa Araceli Cabello que en este trance se encontró con dos hijos menores de edad a los que ella y su marido tenían que apoyar a superar la pérdida de su hermano. Las únicas herramientas que les ofrecieron entonces fueron ansiolíticos y una cita cada tres meses con un especialista. «No quería medicarme porque entiendo, al menos en mi caso, que la muerte de un hijo no se supera con pastillas». Dio con la asociación Alma y Vida y comenzó a ir a terapia semanalmente a Sevilla, «la única manera de sobrellevar el duelo y aprender a vivir es con especialistas en la materia y con otros padres que hayan pasado por lo mismo». Tras años desplazándose a la ciudad vecina se cruzó en su vida el psicólogo cordobés Rafael García, un «ángel» que ofrece su ayuda a cordobeses periódicamente en el centro cívico Poniente Sur dando esperanza ante un desconsuelo que supone todo un proceso a largo plazo para todos los familiares que sufren la pérdida de un ser querido.
—Alma y Vida pero, ¿no se pierde un poco la vida cuando se va un hijo?
—Totalmente, tu vida tal y como era con él se pierde pero se recupera porque él va a formar parte siempre de tu vida. Ahora, después de haber pasado por todas las fases del duelo de la pérdida de un hijo, él está en mi día a día. Cada vez que cocino tortilla de patatas se lo digo, porque a él le encantaba. Mira, mientras hablamos sé que está conmigo a través de la mariposa blanca que se acaba de acercar a mí.
—Parece que la fe es fundamental para usted.
—Sí, lo es. Perdí mi fe cuando ocurrió pero la he recuperado. No hablo de religión