‘Los Bridgerton’ dicen adiós al duque de Hastings
El duque de Hastings se despide del palacio de los Bridgerton. El actor que le da vida, Regé-Jean Page, no rodará la segunda temporada de la serie de Netflix, según ha anunciado la propia plataforma, y los fans del intérprete lamentan la pérdida del que ha sido el gran hallazgo de la popular –y carísima– telenovela.
Con un presupuesto de más de seis millones de euros por episodio –según los medios británicos– y con más de 82 millones de espectadores en todo el mundo, ‘Los Bridgerton’ se convirtió en la última apuesta ganadora de Netflix. El anuncio de los planes de rodar una segunda temporada para esta primavera demostró que la compañía no iba a renunciar a estirar las aventuras del palacio de la reina Charlotte, pero la baja de su gran estrella, RegéJean Page, supone un gran contratiempo para los guionistas, que ahora pondrán el foco en las aventuras amorosas del hermano de Daphne Bridgerton, lord Anthony Bridgerton, al que da vida el actor Jonathan Bailey.
«Mis queridos lectores, mientras que todos los ojos están puestos en la búsqueda de lord Anthony Bridgerton para encontrar una vizcondesa, nos despedimos de Regé-Jean Page, quien tan brillantemente interpretó el papel del duque de Hastings», explicó Netflix en un comunicado, en el que dicen adiós a la verdadera estrella de ‘Los Bridgerton’. Shonda Rhimes, productora de la serie y creadora de otros éxitos como
Regé-Jean Page, duque de Hastings ‘Anatomía de Grey’ y ‘Scandal’, defendió su decisión dejando abierta la puerta al regreso del duque. O, al menos, a alabar el recuerdo que deja en los corazones y las retinas de sus seguidores: «Recordad: el duque nunca se irá», escribió.
Adaptada de las novelas históricas de la estadounidense Julia Quinn, ‘The Chronicle of the Bridgerton’, está ambientada en 1813 en Inglaterra y describe las intrigas de la sociedad británica ‘de la época’ aunque revisitada con los ojos del presente, en el que la diversidad racial y el feminismo están insertados en las costumbres palaciegas.
España. 2016. Ciencia ficción. 112 m. Dirección: Mateo Gil. Intérpretes: Tom Hughes, Charlotte Le Bon, Oona Chaplin.
22.30 La 2
ese a la sobreinformación sobre cualquier cosa televisiva, lo de ‘Anatomía de Grey’ ha sido este año en España un misterio. Hasta que nos anunciaron que sería Disney + (plas) a través de Star la que por fin emitiría aquí la décimo séptima temporada que en EE. UU. se estrenó en noviembre. Sabíamos que en la serie de Shonda habría Covid.
La propia Krista Vernoff, productora ejecutiva, había dicho: «No es posible ser una serie médica de larga duración y no contar la historia médica de nuestros días». ‘Chicago Med’ también tiene coronavirus, pero TNT nos la sirve aquí con más retraso (acabamos de ver la cuarta y eso está en la sexta).
Vista ayer ‘Anatomía de Grey’ se percibe más vieja que si la trama fuera sobre la gripe de 1918. En marzo de 2021 vemos una acción que se desarrolla en abril de 2020. Meredith recuerda la asignatura ‘Ética ante catástrofes’, no hay EPIs para todos, escasean las mascarillas, hacen un pedido y lo que llega son cubrezapatos…
De toda la vida el espectador ha mirado para otro lado a la hora de juzgar con sentido crítico el realismo
PMateo Gil se ganó prestigio de guionista con las primeras películas de Alejandro Amenábar, y también de director con la excelente ‘Blackthorn’, y en esta afila su ingenio y su imaginación para contar una historia sobre el primer hombre resucitado, un joven con enfermedad terminal que se crioniza a principios de siglo y vuelve a la vida (ya extraña para él) a finales de este siglo. Narrada en primera persona, pero organizada en los dos estados de ánimo y sentimiento del protagonista, pasado y presente-futuro. Buena puesta en escena y finas reflexiones sobre el tiempo en que se posan los pies y el que siente su cabeza. 00.15 Trece
Nada que ver con ‘The Good Doctor’, que dedicó los dos primeros capítulos al Covid-19 con la perplejidad por la enfermedad y los numerosos muertos, pero sin ninguna precariedad en los equipos. Fueron dos capítulos. Al principio del tercero, Freddy Highmore (Shaun Murphy) decía que a partir de entonces retratarían la esperanza en un futuro en el que no habrá que llevar mascarillas ni tomar medidas. Destrucción de la verosimilitud, la suspensión de la incredulidad de Coleridge. De toda la vida el espectador ha mirado para otro lado a la hora de juzgar con sentido crítico el realismo de lo que ve.
‘Shameless’ ha lidiado bien con el coronavirus en su undécima temporada. Con normalidad dentro de lo anormal. La gente se ha quedado sin trabajo, los negocios han cerrado, la precariedad aumentada y la mascarilla. También hay mascarillas en ‘Ley y orden: UVE’. Aunque se las pongan y quiten al tuntún. Lo de ‘Anatomía…’ es una pena porque en la serie hemos visto siempre las cosas antes que en nuestra realidad (trasplantes fecales, impresión en 3D). Ahora lo del principio del Covid se ve como un pegote antiguo entre las tramas.
Reino Unido. 1964. Drama histórico. 148 m. Dir: Peter Glenville. Con Richard Burton, Peter O’Toole, John Gielgud.
Magnífica recreación histórica del pulso entre el Rey Enrique II de Inglaterra y el canciller Thomas Beckett, posteriormente arzobispo de Canterbury. El guion de Edward Anhalt sobre la obra de Anouilh ganó el Oscar (el único de doce nominaciones) y las interpretaciones de O’Toole y Burton están a la altura de sus personajes. película lo convierte en espectáculo y en entretenimiento bárbaro. Al hijo de Zeus lo encarna con sus mejores y visibles cualidades Dwayne Johnson, que lo recoge ya con su docena de trabajos hechos. Y tiene un papel (poquito) Irina Shayk, también con algo de semidiosa. 21.25 La Sexta
EEUU. 1998. Policíaco. 131 m. Director: Stuart Baird. Con: Tommy Lee Jones, Wesley Snipes, Robert Downey Jr.
El terco agente federal Tommy Lee Jones, experto sabueso en perseguir fugitivos (el más famoso fue el doctor Kimble, Harrison Ford) se empecina en esta secuela de “El fugitivo” en dar caza al peligroso asesino Wesley Snipes. Tiene ritmo y va rápido, pero a un lugar que ya no tiene ni la calidad ni el atractivo de la anterior.