«Los conquistadores veían a los mozárabes como personas ajenas»
José Ángel García de Cortázar
José Ángel García de Cortázar, catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Cantabria, participa en el Congreso de Historia Mozárabe que mañana se inaugura en Córdoba.
—Su conferencia se centrará en el siglo XI. ¿Cómo están los mozárabes para entonces?
—Es justamente cómo esa cultura mozárabe, que había estado presente en España desde el 711 hasta el año 1100, aproximadamente, va a ser sacudida, por así decirlo, por el influjo doble de la reforma gregoriana y de la presencia de los caballeros francos que vienen con un ánimo muy distante del contemporizador que había caracterizado hasta ese momento las relaciones entre la España cristiana y la España musulmana. En tanto esa Iglesia de finales del siglo XI trata de imponer una norma a toda la población de la cristiandad occidental, es cuando aparece su choque contra la minoría mozárabe en la península.
—¿Dónde están las comunidades mozárabes, ya que los de Córdoba tuvieron que marcharse?
Castilla. Allí sí hay una resistencia a abandonar el rito como parte de la cultura mozárabe y consiguen mantener el pulso, pero a partir de 1114 se extingue también allí la Iglesia mozárabe.
—¿Eran entonces los propios cristianos sus enemigos?
—Efectivamente. La actitud de los hispano-cristianos había sido más de contemporizar con los hispano-musulmanes y, sobre todo, durante el período de los reyes de Taifas. Esa contemporización se rompe cuando la actitud política de recuperación de unos territorios que están en manos de los musulmanes, se va a convertir en una cruzada, en una guerra santa. Tiene dos protagonistas: el Papado y los caballeros y monjes que vienen de Francia, pero del lado musulmán también hay una ‘yihad’, que son los almorávides que han derrotado a Alfonso VI en 1086 y a partir de 1090 empiezan a dominar a los antiguos reyes de Taifas y a conseguir la unidad de la España musulmana, pero ahora bajo dominio almorávide, que significa desde el punto de vista religioso un rigorismo bastante considerable. Desde ese momento hay rigorismo musulmán, pero también cristiano del Papado y de los caballeros y monjes francos. Los hispano-cristianos que buscan su apoyo poco a poco se van contagiando de ese espíritu de cruzada y guerra santa que hasta entonces no era característico de la relación entre unos y otros.
—¿Eran muy distintos los mozárabes de los cristianos conquistadores?