De exigir un cordón sanitario contra Vox a tener a los violentos en su partido
Barrera policial en un acto de Vox en Fuenlabrada
La crispación en la campaña del 4-M ha tenido varios hitos. El ambiente se caldeó alimentado por episodios como el ataque a Vox en Vallecas, las cartas con amenazas de muerte o la detención de un trabajador de Podemos. El denominador común entre todos ellos es que Pablo Iglesias, con el señuelo del «fascismo o democracia», ha aprovechado cada ocasión para promover un cordón sanitario a Vox y, aunque él mismo justificó el ataque a Santiago Abascal y Rocío Monasterio, exigir una condena unánime de la violencia. Lo convirtió en el eje de su discurso a pesar de que ya sabía que uno de sus empleados fue arrestado por participar
en los disturbios del 7 de abril en el popular barrio de la capital.
La conocida como ‘plaza roja’ de Vallecas aún estaba vigilada por la Policía cuando Iglesias justificó la lluvia de adoquines y botellas y acusó a Abascal y Monasterio de «ir a provocar». «Frente a su odio, su violencia y sus provocaciones: democracia, justicia social y derechos humanos. Antifascistas siempre», dijo el candidato de Podemos en Madrid. No obstante, no hizo una sola alusión a los agentes agredidos por los radicales de extrema izquierda.
Las intervenciones del líder de la formación morada han estado marcadas desde el inicio por su ofensiva contra Vox y esa supuesta dicotomía entre «fascismo o democracia», tanto en el debate a seis del día 21 como en sus mítines. Un acto en Príncipe Pío hace una semana da fe de ello. «Su proyecto es la destrucción de las bases materiales de la libertad y la democracia. Se vota entre fascismo y democracia», dijo en alusión a Vox.
«Tenemos que ganarles con educación, buenas formas, sin hacer ruido, sin gritar, amenazar, sin caer en sus provocaciones. Que los barrios, ciudades y pueblos de la clase obrera salgan ordenadamente a votar. Frente a sus mentiras, caos, violencia y desorden, el orden digno de la clase trabajadora para votar masivamente contra el fascismo», espetó el
«Exigimos a Iglesias que condene esta agresión y que dejen de soñar porque no van a trasladar a Madrid ese modelo de enfrentamiento»
Pablo Iglesias
«Que esto salga hoy revela la preocupación de algunos y no es descartable que hasta el martes alguna noticia me relacione con el asesinato de Kennedy»
exvicepresidente del Gobierno, aunque quienes escuchaban sus arengas desconocían que un trabajador a sueldo del partido, miembro del grupo ultra Bukaneros, había sido detenido por los disturbios en Vallecas.
Hace solo una semana Iglesias hizo un nuevo llamamiento para aislar a Vox por «blanquear» la violencia, tras cuestionar Monasterio la veracidad de las cartas con las amenazas de muerte en un debate en la cadena Ser. Sin embargo, ayer no hubo ningún atisbo de censura o reprobación por parte del candidato de Podemos en ese sentido, tras hacerse público que un miembro de su equipo fue detenido, precisamente, por violento.