La ley del hombre, la ley de Dios
La entrevista de Carlos Herrera al Sumo Pontícife abrió una claraboya de luz para conocer mejor a la persona, al cura y al pontífice, la trinidad de Bergoglio
Por hitos como el de ayer –arrancar temporada radiofónica con el obispo de Roma o, años atrás, con el Rey de España–, en las ondas manda quien manda. Porque siempre nutre escuchar al Papa en todo lo referente a la vida, que en realidad es el núcleo de todo lo que después ocurre. Habló claro Bergoglio, casi más claro que nunca, sobre el aborto y la eutanasia, calificando de «sicarios» a quienes coadyuvan a lo que calificó como «política del descarte»: liquidar a los que precisamente se encuentran más indefensos. Lecciones sencillas que tantas veces se olvidan y polémicas en algunos rincones, como su solución al proceso separatista catalán, sin duda bienintencionada pero mejorable si dispusiese de toda la información necesaria porque esto no va solo de reconciliación, ya sellada allá por el 78, sino de la bendición que siempre supone cumplir la ley del hombre. La entrevista transcurrió suculenta, abriendo una claraboya de luz para conocer y entender mejor a la persona, al cura y al pontífice, sin eludir los asuntos que más comprometen al mundo y a la Iglesia. Hubo respuesta para cada una de esas chinas –corrupciones del cuerpo y el alma dentro del rebaño– que punzan el andar de quien se calza las sandalias del pescador.