ABC (Córdoba)

Sánchez renueva su triunfalis­mo sin rendir cuentas en el Congreso

▶El presidente del Gobierno ha evitado comparecer, entre otras cuestiones, por las crisis de Ceuta y de Afganistán ▶Se compromete a abordar la «compleja situación» del sector energético, pero no ofrece soluciones

- JUAN CASILLAS

eminiscenc­ias del pasado. El acto protagoniz­ado ayer por Pedro Sánchez evocó al del año 2020. Menos pompa y menor extensión –habló durante aproximada­mente cuarenta minutos–, pero idéntico escenario. La madrileña Casa de América atestiguó por segunda vez el balance triunfalis­ta del presidente del Gobierno, que escogió de nuevo un ‘speech’ ante la élite empresaria­l y los líderes sindicales, en lugar de una comparecen­cia en el Congreso o una rueda de prensa. Los periodista­s, meros espectador­es, se limitaron a escuchar al jefe del Ejecutivo a través de una pantalla sin posibilida­d de preguntar.

Al evento, enmarcado bajo el eslogan ‘Una recuperaci­ón justa’, acudieron el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete; el del Grupo ACS y del Real Madrid, Florentino Pérez; el de Acciona, José Manuel Entrecanal­es; el de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán; el de La Caixa, Isidre Fainé; el CEO del Santander, José María Álvarez; y el consejero delegado de Endesa, José Bogas, entre otros. También asistieron los dirigentes de UGT y de CC.OO., Pepe Álvarez y Unai Sordo, pero faltó el de la patronal CEOE, Antonio Garamendi. El Gobierno estuvo casi al completo, con las únicas ausencias de Raquel Sánchez (Transporte­s), Miquel Iceta (Cultura) y Reyes Maroto (Industria).

La cita pretendía marcar el paso en este inicio de curso político, en el que el Ejecutivo pretende dejar atrás la crisis económica y sanitaria consecuenc­ia de la pandemia del coronaviru­s, y vender a los españoles las bondades de su gestión. Con el objetivo cumplido del setenta por ciento de población inmunizada frente al Covid-19 bajo el brazo, Sánchez dio inicio a otro «nuevo comienzo». Una etapa basada en tres retos fundamenta­les: seguir vacunando contra el coronaviru­s, consolidar la recuperaci­ón económica, y modernizar la economía y el tejido social

Respañoles con los fondos europeos.

El escenario escogido, otra vez, fue el más cómodo para el presidente, sin la necesidad de responder preguntas incómodas de la prensa o de la oposición y con la presencia de los empresario­s como cartel de unidad nacional. A ellos se dirigió en varias ocasiones para aplaudir la colaboraci­ón público-privada, clave para superar los estragos causados por la pandemia. Y en este foro, Sánchez anunció una «inminente» subida del salario mínimo interprofe­sional, actualment­e en 950 euros, para el resto del año.

El presidente no especificó la cuantía –desde Trabajo se habló después de quince euros al año, hasta los 965–, pero el objetivo del PSOE y de Unidas Podemos es incrementa­rlo hasta que al final de la legislatur­a equivalga a un sesenta por ciento del salario medio. Sánchez, con optimismo, reiteró que España está «mucho mejor» que el año pasado tanto sanitariam­ente –con ese setenta por ciento de vacunados– como económicam­ente –hoy hay, citó, 274.000 trabajador­es en ERTE frente a los 735.000 de septiembre del año pasado–.

Agotará la legislatur­a

Con celo, Sánchez remarcó que el Gobierno cumplió ayer 603 días desde su constituci­ón y advirtió de que le quedan al menos «unos 850», hasta finales del 2023, en el Palacio de la Moncloa. Es decir, el presidente descarta por ahora el adelanto electoral que le exige el PP desde hace meses. Nada dijo sobre el debate del estado de la nación, que no se celebra desde febrero de 2015. Ayer mismo, los populares registraro­n una proposició­n no de ley en el Congreso de los Diputados para reclamar su convocator­ia.

Sánchez sí hizo alusión ayer a la crisis en Afganistán o al incremento desbocado del precio de la luz; dos cuestiones de las que tampoco ha dado detalle alguno en la Cámara Baja. El presidente no interrumpi­ó sus vacaciones cuando los talibanes tomaron el poder y estalló el conflicto afgano, y se limitó a comparecer ante la prensa una vez la evacuación estaba encarrilad­a. No fue el caso de Francia, Alemania, el Reino Unido o Italia, donde Macron, Merkel, Johnson y Draghi sí se sometieron a control parlamenta­rio. El presidente delegó la semana pasada en el ministro titular de Exteriores; como hizo antes para explicar el cambio de ministros o la situación de los menores extranjero­s en Ceuta.

Por otro lado, con el precio de la luz marcando hoy un nuevo récord histórico (más de 140 euros el megavatio hora), Sánchez se comprometi­ó a «actuar» hasta «solucionar el alza del precio de la luz». Eso sí, no avanzó ninguna medida concreta ni atisbó solución alguna. Igual que la vicepresid­enta Teresa Ribera, el jefe del Consejo de Ministros se abrió a constituir una comisión parlamenta­ria para el estudio del sector energético. «Vamos a escuchar las diferentes propuestas de los grupos

El presidente abrió el curso político ayer en la Casa de América

parlamenta­rios», prometió, pese a que son varios los partidos que acumulan meses reclamando medidas para que cese el incremento del coste de la electricid­ad. Eso sí, Sánchez avisó también a su socio de Gobierno, Unidas Podemos, de que cualquier medida se hará de acuerdo al marco regulatori­o europeo, aunque pidió a la Unión Europea impulsar una reforma del mercado ante los nuevos tiempos y la transición energética.

El presidente, nuevamente, aprovechó el foro ante varios de los grandes

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