‘Chavalas’ contra el estigma del barrio
▶ Carol Rodríguez estrena su primer largometraje con un cántico a la amistad
amor roto en la recámara), y todo ello está contado con un ritmo tranquilo y una intriga lánguida y resbaladiza.
Es visualmente animada y con sensibilidad en la captura de paisajes y personajes, siempre vistos a través de la mirada sincera y humana de Nora.
En fin, se trata de dos películas que apuntalan una tendencia, una manera y un lugar (ellas y sus indagaciones vitales) al que dirigir la cámara, una oportunidad que nos ofrece el cine de ver cosillas que nos rodean en la vida. ‘Chavalas’, la ópera prima de Carol Rodríguez, tenía que evocar la que, a todas luces, es una de las obsesiones de la cineasta y, cómo no, de su hermana y guionista de la película, Marina Rodríguez: la vida de barrio. Protagonizada por Vicky Luengo en compañía de Carolina Yuste, Elisabet Casanovas y Ángela Cervantes, la película es un verdadero cántico a la amistad y a esos orígenes humildes a los que a veces uno renuncia para quedar mejor en la foto. «Tenía muchas ganas de mostrar mi propia visión del barrio, de cómo en esos lugares que a unos le parecen vulgares hay una gran belleza, y utilizarlo a la vez como telón de fondo para contar la historia de amor de cuatro amigas de Cornellá», explica Carol Rodríguez en entrevista con ABC.
No es la primera vez que el lugar en que pasó su infancia aparece en la obra de esta directora novel. Ya el corto ‘Superchavalas’, de 2017, mostraba el mismo enclave con otras protagonistas, en aquella ocasión tres niñas de doce años. «Estoy un poco obsesionada con la idea de dar a conocer qué significa ser de barrio porque creo que hay una visión muy deformada de determinados lugares. Todavía me encuentro a gente que me llama ‘choni’ con ironía por mi lugar de origen. Se trata de una broma recurrente que no cuadra en absoluto con la realidad, es un chiste hecho desde el prejuicio y contra el que intento luchar», destaca.
Vicky Luengo, Carolina Yuste, Elisabet Casanovas y Ángela Cervantes han logrado tal química en ‘Chavalas’ que su grupo de amigas recuerda a cualquier pandilla de colegas sin que el espectador haga el mínimo esfuerzo por entrar en la historia. «Son el alma de la película. Para nosotras era fundamental que parecieran amigas de siempre, tienen una química brutal y, en efecto, logran convencernos de que se conocen de toda la vida», apunta la directora.
No ha sido fácil para Carol Rodríguez que su primer largometraje viera la luz este año. A las dificultades habituales para estrenarse por todo lo alto en la industria se sumó el Covid, que paralizó el rodaje de la película durante meses. «Rodamos la primera mitad antes de la pandemia y el resto después. Ha sido difícil, pero lo hemos logrado», destaca orgullosa, esperando que el esfuerzo proporcione sus frutos. «Espero haber llegado para quedarme».
‘Chavalas’ sigue a Marta, interpretada por Vicky Luengo, en su regreso al barrio en el que creció y del que escapó para intentar ser mejor o, al menos, parecerlo. La protagonista, tras varios fracasos profesionales, se ve obligada a regresar a un lugar del que se avergüenza, pero en el que redescubre la importancia de las pequeñas cosas gracias a sus amigas de la infancia. «Nos ha pasado a muchos; estudias una carrera y sueñas con una vida que no puedes lograr. Al final, te toca volver a casa y reinventarte, asumiendo que aquello que dejaste no estaba tan mal». La protagonista de ‘Chavalas’, asegura Rodríguez, «está muy equivocada porque cree que para escalar en el mundo artístico de Barcelona tiene que inventar una personalidad que no es la suya. Lleva una máscara que tendrá que caer con el paso del tiempo», sentencia.