La fiscal en La Zarzuela
En vísperas de la solemne Apertura del Año Judicial, la fiscal general del Estado fue recibida ayer en audiencia por el Rey. Pero el contexto y los avatares del día dieron al encuentro un indudable relevancia habida cuenta de que se produce cuando el Tribunal Supremo tramita el recurso por la ilegalidad de su nombramiento como fiscal general del Estado y cuando desde la propia Fiscalía se filtran documentos internos sobre los trámites que el Ministerio Público realiza en su investigación sobre las finanzas de Don Juan Carlos. No era el día más tranquilo para aparecer en La Zarzuela con el tomo de la Memoria Anual de la Fiscalía, que resume las actividades de la institución en el último año, pero finalmente, con acierto, se mantuvo la normalidad institucional. Después, Delgado se fue a La Moncloa para dar a Sánchez una copia del tomo. A fin de cuentas, y como se preguntaba y contestaba a sí mismo Sánchez, «¿de quién depende la Fiscalía?. Pues ya está».
El cambio en el timón no implica, sin embargo, que Roberto Verino abandone el barco. Continuará como diseñador principal, pero delegando el resto de funciones. «Igual cuando cumpla 98 me tomo un año sabático. El 90 por ciento de mi familia, tanto materna como paterna, superó los 90 años. Espero llegar yo también», bromea el modisto.
Verino asegura que fueron dos mujeres, su abuela Aurora y su madre, las que le transmitieron que debía de ser capaz de llegar a donde quisiera. En los años 70 se marchó a París a estudiar Bellas Artes y allí empezó a trabajar para colaborar con la economía familiar, realizando figurines en una empresa de moda. «Ese empleo me permitió entrar en un mundo que yo no conocía y que me fascinó», recuerda.
Pero en vez de quedarse en Francia, Roberto Mariño decidió regresar a su pueblo natal, casi perdido en la frontera entre Orense y Portugal, y «contra viento y marea» montar su propio taller. En el lugar no había vinculación alguna con la industria textil. Incluso cambió su propio apellido en homenaje a Verín. «Ese espíritu de mi abuela y mi madre se lo inculqué a Cristina, la primogénita, para coger las riendas de la marca», prosigue el diseñador. «Me da mucha pena ver que en Es
El diseñador Roberto Verino, junto a su hija, Cristina Mariño, al pie del castillo de Monterrey. Su primogénita será la nueva directora de la marca, y Dora Casal, directora ejecutiva cumplir 75 años, cuando designó a Pablo Isla para sustituirlo como presidente ejecutivo. Seis años después completó el proceso de retirada, cesando como apoderado de 53 sociedades del grupo. Ortega continúa, sin embargo, como vocal en el Consejo de Administración y preside los consejos de las sociedades Partler y Pontegadea, a través de las que continúa como máximo accionista de Inditex. Desde hace tiempo se espera que su hija Marta se ponga algún día al frente del imperio de moda.
De los tres hijos del fundador, Marta es la única que está vinculada laboralmente a la compañía. Tras estudiar empresariales en la Business School de Londres, por deseo de su padre conoció todos los departamentos de la empresa. Empezó como una dependienta más en una tienda de la marca Bershka en la capital británica y actualmente trabaja en el departamento de diseño de moda de Zara Woman. Además, Marta es consejera de Partler, la sociedad a la que el fundador de Zara traspasó el control del 9,28 por ciento de Inditex, y también es miembro de la Fundación Ortega. «Siempre estaré en cualquier sitio en el que la empresa más me necesite», explicaba esta semana en una entrevista publicada esta semana por ‘The Wall Street Journal Magazine’. De momento, aseguró, no tiene pensado ocupar un cargo formal en la ejecutiva de la empresa, aunque está abierta a hacerlo en el futuro. En el mismo reportaje, el actual presidente de la multinacional, Pablo Isla, afirma que el papel de Marta en la firma será más significativo en la próxima década, a medida que el grupo aumente su foco en la sostenibilidad.
Los otros dos descendientes de Amancio Ortega son Sandra y Marcos. Fruto de un matrimonio anterior del fundador de Inditex con Rosalía Mera, han heredado ya un paquete de acciones del 5 por ciento del grupo de su madre fallecida.
Un cambio exitoso
La primera firma textil gallega en cotizar en Bolsa, Adolfo Domínguez, fue también la primera en iniciar el relevo generacional. La hija mayor del modisto, Adriana, entró en la empresa como consejera en noviembre de 2016 y ha ido ganando peso en la compañía. En julio de 2017, el Consejo le trasladó a ella todos los poderes ejecutivos, primero como delegada y después como consejera general. A mediados del año pasado Adriana Domínguez
era finalmente designada presidenta ejecutiva de la compañía en sustitución de su padre. Licenciada en Ciencias Empresariales Internacionales, se puso al frente de una firma en números rojos que en 2017 tenía 23 millones de euros en pérdidas. Pero la hija del modisto decidió emprender una «revolución tranquila», según ella misma la bautizó, para cambiar la trayectoria de la firma. Optó por reducir tiendas y ventas totales, pero intentó lograr un mayor margen en sus prendas y más ventas en cada establecimiento. Hizo regresar a Orense los departamentos que entre 2012 y 2016 se habían trasladado a Madrid, como parte de los directivos, el ‘ecommerce’ o la sección de diseño de la línea U, una marca que finalmente decidió suprimir. Adriana cambió la estrategia para que Adolfo Domínguez regresase a sus orígenes, apuntándose a la corriente de moda sostenible.
Roberto Verino siempre se ha mantenido fiel a este principio. «¿Qué mejor sostenibilidad que consumir productos que duran en el tiempo y que se convierten en armarios emocionales? Es un despilfarro comprar una camiseta ponerla y tirarla», apunta el diseñador. El modisto mantiene una fábrica en Verín con 50 personas y elabora la mayor parte de sus colecciones en talleres de Portugal. Su hija, Cristina Mariño, ha escogido también la sostenibilidad como uno de los ejes de la estrategia de marca para los próximos años. Además, seguirá apostando por la venta en línea, «es ya nuestra principal tienda tras multiplicar las ventas dos dígitos durante la pandemia», indica. La apuesta por la innovación y la internacionalización constituyen los otros dos caminos que se ha marcado para la
Cambio generacional