Polonia declara la emergencia en la frontera de Bielorrusia
▶ La medida, que limita libertades en la zona, busca frenar la avalancha migratoria
Soldados polacos construyen una valla en la frontera bielorrusa
Por primera vez desde la caída del comunismo Polonia decreta un estado de emergencia. El presidente polaco, Andrzej Duda, aprobó ayer esta disposición para la frontera entre Polonia y Bielorrusia, de manera que queda restringido el acceso a los medios de comunicación, se prohíbe de hecho la entrada a cualquier no residente y los residentes están obligados a llevar consigo en todo momento documentación que acredite su identidad y domicilio, que han de presentan ante los controles. Se completa así una situación de excepción, después de que hayan sido desplegados en esa frontera dos mil soldados en los últimos días y mientras se avanza en la construcción de una barrera física de 2,5 metros de altura para impedir el paso de inmigrantes.
«La situación en la frontera es difícil y peligrosa. Polonia, como responsable de sus propias fronteras y de una frontera exterior de la UE, ha tomado esta decisión para garantizar su seguridad y la de la UE», ha justificado el portavoz de la oficina presidencial, Blazej Spychalski, que explicó que «el presidente ha tenido que sopesar la seguridad del Estado por un lado y las libertades civiles por otro». Dijo también que el nuevo reglamento es «necesario» y «compatible con la ley». El estado de emergencia afecta a unas 200 localidades de las provincias de Podlaquia y Lublin, se prolongará de momento durante 30 días e implica la restricción de «reuniones y desplazamientos», según ha descrito el primer ministro polaco,Mateusz Morawiecki, a cuya petición ha accedido el presidente al firmar la disposición.
‘Guerra híbrida’
El Gobierno polaco ha denunciado reiteradamente la ‘guerra híbrida’ que a su juicio ha declarado el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukasenko, al que atribuye el plan y la organización de forzar una ola de inmigrantes ilegales procedentes de Irak, Siria y Afganistán, que llegan en avión a Minsk y desde allí son trasladados por tierra hasta esta frontera. Según el último informe publicado, la guardia fronteriza polaca ha detenido cerca de 3.500 intentos de penetración irregular en su territorio a lo largo del mes de agosto, con un resultado de casi mil detenciones y unas 2.500 expulsiones.
Pero las expulsiones crean situaciones humanitarias muy tensas, debido a que los soldados fronterizos bielorrusos no permiten a los inmigrantes retroceder. Actualmente un grupo de 32 afganos permanece atrapado entre las dos guardias fronterizas, paralizados, durmiendo al raso y sin medicinas, alimentos ni agua potable. La Fundación Ocalenie, que les prestaba ayuda humanitaria, tiene ya restringido el paso.
La canciller alemana, Angela Merkel, visitará Polonia el próximo 11 de septiembre y tratará con Morawiecki la situación en esta frontera y la negativa de Polonia a recibir refugiados de Afganistán, entre otros asuntos.