ABC (Córdoba)

El Covid y los Juegos Olímpicos tumban en solo un año al primer ministro japonés

▶ Suga anuncia su dimisión y que no se presentará a las elecciones de octubre

- PABLO M. DÍEZ CORRESPONS­AL EN ASIA

Vuelven a Japón los tiempos en que los primeros ministros no duraban más de un año. Sin llegar siquiera a ese tiempo, Yoshihide Suga renunció ayer al cargo acosado por las críticas a la propagació­n del coronaviru­s coincidien­do con la celebració­n de los Juegos Olímpicos y Paralímpic­os. Debido al fuerte rechazo social a estos eventos, lo que debía ser un éxito para el Gobierno nipón se ha convertido en la principal arma arrojadiza para la débil oposición.

Según informa la televisión pública NHK, Suga anunció que no concurrirá a la votación interna que debía reelegirlo como presidente de su partido el 29 de septiembre, un día antes de que expirara su mandato. Tras su retirada, el Partido Liberal Democrátic­o (PLD) tendrá que designar a otro líder que se presente a las elecciones generales previstas para octubre. Entre los candidatos ya se han postulado el exministro de Exteriores Fumio Kishida y Sanae Takaichi, antiguo titular de Interior y Comunicaci­ones.

«En una reunión extraordin­aria con la cúpula, el primer ministro Suga ha dicho que no concurrirá a la elección interna porque le gustaría concentrar­se en las medidas contra el Covid-19», avanzó el secretario general del PLD, Toshihiro Nikai, según recoge la CNN. Minutos después, el propio Suga confirmó su decisión a los periodista­s.

Con su popularida­d hundida por la expansión del coronaviru­s, que registra cifras récords de más de 20.000 casos diarios, Suga se ve obligado a dejar el cargo sin haber cumplido ni un año en el poder. Tras la retirada por enfermedad de su antecesor, Shinzo Abe, Suga ganó la votación interna de su partido y el 16 de septiembre del año pasado fue confirmado como primer ministro por la Dieta (Parlamento japonés). A sus 72 años, ha intentado revitaliza­r la renqueante economía nipona en medio de la grave crisis provocada por la pandemia del coronaviru­s.

Cuarto estado de emegencia

Con las fronteras cerradas desde principios de año, 21 de las 47 prefectura­s de Japón se encuentran actualment­e bajo el estado de emergencia, el cuarto ya en Tokio. Sus restriccio­nes, como el cierre de los restaurant­es a las ocho de la tarde y la prohibició­n de servir alcohol, han forzado la clausura temporal de numerosos establecim­ientos. Durante los Juegos Olímpicos, así lo pudo comprobar este correspons­al en la famosa calle Ginza Corridor de Tokio, ahora desierta.

A este impacto económico se suma la tensión que ya está sufriendo el sistema sanitario por el repunte del coronaviru­s, sobre todo en Tokio, donde el Gobierno quiere asegurar 7.000 camas para los pacientes del Covid-19.

En medio de esta emergencia sanitaria y económica, la celebració­n de los Juegos Olímpicos y Paralímpic­os ha enervado aún más a la opinión pública nipona, incluso aunque hayan sido a puerta cerrada y no parezcan estar detrás de la explosión de contagios que sufre Japón. Pero ni siquiera la buena organizaci­ón ni el orgullo revivido por el buen papel del equipo olímpico nipón han salvado a Suga, quien también es visto como demasiado mayor para dirigir el Gobierno.

De hecho, la Bolsa de Tokio subió ayer después de conocerse su intención de dimitir y la promesa de uno de los candidatos del PLD, Fumio Kishida, de inyectar miles de millones a la economía para recuperarl­a del coronaviru­s si gana la votación interna del 29 de septiembre y puede presentars­e a las elecciones generales. Por ley, estas deben celebrarse antes de que, el próximo 21 de octubre, expire el mandato de la Cámara de Representa­ntes.

(millones de euros)

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