Llega ‘Spencer’, la Diana de Kristen Stewart
La actriz Kristen Stewart, ayer en Venecia
Hace 34 años, Diana Spencer moría trágicamente en un accidente. Tal como confesaría en la rueda de prensa celebrada en la Mostra de Venecia antes del estreno mundial de ‘Spencer’, su director, Pablo Larraín, encontró la motivación necesaria para explorar un episodio en la vida de la llamada ‘Princesa de corazones’. En 2016 había hecho lo propio con Jackie Kennedy en ‘Jackie’.
‘Spencer’ se desarrolla a lo largo de tres días de Navidad, horas definitivas que formarían parte del preámbulo de un nuevo movimiento telúrico en la existencia de Lady Di, cuando decidió poner fin a su matrimonio con el Príncipe Carlos de Inglaterra.
Kristen Stewart, «todo un milagro», como la definió el director chileno en el encuentro con la prensa internacional, interpreta a la Princesa de Gales. Con este rol la conocida estrella cinematográfica se somete a una transformación física notable, enfrentándose a un gran desafío del que sale airosa.
De energía cautivadora, cercana, normal como cualquier persona de a pie, siempre con el corazón en la mano. A Stewart le sobran palabras para describir a Diana, a quien considera «la mujer más famosa del mundo, pero irónicamente la persona más desconocida».
La actriz sabe lo que significa la fama, no poder pasar de incógnito sin que una legión de fotógrafos y curiosos le sigan, como también conoce a la perfección el no poder controlar la impresión que se deja en otras personas. Sin embargo, Stewart afirma que a diferencia de la suya la fama de Lady Di «era monumental». «Diana también se sentía aislada y sola», continúa la actriz con su retrato hablado, «necesitaba que los demás sintieran esa hermosa luz que ella irradiaba, pero también quería recuperarla de alguna manera».
A lo largo de 111 minutos, acompañamos a la Diana de Kristen en su ansiedad, sentimos su desesperación, su angustia, su cuerpo quebrado por la bulimia; como también descubrimos a la madre que amaba sobre todas las cosas a sus hijos Guillermo y Enrique. «Cuando te enteras de las historias que andan rondando sobre ti, no hay forma de cambiarlo», analizaba Stewart, «así fue su vida, pero llega un punto en el que debes mostrar los dientes porque al fin y al cabo somos animales y es parte de nuestra naturaleza».