ABC (Córdoba)

La actriz, que acaba de publicar su tercera novela negra, vive centrada en su trabajo y en su familia

«No soy de esas personas que necesita tener a alguien al lado»

- BEATRIZ CORTÁZAR

Con su tercera novela negra, ‘Soy tu mirada’, Cristina Higueras da un paso adelante para afianzarse en la escritura donde ya es una más. Le ha costado llegar a ese reconocimi­ento pero hoy confiesa que tiene más alegrías en ese terreno que en la interpreta­ción. El verano lo pasa en Lanzarote y allí madurará lo que está por llegar en teatro y en su mente.

—La definen como una novelista opaca y maligna, ¿es así?

—Para mí es un piropo. No soy de etiquetas pero reconozco que me encantan esas calificaci­ones.

—Sus protagonis­tas suelen ser mujeres, ¿se siente mejor hablando de mujeres?

—Venimos de muchos siglos de historia donde ha sido al contrario, los femeninos eran pura comparsas y como de cartón piedra. Que se haya dado la vuelta a eso me parece muy bueno. Reconozco que en mis novelas, las mujeres llevan todo el peso. No tuve referencia­s femeninas en la literatura o el arte y hoy me gustaría que mi sobrina sí las tenga.

—En el colegio era estrábica perdida y llevaba gafas desde muy pequeña y ya sabes que los niños son crueles. Me llamaban gafotas, como a mi protagonis­ta, pero no podría decir que he sufrido ‘bullying’ porque sería exagerado.

—No he dejado mi carrera de actriz, sino que quiero compatibil­izar las dos. Lo que sí es verdad es que hoy solo quiero meterme en los proyectos que me interesan y llegan pocos papeles interesant­es. Sin embargo, en mi faceta como escritora he ido creciendo. Esta faceta literaria me está dando muchas satisfacci­ones y hoy me hace muy feliz.

—Su protagonis­ta prefiere asumir un error antes que esquivar un riesgo, ¿es usted así?

—En el terreno profesiona­l me siento valiente y en mi vida personal no he sido tan valiente y me he guardado más las espaldas.

—¿Es de perdonar y olvidar?

—Pienso que la vida es muy corta y hay que saber pasar página. No vale la pena depositar ninguna energía en el rencor porque solo hace daño.

—¿Suele tropezar en los mismos errores?

—Supongo que por mi profesión soy muy observador­a y eso ha conseguido que suela fiarme de mi intuición y no me ha fallado. Suelo oler el peligro o al menos saber donde no me debo meter. Evidenteme­nte he metido la pata muchas veces pero aún así me funciona la intuición.

—¿En lo sentimenta­l también sabe lo que no quiere?

—Tengo claro lo que no quiero y eso facilita muchas cosas, es un gran filtro en la vida.

—¿Cuál es su estado actual?

—Estoy sola y feliz sin que eso suponga que no tenga a nadie. Están mis amigos y mi familia y lo bueno es que puedo elegir la soledad o lo contrario y ese es el mejor estado. No soy de esas personas que necesitan tener a alguien al lado siempre.

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