«No se plantea la enseñanza a distancia, eso sería volver a un confinamiento»
▶El año escolar 2021-2022 se presenta con pocas novedades. Se reduce la distancia interpersonal y sólo habrá dos modelos si suben los contagios
Inmaculada Troncoso ha estado al frente de Educación en los dos años más difíciles para la enseñanza que se recuerdan. Pero las instituciones han aprendido de la pandemia, y también de sus errores. En esta entrevista desgrana cómo será el próximo curso, con más recursos y, sobre todo, más experiencia adquirida.
—La presencialidad es un objetivo básico en este curso. ¿Se puede garantizar en las condiciones actuales?
—El curso se iniciaba con bastante incertidumbre. Ahora las condiciones sanitarias nos dicen que el escenario va a ser diferente del año pasado, cuando el 77% de los centros eligieron la presencialidad entre las modalidades posibles, y funcionó muy bien. La presencialidad es insustituible, eso que quedó confirmado durante el confinamiento, cuando hubo un porcentaje de alumnos que se descolgaron. Hubo brecha digital, eso quedó patente.
—¿En qué momento puede un centro optar por un modelo semipresencial?
—Sólo cuando se llegue al nivel de alerta 3 y 4 y a partir de 3º de la ESO se puede optar por una enseñanza sincrónica o semipresencial. Las tres modalidades que había el año pasado se han reducido a dos, las que más fácilmente pueden encajar.
—¿Qué recursos ha dispuesto la Consejería de Educación para garantizar la presencialidad?
—En dos cursos extraordinarios han sido 1.100 millones de euros, de los que 500 han ido a personal docente. También se han repartido cerca de 100.000 dispositivos digitales en Andalucía y quedan por recibir los del Ministerio. Este año serán 5.300 los profesores de refuerzo pactados con los sindicatos, con una diferencia importante: nos vamos a centrar en el refuerzo curricular. El año pasado se destinó a bajar las ratios con desdobles.
—Al comienzo de la pandemia hubo quejas de padres preocupados por la calidad de la enseñanza a distancia. ¿No estábamos preparados para ello?
—Esta Consejería tenía prevista antes del Covid una transformación digital pero la pandemia cambió el paso. Hubo que destinar esos recursos a la brecha digital que habíamos observado. Pero seguíamos viendo alumnos que se descolgaban, y no solamente entre familias vulnerables; la falta de presencialidad hizo que los alumnos no estuvieran del todo pendientes.
—Esa situación, ¿tendrá consecuencias en los alumnos a largo plazo?
—Es lógico que eso pueda ocurrir. El alumnado no ha tenido las mismas condiciones. El profesor no está sólo para aportar conocimientos a los alumnos, y todo eso desapareció durante un periodo prolongado. Ese desfase curricular estaba previsto corregirlo a través de un seguimiento más estrecho de aquellos alumnos que se hubieran descolgado. Se contrataron para la provincia 38 profesionales más de orientación escolar para ello.
—Volvamos al curso actual. ¿Qué novedades hay en cuanto a las normas anti-Covid?
—Habrá pocos cambios. La novedad es la flexibilización de la distancia de seguridad a 1,2 metros. Vamos a continuar con el coordinador Covid, que ahora será alguien del equipo, y seguirá el enfermero de referencia. Se seguirá contratando personal de limpieza, aunque el número será inferior porque no hace falta estar limpiando todos los espacios, pero sí zonas comunes como los aseos.
—¿No habrá niños en casa?
—No, eso sería volver a un confinamiento. O hay enseñanza sincrónica, recibiendo clases una parte del grupo a la vez en clase y en casa; o semipresencial con asistencia parcial y el resto del tiempo haciendo tareas en casa. La enseñanza total a distancia no se plantea.
—¿Hay novedades en el ámbito académico?
—Lo único diferente son las optativas de Secundaria, que tendrán Debate, Oratoria, más horas de Educación Física y Robótica. Sí es cierto que se ha hecho mayor hincapié en el tránsito de Primaria a Secundaria. Tiene que haber un mayor conocimiento de los informes psicopedagógicos que se hayan hecho en Primaria.
—Córdoba lleva años encadenando bajadas en el número de alumnos debido a la crisis de natalidad. ¿Prevén que siga siendo así a medio y largo plazo?
—Y con la pandemia de por medio creo que irá a peor.
«Sólo en nivel 3 y 4 y a partir de 3º de la ESO se puede optar por una enseñanza sincrónica o semipresencial»
«Nos vamos a centrar en el refuerzo curricular. El año pasado se destinó a bajar las ratios con desdobles»
«Es lógico que eso pueda ocurrir porque el alumnado no ha tenido las mismas condiciones que antes»
«Siendo franca, hay menos unidades porque hay menos niños. Eso no tiene otra traducción. No hay voluntad política de eliminar líneas»
—Hubo 8 centros afectados, la mayoría escuelas infantiles, y 750 aulas en todo el curso. El 90 por ciento de las aulas estuvo libre de Covid.
—El brote más destacado fue el de Doña Mencía. La comunidad escolar acusó a la Delegación de tomar las decisiones muy tarde. ¿Qué ocurrió?
—Tenemos que ser cuidadosos con esas cuestiones. Siempre nos hemos regido por los protocolos de salud y no podíamos adelantarnos. El brote no se produjo en el colegio, como se nos había dicho, no está demostrado que ocurriera allí. No podemos perder de vista que los centros son la traslación de lo que pasa en la sociedad. Las medidas de los centros han favorecido la falta de contagio. No podemos asegurarlo al 100 por cien, pero casi todo lo que se ve en un centro venía de brotes externos. No existe el riesgo cero, pero era muy improbable que haya contagios en los centros. En Doña Mencía y también en Torrecampo entendemos que las familias estuvieran nerviosas, pero estaba claro que había que esperar a las autoridades sanitarias.
—Hace meses que comenzó la campaña de vacunación en edades escolares. ¿Cuándo cree que se alcanzará la inmunidad de grupo?
—Eso lo lleva la Consejería de Salud, pero por el conocimiento que tenemos el 73% de los alumnos de 12 a 19 años está ya con la doble pauta de vacunación y un 28% tiene una dosis, con lo que en Secundaria tenemos bastante bien cubierta esa faceta. Faltarían ya los que corresponden por edad según van dictando las autoridades.
—¿Qué pasará con los alumnos que se nieguen a vacunarse por decisión propia o de sus tutores legales?
—Eso es imprevisible. Como en el resto de la población, es una irresponsabilidad de las familias, tanto si es una decisión de un adulto como de un niño. Vacunarse es una cuestión de responsabilidad por el bien de todos y la salud de todos.
—Pero no se puede obligar a nadie a vacunarse, tampoco en los colegios.
—Por protección de datos ni siquiera podemos saber quién tiene o no la vacuna mientras no exista una cartilla. Antes en la guardería tenías que llevar la cartilla de vacunación antes de matricular al niño. Mientras no se obligue de alguna forma nadie puede saber si alguien está vacunado o no.
—Lo mismo ocurre con los profesores. ¿Sabe cuántos han decidido no vacunarse?
—No sabemos cuántos han rechazado la vacuna, ciertamente no. Pero ese dato puede ser un poco engañoso porque quizás alguien no quiso hacerlo en su momento, durante la campaña entre los profesores, pero luego lo hizo en su tramo de edad. Es complicado saberlo exactamente porque se trata de una decisión individual.