El reto de reducir el desperdicio alimentario mundial
La Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estimaba que en 2019 se desperdiciaban a nivel mundial el 14% de los alimentos. A nivel europeo la Comisión fijaba este valor en un 20%, y en España solo en los hogares se tiraron a la basura una media de 31 kilos por persona y año.
De acuerdo con un estudio sobre desperdicio alimentario elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) en 2019, en Andalucía, solo el 3,5% de los hogares consideraban que el desperdicio alimentario supone un reto global medioambiental, muy por debajo del 5,7% de media nacional.
Pero, además de para los diferentes agentes de la cadena alimentaria, desde el productor al consumidor, combatir el desperdicio moral se debe convertir en un imperativo moral para los poderes públicos.
En este contexto, cada vez se están poniendo en marcha más iniciativas legales a nivel europeo, nacional y también regional, lo que sitúa al sector alimentario en el centro de un importante cambio. Para eso es necesario el desarrollo de alianzas de cadena que potencien esta estrategia, algunas de las cuales ya existen.
Este es el caso de organizaciones como el Foro Interalimentario que, precisamente por tener al consumidor en el centro de su estrategia y estar compuesto por agentes representativos de toda la cadena alimentaria, juega y debe jugar un importante papel.
Con el objetivo de reducir este valor a la mitad antes de 2030, el MAPA está elaborando un anteproyecto de ley sobre desperdicio alimentario, que se prevé sea presentado en Consejo de Ministros antes de final de año. En este sentido es necesario facilitar las donaciones, algo que ya existe y que se gestiona a través de los bancos de alimentos, entre otros canales, pero que debe ser mejorado y diversificado.