«A LA HORA DE HACER CIENCIA VALEN MÁS LOS HECHOS QUE LAS OPINIONES. LA METODOLOGÍA ES UN MECANISMO DE CONTROL»
patrones de composición de moléculas de ARN para las que se necesitan nociones de Química muy básicas, que se interiorizan mientras uno empieza a jugar. Cuando va pasando a los siguientes niveles puede dar nuevas normas. Una vez más, estas reglas pueden tener sentido o no dentro del campo científico, y ahí está precisamente la cuestión. La creatividad que tiene el hombre para poder salirse de su paradigma, de su visión binaria y lógica para seguir intuiciones creativas pueda suponer un resultado aprovechable. Un jugador puede optar por crear un tipo de cadena sólo porque la forma le parece estética, elegante, pero puede producirse entonces una serendipia y, entre los miles de jugadores que están ‘intentándolo’ uno descubre un encadenamiento nuevo», explica entusiasmado Carrubba.
Serendipia
La aportación de esa serendipia puede suponer un «conocimiento determinante para la detección de enfermedades en un contexto tecnológico en que los algoritmos de cálculo todavía son inadecuados», dicen los desarrolladores de este proyecto de la Universidad de Stanford.
En esencia, se trata de una colección de rompecabezas con diferentes grados de dificultad. Este proyecto ha estado este año de plena actualidad, pues participa en la investigación sobre el coronavirus, con el foco puesto en la exploración de la configuración de su ARN, las vacunas posibles, su diagnóstico y las estrategias antivirales que se pueden emplear para combatirlo.
Surge la duda de cómo puede un jugador disfrutar de un desafío en un formato tan específico y vinculado a la comunidad científica, con ese halo de seriedad. «Los juegos que tratan de dar respuesta a partes de la ciencia poco exploradas plantean retos tanto de forma colectiva como individual. Colectiva porque, por ejemplo, dentro de la misma comunidad puede haber un ranking, un posicionamiento del jugador dentro de esta comunidad que, poco a poco, va ganando reconocimiento. Esto es un aliciente para la participación y provoca una satisfacción en el que juega», explica el director de ArsGames. En Eterna se van lanzando pequeños concursos o torneos a los participantes en los que existe un tiempo limitado para que el jugador pase al siguiente nivel y mantenerle ‘enganchado’.
Sin embargo, Carrubba insiste en que «no hay que reducir el juego a la competición. Eso es un gran error. Hay veces que no competimos contra nadie, quizá contra nosotros mismos.