SALA DE MÁQUINAS
DEFENSA DE LOS JUECES
La Justicia española tiene un problema grave de eficiencia y agilidad, debido a la falta histórica de recursos y al lastre de modelos de trabajo obsoletos. El día que la Justicia, como organización, resuelva estas disfunciones gracias a una gestión moderna, provocará un salto competitivo de la economía nacional y una mejora cualitativa de la calidad social. Seguramente, no lo veremos porque los políticos (así, en genérico) nunca han mostrado demasiado interés en que la Justicia funcione bien. Pero lo que no padecen los cinco mil magistrados españoles es un problema reputacional, ni constitucional y son percibidos por la ciudadanía como independientes y profesionales. Pese a lo cual, la izquierda que va del PSOE a Podemos, con la alianza del nacionalismo diverso, lleva unos años desprestigiando una institución que no controlan ni les agrada, por haberse convertido sin pretenderlo en el último muro de contención del sistema legal, frente a la ingeniería ideológica.