Gato blanco, gato ruso
Con Ayuso lanzada y a por todas, la Casa de Correos es la finca de Ambiciones, o Cantora. La presidenta regional quiere dirigir el PP madrileño y Pablo Casado le para los pies. «Hay un calendario, y dos militantes muy cualificados que saben que van a tener mucho peso», dice el presidente del partido. El otro es Almeida, cuyo silencio provisional es una garantía –también provisional– para que Ayuso empiece a echar el freno.
Al portavoz de Putin no le consta contacto alguno entre el círculo de Puigdemont y el Kremlin para dinamizar «los sucesos de Cataluña», dijo ayer en ruso. López Bofill, concejal de Junts y profesor de Teoría del Estado, asignatura en la que se enseña aquello de que «la república no existe, idiota», tiene una idea muy distinta a la de Dimitri Peskov. Incluso ha echado cuentas. Para hacer efectiva la independencia «harán falta 10.000 soldados, sean rusos o catalanes», dice el teórico, metido a práctico y a cabo furriel de una nueva Crimea.