La tía del niño fallecido afirma que los dóberman están en su casa y «no tienen nada que ver»
▶ La policía investiga la versión de testigos sobre la presencia de los canes de la hermana de la madre en la finca
Llegada de la madre al tanatorio de Lucena, ayer, donde se veló al menor atacado mortalmente por un perro
La tía materna del pequeño Dylan, de 5 años, que murió en la madrugada del pasado domingo por las mordeduras de un perro en un cortijo de Lucena confirmó a ABC, a las puertas del tanatorio en la despedida de su sobrino, que ella tiene «dos perros de raza dóberman» pero ambos se encuentran en su casa, y «no han tenido nada que ver» con estos hechos. «¡Que no digan más mentiras!», clamó ayer frente al resto de familiares del pequeño.
Esta mujer joven salía así al paso de las últimas informaciones que apuntan a la investigación de la presencia de dos dóberman ese día en la casa donde se produjo el suceso y a las declaraciones de algunos vecinos que así lo ratificaban poniendo en tela de juicio que el pastor belga malinois del dueño de la finca fuese el autor del brutal ataque.
Con gran entereza, a las puertas
Centro donde se mantiene bajo custodia al perro implicado en el ataque
del tanatorio Bartolessis de Lucena, donde se despidió al pequeño, la hermana de la madre de Dylan y sus familiares vivieron momentos de tensión. Incluso un grupo de jóvenes pidieron que no saliesen informaciones sobre el suceso.
Ese ambiente más tenso en el exterior se volvió desolación dentro del tanatorio donde la madre del niño, muy joven, apenas podía sostenerse en pie sujetada por otros familiares para dar algunos pasos y tomar aire en la puerta. Frente a ella, familiares del padre del menor, de origen colombiano y compatriotas lo arropaban mientras se preguntaban cómo ha podido ocurrir algo así.
El único que parecía dispuesto a hablar con ABC era el abuelo paterno del niño, que finalmente aconsejado por el resto de familiares, desistió de hacer aclaraciones a la prensa.
Investigación judicial
Por su parte, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Lucena 1 se encuentra al frente de la investigación de estos hechos sin que se haya ordenado alguna detención hasta el momento. La causa no se encuentra bajo secreto de sumario y la juez está a la espera de recibir las diligencias policiales y los resultados de la autopsia a practicar en el Instituto de Medicina Legal (IML), según indicaron desde el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
El cortijo lucentino donde vivían como guardeses este matrimonio joven y su único hijo continúa precintado por la Policía Nacional, con dos vehículos aparcados en su interior, y donde todavía se pueden ver los columpios y los juguetes del pequeño Dylan desde la verja.
En esta finca tampoco se encontraban los vecinos que lindaban con este matrimonio y quienes ayudaron a trasladar al menor hasta el centro de salud. Puertas y ventanas estaban cerradas a cal y canto.
Los vecinos de este matrimonio joven aseguraron a ABC que no escucharon nada esa madrugada, ya que se encuentran al otro lado de la carretera. Recordaron que esta pareja joven llevaba en torno a un año en la finca como guardeses, ya que antes residían en ‘los pisos negros’, aludiendo a un bloque con ladrillos oscuros en su fachada que se encuentra próximo a ellos. «Sé que antes vivía ahí Dylan (señalando a un bloque de edificios cercano) porque cada mañana lo recogíamos con el autobús del colegio», recuerda la hija pequeña de la vecina con dolor en su rostro.
Por su parte, desde la Delegación de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Lucena confirmaron a este periódico que en estos momentos esta familia «no ha solicitado ayuda aunque están abiertos a ayudar a cualquiera que lo necesite».
En cuanto al perro que supuestamente atacó al niño sobre las 3.00 horas de la madrugada del domingo, el pastor belga, se encuentra en el Centro de Acogida Canina, a las faldas del Santuario de Lucena, bajo custodia policial y a la espera que se tome una decisión sobre el mismo. El informe de la autopsia confirmó que la muerte del menor se produjo como consecuencia de las heridas producidas por las mordeduras de un perro.
El pequeño fue despedido ayer en un clima de tensión entre los familiares, que evitaron pronunciarse sobre el suceso