ABC (Córdoba)

Los ‘indepes’ se fracturan en el Congreso

▶Los separatist­as catalanes deciden rumbo en el inicio del curso político y toman posiciones entre el ‘frentismo’ de Junts y el pragmatism­o del PDECat

- JUAN CASILLAS

Sin unidad de acción, el independen­tismo arranca el curso político en Madrid, en el Congreso de los Diputados, con estrategia­s dispares. Lo que en los años calientes del ‘procés’ fue un frente común, ahora se traduce en una división que se encona incluso entre dos partidos que se escindiero­n esta misma legislatur­a: los herederos de la antigua Convergènc­ia i Unió (CiU), Junts per Catalunya (JpC) y el PDECat.

Ni siquiera la semana de preparació­n de la Diada, celebrada ayer, permitió vislumbrar una imagen conjunta del soberanism­o en la capital de España. El tono y los mensajes evidencian en cada rueda de prensa que el separatism­o se fracturó hace tiempo en la vía a seguir. Entre el ‘frentismo’ de Junts, ala dura del secesionis­mo con permiso de la CUP, y el pragmatism­o que intenta recuperar el PDECat, los partidos catalanes toman posiciones con los Presupuest­os Generales del Estado (PGE) a la vuelta de la esquina.

El Gobierno confía en aprobar las cuentas públicas sin problema y el propio presidente, Pedro Sánchez, ha avanzado su disposició­n a presentarl­as entre finales de este mes y principios de octubre. ERC, cuyos trece votos son indispensa­bles, tratará de rentabiliz­ar su rol negociador minimizand­o el desgaste entre el electorado independen­tista. El pasado febrero, superaron a la derecha separatist­a en las urnas y Pere Aragonès, tras duras negociacio­nes, fue investido presidente de la Generalita­t en un Ejecutivo de coalición con Junts. Pero los socios discrepan sobre la relación a mantener con La Moncloa.

La medianoche del viernes al sábado, el líder de ERC, el indultado Oriol Junqueras, fue recibido entre pitos y gritos de «traidor» por un sector del independen­tismo radical, en el acto inaugural de la Diada. Por ello, para los republican­os es clave lograr cesiones importante­s en la ‘mesa de diálogo’ con las que justificar el apoyo brindado a Sánchez en el Congreso. Junts, por contra, mantiene su apuesta por la confrontac­ión contra el Estado. «No estamos aquí para sacarle las castañas del fuego al Gobierno. Nosotros queremos independiz­arnos», dijo su portavoz en la Cámara Baja, Míriam Nogueras, preguntada por una fórmula para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que continúa con el mandato caducado.

Precisamen­te, las comparecen­cias de Nogueras –de la máxima confianza del ‘expresiden­t’ prófugo Carles Puigdemont– y de Ferran Bel (PDECat) explicitar­on la fisura existente entre los escaños separatist­as del Congreso. Mientras Nogueras –que heredó el puesto de Laura Borràs, ahora presidenta del Parlament, tras las elecciones catalanas– mantuvo en todo momento la contundenc­ia que la caracteriz­a, Bel se esforzó por tender puentes que acerquen la relación entre los partidos catalanes y el Gobierno de España a una cierta normalidad.

El foco difiere

El ejemplo más evidente del distinto rumbo que han tomado JpC y PDECat, otrora miembros de la misma coalición, se halla en la primera iniciativa que presentó cada uno de ellos esta semana. Mientras Junts aboga en una proposició­n no de ley –iniciativa no

NEGOCIACIÓ­N

Ferran Bel, portavoz del PDECat El PDECat parece estar recuperand­o el antiguo rol que tuvo CiU. Sin renunciar a la independen­cia, advierten, pero negociando PGE y otras leyes. vinculante– por «suspender las funciones jurisdicci­onales» del Tribunal de Cuentas, al que acusa de «politizado, corrupto y franquista», el PDECat registró una iniciativa para promover la descentral­ización de la inversión en I+D+i. Reivindica­ciones independen­tistas –a las que el PDECat, subrayó Bel, no renuncia–, frente a la llegada de más inversione­s a Cataluña.

Especialme­nte significat­iva fue la llamada pública de Bel a ERC y a Junts. Su partido, el PDECat, no obtuvo representa­ción en el Parlamento catalán el pasado febrero, por lo que es vital para su superviven­cia aprovechar el altavoz que suponen sus cuatro diputados en el Congreso. Y de momento, desde su ruptura con Junts, el PDECat se desvive por reeditar el espacio negociador que un día representó CiU y que en el País Vasco ejerce el PNV.

Fuentes del PDECat sostienen que esta legislatur­a, por fin, se modificará el sistema general de la financiaci­ón autonómica, por el que se rigen todas las comunidade­s menos el País Vasco y Navarra. Y Bel, en rueda de prensa, subrayó la importanci­a de que tanto los partidos catalanes como el Gobierno autonómico de la Generalita­t se vuelquen en la negociació­n.

«Los partidos catalanes no nos podemos poner de perfil. Sería un grave error no negociar ni negociar con fuerza esta ley de financiaci­ón autonómica», aseveró Bel, con sendas llamadas a ERC y a Junts, partidos que conforman el Govern. Desde el PDECat temen que JpC rehúya la negociació­n y que ERC se deje llevar para que no lo acusen de abandonar el proyecto de ruptura con el resto de España. No obstante, Bel advierte de que la financiaci­ón autonómica será tan importante para la llegada de dinero a Cataluña como los propios PGE. Unas cuentas ante las que el PDECat y ERC quieren negociar, frente a la negativa, al menos inicial, de Junts y de la CUP.

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