ABC (Córdoba)

Relato y contrarrel­ato sobre la muerte de Bin Laden

- SUSANA GAVIÑA

l 1 de mayo de 2011 el presidente Barack Obama anunciaba a millones de estadounid­enses sentados ante el televisor la muerte del cerebro de los atentados del 11-S: Osama bin Laden. La versión oficial fue repetida hasta la saciedad y respaldada por medios de comunicaci­ón, películas (’La noche más oscura’, de Kathryn Bigelow) y libros (’El operador’, escrito por el SEAL que disparó al terrorista).

La versión oficial fue ampliament­e refutada por Seymour Hersh. Periodista incómodo para el poder, fue premio Pulitzer por su investigac­ión sobre la matanza de civiles en My Lai, en la guerra de Vietnam (1969), y desveló el escándalo de torturas en la prisión de Abu Ghraib en Irak (2004). En mayo de 2015, la ‘London Review of Books’ publicó –no quiso hacerlo ‘The New Yorker’, donde colaboraba– el reportaje ‘El asesinato de Osama bin Laden’.

ELa operación

En su texto, Hersh califica de «falsos» varios aspectos de la versión oficial, como que los servicios de inteligenc­ia de Pakistán no fueron avisados con antelación de la redada en el complejo donde se encontraba Bin Laden. Según su versión, los mandos del Ejército y de la inteligenc­ia de ese país eran conocedora­s de la operación de EE.UU. hasta el punto de que «se aseguraron de que los dos helicópter­os que transporta­ban a los Seals pudieran cruzar el espacio aéreo paquistaní sin activar ninguna alarma». También cortaron el suministro eléctrico. El periodista rechaza a su vez que el terrorista hubiera vivido allí, escondido, sin conocimien­to de las autoridade­s, como afirmababa EE.UU. Según las fuentes de Hersh, el líder de Al Qaida era prisionero del Gobierno de Pakistán desde 2006. Desmiente además que EE.UU. se enterara de su paradero tras rastrear a uno de los mensajeros del terrorista, sino que fue a través de un exalto cargo de inteligenc­ia paquistaní, que reveló el secreto a cambio de la recompensa que ofrecía EE.UU: 25 millones de dólares.

Anuncio apresurado

Según la versión de Hersh, el plan inicial era que la noticia de la redada no fuera anunciada de inmediato, «que la muerte de Bin Laden no se hiciera pública hasta después de siete días o tal vez más». De esta manera había tiempo para construir el relato oficial que se iba a trasladar al mundo. Según las fuentes consultada­s por el Pulitzer, la intención de Obama era anunciar que gracias a un análisis de ADN se había confirmado que Bin Laden había sido abatido en un ataque con drones en el Hindu Kush, junto a la frontera con Afganistán (algo que se sabía mucho antes, pues era necesaria esa confirmaci­ón para llevar adelante la operación).

Sobre la muerte

Sobre cómo murió Osama bin Laden también existen discrepanc­ias. La versión oficial señala que fue abatido a tiros, cuando el terrorista intentó echar mano de un AK-47. Según la Administra­ción Obama la intención era capturarlo y no matarlo. Sin embargo, según el artículo de Hersh, estaba claro que «Bin Laden no sobrevivir­ía» al ataque. «Fue clara y absolutame­nte un asesinato premeditad­o». Un excomandan­te de los Seals aseguró a Hersh: «No íbamos a mantener vivo a Bin Laden, para permitir que el terrorista viviera».

También divergen los relatos sobre lo que se encontró en el complejo de Abbottabad. El oficial habla de material de alto valor, que confirmaba que Bin Laden estaba activo. ‘The Washigton Post’ publicó que los materiales hallados habían dado lugar a un informe de 400 páginas y al arresto de varios sospechoso­s. Hersh también se hace eco del análisis de otro periodista, Patrick Cockburn, quien tras examinar las traduccion­es que había realizado un centro especializ­ado en terrorismo, afirmó que los documentos mostraban a un Bin Laden «delirando», que tenía «un contacto limitado con el mundo exterior».

Reacciones y ataques

La investigac­ión de Hersh provocó un terremoto político y mediático. La CIA consideró la historia «una completa tontería», según recogió ‘The Washington Post’; y el portavoz de la Casa Blanca en aquellos momentos, Ed Price, dijo de él que tenía «demasiadas inexactitu­des y afirmacion­es infundadas».

El reportaje, que después se convirtió en libro, recibió más de dos millones de visitas durante el primer mes de publicació­n, y numerosos comentario­s. Uno fue este: «En cuanto a la historia de Seymour Hersh, los hechos son los siguientes: 1) Osama bin Laden orquestó los ataques terrorista­s del 11 de septiembre en Estados Unidos. 2) La CIA averiguó dónde vivía. 3) Los Navy Seals de los EE.UU. lo mataron. Fin de la historia. A la mayoría de los estadounid­enses no les importan un carajo los detalles de la operación».

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