ABC (Córdoba)

Djokovic y el partido de su vida

▶El serbio, que se enfrenta a Medvedev, persigue su vigesimopr­imer Grand Slam

- JAVIER ANSORENA NUEVA YORK

Después de toda una vida al galope persiguien­do la eternidad, Novak Djokovic tiene hoy en Nueva York el partido de su vida, tan trascenden­tal que puede marcar para siempre la historia del tenis. Es la final del US Open y enfrente está Daniil Medvedev (22 horas, Eurosport), que no es poca cosa, pero al serbio le sobran los alicientes, si bien ese exceso de presión puede resultar una carga. En cualquier caso, he aquí una de las mentes más privilegia­das que ha dado el deporte y que puede convertirs­e, con 21, en el tenista con más Grand Slams de todos los tiempos, superando a dos bestias como Roger Federer y Rafael Nadal. Djokovic lo tiene a tiro.

«Voy a tratar el próximo partido como si fuera el último de mi carrera», dijo Djokovic tras imponerse a Alexander Zverev (4-6, 6-2, 6-4, 4-6 y 6-2) en una semifinal muy complicada, una batalla de cinco sets con intercambi­os de hasta 53 golpes. «Voy a poner mi corazón, mi alma, mi cuerpo y mi cabeza. Estos son los momentos para los que vivimos, el tipo de oportunida­des únicas sobre las que soñamos todos los días», apuntó, el único de los tres colosos que siempre ha admitido, sin tapujos, que lucha por destrozar estadístic­as y acumular más récords que nadie. «Todo merece la pena cuando juegas en este estadio increíble y con este ambiente», añadió sobre la central neoyorquin­a, la más bullanguer­a del circuito y con quien ha tenido sus más y menos. Eso, el amor de la gente, no se consigue con títulos y Djokovic siempre ha generado menos simpatía que Federer o Nadal, una cruz que le afecta más de lo que se pueda imaginar.

En este 2021 portentoso, Djokovic lleva pleno de triunfos en los grandes, campeón en Australia, en París y en Londres. Aterrizó en Nueva York con la herida abierta de los Juegos, un mazazo del que tardó en recuperars­e, pero el hambre por ser único le ha llevado a una nueva final en Flushing Meadows. «Los tres triunfos que he logrado en Australia, Francia y Wimbledon ya forman parte de la historia, ahora queda el que puede hacer que todo el año sea especial, único e histórico. Mi mentalidad no será otra que la de salir a ganar y hacer mi mejor tenis», comenta el balcánico, a solo un triunfo de convertirs­e en el primer hombre, desde Rod Laver en 1969, que completa un Grand Slam al ganar los cuatro trofeos principale­s en una sola temporada. «Lo que hace Nole por este deporte es genial. Nadie pensó que se volvería a repetir lo que consiguió Rod Laver hace muchísimos años», admitió Zverev después de la derrota. «Si miras sus estadístic­as y su estilo de juego, es el mejor jugador de todos los tiempos. No hay nadie como él. Ha sido el tenista con más semanas como número uno del mundo, ha ganado todos los Masters 1.000 en más de una ocasión y probableme­nte acabe como el jugador con más Grand Slams. ¿Cómo compites eso?», zanjó el alemán.

Lo intentará, eso seguro, Daniil Medvedev, confirmado como el mejor de los mortales (tumbó a Felix AugerAlias­sime en semifinale­s) y ante una nueva oportunida­d en un Grand Slam, su tercera final. «Sé que entraría en la historia de este deporte, pero no me importa mucho eso, creo que ese factor le podría generar más presión a él, Por otro lado, Novak suele crecerse cuanto mayor es el desafío así que puede ser un arma de doble filo. Yo solo puedo asegurar que lo daré todo», suelta el ruso, probableme­nte el tenista más regular durante todo el torneo pese a que no genera la misma atracción mediática. Es el último escollo para Djokovic, que juega el partido de su vida en la Arthur Ashe.

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// AFP Djokovic, tras ganar a

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