Tiempo añadido para la revancha
La Justicia celebra la agenda sanchista del reencuentro con el procesamiento por terrorismo de trece miembros de los CDR
«Hay un tiempo para el castigo y un tiempo para la concordia», dijo Pedro Sánchez en el prólogo de la presentación de su agenda del reencuentro, a su vez epílogo de una agenda de la venganza y revancha que los jueces, gente de desencuentro, confunden con el Aranzadi. Para los socios del presidente del Gobierno, con los que hoy se sienta a la mesa de la España desmontable, el reencuentro consiste en otorgar la Medalla de Honor del Parlamento de Cataluña a los represaliados de la Justicia española (sic), con especial mención a los miembros de los CDR a los que la Guardia Civil detuvo en la redada de septiembre de 2019. Manuel García-Castellón se pasa la agenda del reencuentro y el Eclesiastés del que Sánchez sacó la cita de los tiempos alternos por donde amargan las hamburguesas que les ponían en la cárcel de Estremera a Rull y Turull. El magistrado de la Audiencia Nacional procesó ayer por pertenencia a organización terrorista a los trece miembros de los CDR que cayeron en la operación Judas, que es un nombre, también bíblico, como el libro de Salomón que inspira a Sánchez, que sin rimar con ‘botifler’ pertenece al mismo campo semántico de la traición y de las mesas desmontables. Como Junts, García-Castellón tampoco acude hoy a la cumbre en la que Sánchez y Aragonés se reencuentran para dialogar sobre sus respectivas traiciones.