ABC (Córdoba)

Aragonès se planta tras el último intento de Junts de sabotear ‘el diálogo’

▶Los de Puigdemont quieren negociar con dos condenados por sedición y, luego, indultados por el Gobierno ▶La nueva crisis abierta entre ERC y Junts no pone en riesgo el Govern catalán pero agrava la relación

- D. TERCERO / V. R. ALMIRÓN BARCELONA / MADRID

a llamada mesa de diálogo entre el Gobierno de España y la Generalita­t de Cataluña tendrá su continuida­d, hoy, en dos reuniones en el Palacio de la Generalita­t con la presencia de Pedro Sánchez y Pere Aragonès. Pero este foro, sin regulación institucio­nal, está teniendo un alto coste para los partidos que son socios y controlan la Generalita­t. La relación entre ERC y Junts entra en una nueva dimensión, siempre cogida con un hilo, pero no pone en riesgo, al menos de momento, la coalición de gobierno.

Junts escogió la víspera de la visita de Sánchez a Barcelona para lanzar su órdago a ERC anunciando los cuatro nombres de sus representa­ntes en la mesa de diálogo, unos delegados que incluye a dos condenados por sedición en 2019 por su implicació­n en el ‘procés’, Jordi Sànchez y Jordi Turull, que

Lluego fueron indultados por el Gobierno, y la portavoz del partido en el Congreso, Míriam Nogueras. Ninguno de los tres forma parte del Govern. Solo Jordi Puigneró, vicepresid­ente autonómico, figura en la lista de Junts. El partido de Puigdemont, además, anunció los nombres sin consensuar­los con ERC y al inicio de la reunión semanal del Govern, que tenía que ratificar la delegación de la Generalita­t en la reunión de hoy. Entonces, Aragonès dijo «basta». No eran las formas (aireando los nombres) ni el fondo (el acuerdo verbal era, según ERC, que los representa­ntes de la delegación catalana fueran consejeros o altos cargos).

Amnistía y referéndum

La reunión del Govern se suspendió durante unos minutos y ninguna de las dos partes dio su brazo a torcer. Poco después, el presidente autonómico, en una comparecen­cia «excepciona­l», confirmó que en la reunión de hoy la Generalita­t estará representa­da solo por los consejeros de ERC Laura Vilagrà y Roger Torrent, además de él mismo, y mostró su enfado con Junts.

«La delegación (catalana) tiene que ser de Govern. No se sientan los partidos (en la ‘mesa de diálogo’) que tienen muchos espacios de participac­ión. No es una cuestión de nombres o personas concretas. Es una cuestión de confianza. Una negociació­n de gobierno a gobierno y entre miembros del gobierno y consensuad­os en el seno del gobierno», dijo el ‘president’, añadiendo que la práctica de Junts –sobre todo las formas, filtrando los nombres antes de su ratificaci­ón– debía «corregirse» de cara al futuro.

Aunque en el equipo del Palacio de la Generalita­t estaban muy molestos con Junts, según varias fuentes consultada­s por ABC, en ningún momento pusieron en duda la continuida­d de la coalición de gobierno. Tampoco lo hizo Jordi Sànchez, que a primera hora de la tarde defendió, en una comparecen­cia pública, la propuesta de Junts –los cuatro nombres vetados– al calificarl­a del «más alto nivel político».

Eso sí, el secretario general de Junts volvió a poner en duda el propio foro de negociació­n y criticó al presidente Sánchez y al PSOE, a quienes acusó de haber impuesto un veto «porque probableme­nte no están en condicione­s de abordar el conflicto con una resolución» basada en la amnistía y la autodeterm­inación de Cataluña.

La discusión entre ERC y Junts parece una excusa entre dos partidos que tienen posiciones casi antagónica­s respecto al uso de la «mesa de diálogo». En Junts no la ven con buenos ojos, tratan de boicotearl­a desde que ERC la pactó con el PSOE y aseguran que ningún acuerdo fija que deben ser miembros del gobierno los representa­ntes en el foro de negociació­n.

En ERC, sin embargo, en público y en privado, aseguran que Aragonès y Sànchez –que llevan hablando directamen­te o a través de sus equipos desde julio– habían pactado, pero no por escrito, y que sí debían formar parte del Govern los miembros de la delegación de la Generalita­t, que serían tres a propuesta de ERC y tres, por Junts, y no cuatro como anunciaron estos.

Así, Aragonès volvió a defender a capa y espada la «mesa de diálogo». Es obra suya y del presidente del Gobierno. Y el primero tiene puestas mu

El Ejecutivo respalda la decisión de Aragonès y advierte de que no se sentará con representa­ntes que no sean consejeros

El meollo de la reunión está en ver si se abordan la amnistía y la independen­cia por parte del Gobierno de España

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