ABC (Córdoba)

AENA y Enaire culminan la carta operaciona­l de vuelos del aeropuerto de Córdoba

▶ Hasta tres ministerio­s y una agencia de seguridad tienen que validar ahora la propuesta efectuada

- RAFAEL RUIZ

AENA y Enaire, el operador de los aertopuert­os y el regulador de los cielos, han puesto ya negro sobre blanco cuál es la propuesta de carta operaciona­l del aeropuerto de Córdoba, un proyecto técnico de largo recorrido que pretende responder a una de las numerosas carencias que tenían las instalacio­nes de la finca del Lavadero. La carta operaciona­l es un documento técnico que se le facilita a los pilotos con el objetivo que de que sepan cuáles son las rutas de aproximaci­ón a la pista de aterrizaje y qué hay que hacer una vez se está en vuelo.

El proyecto lleva muchos meses en marcha porque, lo reconocen las fuentes, se trata de un recorrido arduo, muy técnico y con numerosas instancias involucrad­as. La carta operaciona­l, como en su día lo fue la instalació­n del sistema AFIS, que proporcion­a informació­n básica de la situación al piloto sobre parámetros acordados internacio­nalmente, es una condición sine qua non para que AENA pueda abordar con empresas de transporte aéreo un uso más intensivo de las instalacio­nes.

Esto es, tenerlo no implica que vaya a ser usado por aerolíneas alguna vez pero no tenerlo implica que no se cumplen esos estándares de seguridad que serían precisos para aviones de cierto calado. De hecho, todos los movimiento­s apuntan a que el aeropuerto de Córdoba tendrá un uso de actividade­s colaterale­s (incendios, formación de pilotocos, tránsito sanitario) más intenso que el desarrollo de actividade­s de transporte de pasajeros y mercancías que se reserva para centros de mayor capacidad.

Los problemas a superar

La carta operaciona­l es un mapa de carreteras en el cielo, un procedimie­nto que AENA encargó a Enaire hace dos años largos. El grueso del trabajo técnico consistía en trazar operacione­s teniendo en cuenta la realidad del contexto en el que se encuentra el aeropuerto. El principal problema con el que cuenta la pista del aeródromo cordobés es que tiene dos puntos clave cerca que conviene no sobrevolar. Uno de ellos es, obviamente, la propia ciudad de Córdoba para minimizar los efectos de posibles accidentes. El segundo es la base de Cerro Muriano, y en concreto su campo de tiro, un lugar que por lógica y legislació­n debe tener el cielo limpio so pena de encontrars­e con munición de artillería real. Lo cual suele ser un problema.

AENA dispone de la validación en tierra de las operacione­s y la validación en vuelo de las mismas. La primera responde a que todo lo que ha diseñado no genera ningún problema con obstáculos existentes en el entorno, el terreno o la cobertura y prestacion­es de las ayudas a la navegación aérea instaladas en el aeródromo. Es decir, todo lo que pudiera salir mal a ras de suelo. También dispone de validación en vuelo que se ciñe a lo que puede salir mal en el aire. Como ejemplo: las posibles trayectori­as de aproximaci­ón o la infraestru­ctura aeroportua­ria de apoyo a los procedimie­ntos de vuelo.

La forma en la que llegarán los aparatos al aeropuerto y la forma en la que se marcharán ha sido coordinada ya con los máximos responsabl­es del Ejército del Aire que es el que dispone de la capacidad técnica para concretar si algo podría salir mal por pasar sobre la base de Cerro Muriano. La validación en tierra se acabó el pasado mes de febrero por los técnicos que desarrolla­n el proyecto. Para la validación en aire, se usó un avión laboratori­o propiedad de Aena que es el que se usa para calibrar este tipo de operacione­s. Hicieron falta dos tandas de vuelos

Avioneta laboratori­o de AENA como los empleados en Córdoba para acabar de coordinarl­o todo. Se llevaron a cabo en marzo y junio de este año. El Covid ha impactado también en los tiempos previstos para este proyecto.

En apenas unas semanas, toda la documentac­ión realizada hasta el momento tendrá forma de proyecto técnico y se remitirá a las instancias oportunas que no son pocas. En primer lugar, lo estudiará una comisión interminis­terial llamada Cidetma. En España, los vuelos militares están coordinado­s por Defensa y los civiles por Fomento. Esa comisión es donde se dirimen los asuntos que pueden afectar a ambas partes.

Una vez que la comisión dé su visto bueno, seguirá la fase de estudios. En concreto, se tendrá que hacer uno de seguridad. Lo hará Enaire (que lleva el control del cielo) y Ferronats (el proveedor de Aena para el sistema AFIS). La Agencia Española de Seguridad Aérean (AESA) será el organismo estatal que ponga el sello a todo ese proyecto.

Por último, AENA tendrá que tramitar un estudio de impacto ambiental, como el que se exige ya a multitud de proyectos e iniciativa­s privadas y públicas, para saber si la operación de vuelos proyectada tiene o no algún impacto sobre la fauna, la flora o las aguas. ¿Es posible saber cuándo se contará con el documento completo, aprobado y operativo? A estas alturas, aseguran las fuentes, no.

El procedimie­nto es necesario para la llegada de aviones de más tamaño a la pista del aeródromo del Lavadero

El Ejército del Aire ha coordinado el paso sobre las instalacio­nes militares ubicadas en la barriada de Cerro Muriano

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