Planificación de las siembras en plena crisis
«El agricultor no debe caer en el desánimo, este sector ha sido siempre complicado pero con una media segura»
Los mercados cerealistas siguen envueltos en un halo de incertidumbre y volatilidad. Ya son varios meses en que se mantienen muy firmes y con precios históricamente altos. La incidencia de la guerra es suprema, y cada noticia sobre el corredor de granos tiene una respuesta inmediata en los mercados de futuro.
Por otra parte, seguimos mirando al cielo, con una situación de sequía muy preocupante que nos retrasa un año más las decisiones de siembra, pero solo podemos rezar y esperar que la situación se encauce.
Estas son las dos principales causas, la guerra y el clima mundial, de que se hayan disparado los precios de todo lo que rodea a la agricultura desde inputs a cosechas. Pero poco, o más bien nada, podemos influenciar en esos dos parámetros, así que analizaremos otros parámetros que rodean la planificación de las siembras.
De cualquier forma, hay que recordar que el precio actual de las cosechas sigue doblando a la media de los últimos diez años. También es verdad que se han incrementado bastante todos los gastos para llevar los cultivos a éxito. Pero lo importante siempre es el margen que dejan las cosechas más allá de los costes.
En los últimos años, lo que más ha importado a los agricultores es la PAC, porque mucho se decía que era lo que quedaba de ganancias de cada hectárea que se sembraba de secano. Pero en esta «nueva era» de precios parece que la PAC debe pasar a un segundo plano porque tiene mala solución, ya que cada vez es más verde, compleja, exigente y con menor presupuesto.
Ahora cobran mucha mayor importancia las decisiones de los cultivos, rotaciones, control de gastos, etc., pero lo más importante pasa a ser la comercialización.
Los incrementos de costes a la hora de la siembra y lograr llevar a los cultivos a éxito estarán alrededor del 50%, sin embargo también se han incrementado bastante los precios de ventas de los productos finales. Por ejemplo, la media de precios de nuestros cultivos históricos está por encima de 100% de la media de la última década. El trigo duro ha pasado de 240 €/tm y ahora está cercano a los 500€/tm.
El girasol supera al trigo duro, la media de los últimos años estaba sobre 350€/tm y lleva tiempo por encima de los 625€/tm en el convencional y de 750€/tm en el alto oleico. Si atendemos a los productos forrajeros (triticales, cebadas, trigos pienso, etc.) pasamos de una media de 170€/tm a estar por encima de 340€/tm.
De hecho, este año, a buen seguro que muchas tierras de regadío volverán a sembrar trigos y girasol, porque los números salen. Lo que tengo claro, es que el agricultor no debe caer en el desánimo por los altos costes y la falta de precipitaciones, este sector ha sido siempre complicado pero con una media segura.