Con el enemigo en casa en el sector de los frutos rojos
Los primeros frutos rojos de la campaña 2022-2023 ya están a la venta. No obstante, se trata de partidas muy reducidas todavía, pues hasta más inmersos en la campaña no se recolectarán las variedades más tempranas con cierto volumen, cuyo destino comercial serán tanto el mercado nacional como internacional.
La provincia de Huelva, principal productora de frutos rojos a nivel nacional, está inmersa en una nueva campaña de fresas, arándanos, frambuesas y moras, y las cooperativas del sector auguramos un desarrollo no falto de complicaciones.
A la cada vez más acuciante necesidad de garantizar mano de obra suficiente para el normal desarrollo de la campaña se añade la incertidumbre por la posible afección de la sequía y por el aumento de los costes de producción. A esto se suma que, año tras año, las producciones de frutos rojos de Huelva encuentran más competencia en los mercados europeos procedentes de productores terceros como Marruecos, Turquía, Perú y Chile. Países que no están obligados a cumplir la estricta normativa que se exige a nuestros agricultores.
Especialmente sangrante es el caso de Marruecos. El incremento desmedido de la producción de frambuesas que el Reino alauita envía a la Unión Europea durante diciembre, enero y febrero impacta directamente en la cotización de la frambuesa de otoño de Huelva en los mercados europeos.
Las consecuencias de este boom productivo marroquí, en donde hasta hace relativamente poco no había frambuesas, son nefastas para la provincia onubense.
Ante esta amenaza, las cooperativas de frutos rojos onubenses nos sentimos indefensas y con la sensación de que tenemos al enemigo dentro de casa. Pues no es razonable que las producciones de países terceros tengan más ventajas en el mercado europeo de las que nosotros, como productores andaluces, españoles y europeos, podemos tener.