El frío hace redoblar la atención a más de 300 personas sin hogar
▶Ayuntamiento y oenegés reparten prendas de abrigo y atienden a quienes duermen sin techo ▶Las camas y habitaciones suelen estar llenas, pero los voluntarios salen a la calle para prestar ayuda
CON la llegada del frío y la lluvia hay quien puede ser más consciente de que en Córdoba hay personas que viven en la calle, sin un techo en que refugiarse de las inclemencias del cielo, pero las asociaciones que velan por ayudarles no entienden de clima. Lo hacen todo el año y en este tiempo sólo tienen que cambiar el tipo de atención para proporcionar prendas de abrigo.
La red Cohabita, que agrupa a entidades públicas y privadas que trabajan en la ayuda a personas sin hogar, ultima en estos días los dispositivos para prestar una ayuda especial, adaptada a las circunstancias, a quienes no tienen otra salida que vivir en las calles. En estos días se realiza el recuento de personas a las que se atienden en esta situación, pero estarán ligeramente por encima de los 300, como ha sucedido en los últimos años. Y no sólo se les presta ayuda en otoño e invierno, como precisaron todos.
Así, fuentes de Cruz Roja, una de las instituciones que más recursos dedica a la atención a estas personas, explicaron que todo el año se ocupan de ellos los miembros de la Unidad de Emergencia Social, que en las noches de todos los martes, jueves y sábados recorren la ciudad para atender a las personas que pernoctan en las calles. La plaza de la Corredera, algunos soportales en el Centro y la zona próxima al hospital de la Cruz Roja son algunos del os lugares en que se les puede encontrar.
Durante todo el año les proporcionan alimentos y se interesan por sus necesidades y estado de salud, pero en este tiempo va haciendo falta también ropa de abrigo y se les proporciona. Lo mismo hace Cáritas Diocesana de Córdoba, que dispone de espacio para alojar a personas que están en esta situación o para atenderlas durante el día.
Se hace en la casa Madre del Redentor, que busca darles un techo para después conseguir que puedan recuperar su lugar en la sociedad. Y, cuando no se les puede dar un techo, también tienen a voluntarios que salen a las calles para prestar la ayuda que necesitan estos ciudadanos.
Lo que une a todas las asociaciones que ayudan a los sin techo es la definición de que son «personas en situación sin hogar». Es decir, se insiste en tratarlo como una circunstancia transitoria, de forma que es necesario trabajar para que los que pasan por ahí puedan tener pronto un hogar y una situación que les permita normalizar en su vida, si es posible.
El Ayuntamiento dispone de la Casa de Acogida situada en Campo Madre de Dios, aunque suele estar llena, con lo que también es necesaria la atención en la calle. Las más de 300 personas que no tienen un techo no solicitan, en muchas ocasiones, la ayuda de los servicios sociales, como pone de manifiesto el Consistorio. Para atenderles está dispuesta la Unidad Social Móvil, que recorre la ciudad en un vehículo con un equipo que componen una educadora social y un integrador social. Suelen llevar mantas, alimentos y bebidas para atenderlos en cada época del año y se coordina con Cruz Roja, Cáritas y todos los que salen a la calle para realizar un trabajo parecido.
La red Cohabita proporciona un servicio coordinado entre la Administración local y las organizaciones
Ropa de abrigo, alimentación e higiene están a disposición de quienes lo necesiten
El perfil suele corresponder a un hombre de más de 45 años que ha pasado por una separación
Necesidades
El cuidado de las personas que no tienen hogar también se hace por la Fundación Prolibertas, que dispone de un amplio dispositivo para atender las necesidades básicas.
Como explicó su director, Eduardo García, por el comedor de los Trinitarios, una institución de larga trayectoria en la ayuda a desfavorecidos en la ciudad, pasan todos los días entre 140 y 150 personas. Los lunes, miércoles y viernes hay además ducha que se ofrece a quienes no tienen otra forma de asearse y todos los días desayunos y salas climatizadas para quienes quieran recuperarse del frío. Chaquetas, mantas y gorros tienen mucha demanda en estas jornadas.
La Fundación Prolibertas también ofrece ayuda en pisos compartidos a quienes quieran salir de su situación y posee un amplio ropero con donaciones en que entregar prendas de
abrigo para mitigar el frío de este tiempo. Trabajan todo el año, pero es en estos días cuando más difunden su trabajo, y lo hacen en dos sentidos: para hacer que la sociedad caiga en la cuenta de que hay personas que están en esta situación y también para que los que necesitan ayuda puedan acudir y tengan acceso a algunas de las atenciones que brindan.
Se les suma Proyecto Hombre, que en los últimos tiempos, y con la reforma que han realizado en el antiguo Sanatorio Municipal de la Huerta de la Reina, también tiene una amplia red para atender a quienes viven en la calle, que tienen un perfil muy concreto: en la mayoría de los casos son varones, con más de 45 años y que han pasado por una separación.