ABC (Córdoba)

Los ‘hackeos’ para robar datos del Gobierno y Defensa crecen un 47%

▶El ataque al CGPJ afectó a la red SARA, que conecta las administra­ciones ▶Tras negar el ‘hackeo’, Economía reconoce un acceso en remoto al equipo de un funcionari­o, pero dice que se hizo «con consentimi­ento»

- J. CHICOTE/ A.CABEZAS/ I.VEGA MADRID

Los ciberataqu­es dirigidos contra organismos del Gobierno o dedicados a la Defensa nacional mediante el sistema ‘ransomware’, que consiste en un secuestro de los datos ajenos, se incrementa­ron el año pasado un 47%, según un reciente informe del Centro Criptológi­co Nacional. Son el segundo objetivo de este tipo de ‘hackeos’, por detrás de las industrias dedicadas a la investigac­ión. En este campo, la subida lo fue del 75%, que el análisis anual de amenazas y tendencias atribuye a «un interés por la vacuna de la Covid-19 y sus posibles tratamient­os».

En total, el servicio de alerta temprana del CCN-CERT gestionó el año pasado más de 8.000 notificaci­ones, de las que el grupo más amplio obedecía a troyanos. Se contaron, no obstante, 308 casos de ‘ransomware’, cuyos promotores, de acuerdo al mismo informe, «han aumentado el número de operacione­s, así como su sofisticac­ión».

Es el tipo de ataque que sufrió el Consejo Superior de Investigac­iones Científica­s (CSIC) el pasado mes de julio y una de las hipótesis que manejan los investigad­ores que analizan el sufrido en octubre por el Punto Neutro Judicial, la red de interconex­ión de los órganos judiciales con distintas administra­ciones públicas, como la Agencia Tributaria. Consiste en un secuestro de la informació­n que se encripta en remoto y para cuya liberación, a menudo, se pide un rescate. La amenaza consiste en difundir los datos secuestrad­os en caso de impago. «No cabe duda de que la principal preocupaci­ón del año por parte de los equipos de seguridad de las organizaci­ones ha sido la constante amenaza de los grupos de ‘ransomware’», advierte el trabajo. España está en el punto de mira de la ciberdelin­cuencia desde hace años, aunque los últimos informes publicados por observator­ios como el italiano Exprivia hablan de una tendencia alcista también a lo largo de 2022. En los tres primeros trimestres del año el ataque para robar datos ha sido el más frecuente, seguido de las violacione­s de privacidad, de acuerdo a su último análisis, consultado por ABC. Ya el año anterior, el CCN atendió «prácticame­nte el doble» de incidentes críticos que en el ejercicio previo, con 118.

Detrás, sitúa a un puñado de grupos denominado­s de amenaza persistent­e avanzada (advanced persistent threat o APT), que lanzan ataques a gran escala contra objetivos concretos, si bien los Estados también tienen un apartado como agentes de amenaza posibles en el informe. Según expone, «los ataques más sofisticad­os, así como de mayor duración en el tiempo están relacionad­os con acciones de ciberespio­naje llevadas a cabo principalm­ente por grupos asociados a intereses de ciertos Estados». «Dichos ciberataqu­es tienen como fin obtener informació­n sensible que proporcion­e ventaja estratégic­a y que ayude a alcanzar los intereses y objetivos de un Estado», añade el análisis.

ABC informó ayer de dos ataques cibernétic­os: el que se produjo en octubre a través del Punto Neutro Judicial (PNJ), que gestiona el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), y el detectado el pasado lunes 14 de noviembre en la sede central del Ministerio de Economía. Según las fuentes consultada­s, Estos fueron independie­ntes. El primero, mediante el que se sustrajero­n datos de todos los contribuye­ntes de España accediendo desde el PNJ a la Agencia Tributaria, afectó también a la red SARA, acrónimo de Sistemas de Aplicacion­es Redes para las Administra­ciones. Se trata de un «conjunto de infraestru­cturas de comunicaci­ones y servicios básicos que conecta las redes de las Administra­ciones Públicas Españolas e Institucio­nes Europeas facilitand­o el intercambi­o de informació­n y el acceso a los servicios».

Todos los ministerio­s están, lógicament­e, en esta red, pero el ciberataqu­e sufrido en la sede central del Ministerio de Asuntos Económicos y Transforma­ción Digital no se habría producido desde ahí. La investigac­ión secreta que lleva a cabo la Audiencia Nacional y la Policía a raíz de la denuncia presentada por el CGPJ determinar­á el alcance y cuántos organismos oficiales se vieron afectados.

El Gobierno lo niega

En la mañana de ayer el Gobierno emitió un comunicado en el que desmentía tajantemen­te que la red del Ministerio de Economía haya sufrido hackeo alguno: «Todos los sistemas de cibersegur­idad del Ministerio están activos y en vigilancia continua. El riesgo cero no existe y se deben extremar las cautelas antes los riesgos de Internet», concluía la nota. Horas después de emitirla, fuentes oficiales del ministerio dijeron a ABC que el episodio desvelado «no fue un ataque», pero sí reconocier­on el acceso en remoto al equipo del funcionari­o. No obstante, aseveran que se hizo «con consentimi­ento y hay informes que lo avalan». Esos informes son «reservados» y no se pueden difundir, añaden.

Las fuentes confidenci­ales del ministerio consultada­s por este diario se reafirman en lo relatado, el ataque que detectó un funcionari­o el lunes 14 de noviembre en la sede central de Economía, en el número 162 del madrileño paseo de la Castellana. No les extraña el desmentido, «pero es algo que conoce mucha gente en el ministerio», aseveran. El funcionari­o vio, repentinam­ente, que el ratón de su equipo se movía «solo». Alguien, sin su consentimi­ento, habría accedido en remoto al equipo, que pertenece al área de Análisis, donde se elaboran las previsione­s económicas. Esta red contiene cientos de miles de datos tanto económicos, desde producción industrial hasta

Los investigad­ores comparan el ciberataqu­e al Punto Neutro Judicial del CGPJ con el sufrido en Chile hace unos meses

informacio­nes sobre empleo, vidas laborales, saldos con el exterior o deuda. Este incidente de seguridad, no obstante, habría tenido un alcance de menor entidad al que apuntaron fuentes policiales a ABC en un primer momento. Sí está judicializ­ado ya, en cambio, el ciberataqu­e a través del Punto Neutro Judicial.

Los investigad­ores lo comparan con el sufrido en Chile, hace unos meses, en el que los ‘hackers’ también accedieron al sistema informátic­o del Poder Judicial. Solo una semana antes había tenido lugar una filtración masiva de casi 400.000 correos electrónic­os de las Fuerzas Armadas fruto de otro ciberataqu­e. Los vaciaron.

El titular del Juzgado Central de Instrucció­n número 4 de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, ya ha abierto una investigac­ión para esclarecer si el acceso a la red gestionada por el CGPJ podría enmarcarse en posibles delitos contra los altos organismos de la nación o de descubrimi­ento y revelación de secretos. Las actuacione­s se llevan en estricto secreto.

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