ABC (Córdoba)

La nave de la misión Artemis I roza la Luna en un vuelo de infarto

Orion pasó a unos 130 km de la superficie lunar en una peligrosa maniobra a ciegas

- JUDITH DE JORGE CADRID

«Esto se ha conseguido sobre los hombros de gigantes de la generación Apolo», afirmaron desde la NASA cuando la misión Artemis I, la prueba sin tripulació­n para que la humanidad regrese a la Luna, conseguía en la mañana de ayer sobrevolar nuestro satélite natural por primera vez. La cápsula Orion, la misma en la que en un futuro viajarán los astronauta­s, pasó a unos 130 kilómetros de la superficie lunar en una maniobra de infarto, sin señal durante más de media hora –como estaba previsto por el bloqueo de la Luna– y con el riesgo de que algo fallara y el artefacto acabara estampado contra el regolito. El objetivo de la aproximaci­ón era aprovechar la gravedad lunar para enviar la nave hacia una órbita distante muy diferente a la de las naves de la era Apolo, en la cual se probarán sus sistemas.

El sobrevuelo motorizado se llevó a cabo cinco días después de que el megacohete de 98 metros de altura Space Launch System (SLS) despegara desde el Centro espacial John F. Kennedy, en Cabo Cañaveral Florida (EE.UU.) con Orion en un extremo.

La maniobra, retransmit­ida en directo por la NASA, tuvo su punto crítico a las 13.44 hora peninsular española, cuando la nave rozó la superficie lunar, a una distancia apenas superior de la que separa Madrid de Ávila y a una velocidad de 8.200 kilómetros por hora. Tan cerca, Orion corría el riesgo de acabar precipitán­dose sobre la Luna, dando al traste con años de trabajo y un presupuest­o descomunal.

Además, la maniobra se hizo a ciegas. El paso de la cápsula por detrás de la Luna bloqueó la comunicaci­ón con la Tierra, de forma que durante 34 minutos nadie conoció qué estaba pasando hasta que la nave volvió a aparecer y la estación terrestre Goldstone (California) reestablec­ió la señal. Estas antenas forman parte de la Red de Espacio Profundo de la NASA junto a las de la localidad madrileña de Robledo de Chavela y las de Camberra (Australia). «Hoy es uno de esos días en los que has pensado durante mucho tiempo. Hemos puesto un vehículo alrededor de la Luna. Esto cambia las reglas del juego», dijeron con satisfacci­ón desde la NASA.

Una segunda maniobra, programada para el viernes, será necesaria para finalmente insertar a Orion en una lejana órbita retrógrada, llamada así porque gira en sentido contrario al movimiento de la Luna alrededor de la Tierra. Esta trayectori­a estable, en la que permanecer­á una semana, la llevará a unos 92.000 kilómetros de la Luna y a 432.000 de nuestro planeta. Después, volará nuevamente cerca de la Luna y regresará a la Tierra. El 11 de diciembre amerizará en el océano Pacífico frente a la costa california­na.

«Esta órbita es diferente a la realizada durante el programa Apolo, en el que la nave espacial y su tripulació­n orbitaban mucho más cerca de la superficie lunar de una forma más circular», señalaron desde la agencia espacial. «La órbita retrógrada distante es importante porque nos ayuda a aprender cómo funciona una nave en un entorno de espacio profundo», explicaron.

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// NASA Selfie de la nave Orion atravesand­o el espacio

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