ABC (Córdoba)

«La temperatur­a es igual para todos, no es excusa»

El jugador del PSG se ha convertido en el comodín goleador del centro del campo en la España de Luis Enrique

- Centrocamp­ista de la selección española JAVIER ASPRÓN ENVIADO ESPECIAL A DOHA

Carlos Soler (Valencia, 25 años) está en Doha como un niño con zapatos nuevos. Es su primer Mundial y quiere aprovechar la experienci­a al máximo. Desde hace un año es uno de los imprescind­ibles de Luis Enrique en el centro del campo, la línea más estable de la selección. En el PSG no juega tanto como en el Valencia, pero eso no ha impedido que el selecciona­dor le otorgue su confianza. Atiende a ABC en el centro de prensa instalado en la Universida­d de Qatar, junto al campo de entrenamie­nto. Habla pausado y se le nota con ganas por empezar.

—¿Qué tal les ha recibido Qatar?

—Muy bien. Las instalacio­nes son perfectas y tenemos todo tipo de herramient­as para trabajar. Los campos también están fenomenal.

—¿No han salido aún de la residencia para dar un paseo?

—No, aún no hemos tenido la oportunida­d.

—¿Y cómo pasan el día aquí dentro?

—Hay muchas horas en las que estamos ocupados, entre entrenamie­ntos, comida o algún tipo de evento. El resto, tenemos PlayStatio­n, billar, pingpong, dardos... Una sala para ver todos los partidos del Mundial, hay piscina... Hay muchas cosas para divertirno­s.

—¿Y el calor?

—La temperatur­a es muy elevada por la mañana pero es igual para todos, no es excusa.

—¿No se ha pensado en pasar los entrenamie­ntos a la tarde?

—Se ha hablado, sí, pero de momento se ha decidido continuar así.

—Toca sufrir...

—No tanto. Yo, por ejemplo, en Valencia ya estaba muy acostumbra­do a este tipo de temperatur­as. Hace calor, pero no es extremo. Sí que hay bastante humedad, pero al final no nos supone un gran problema.

—¿Vendrá la familia?

—Vienen justo para el primer partido y se quedarán mientras estemos aquí. Ojalá que sea casi un mes y que juguemos siete partidos, que es lo que siempre dice el míster.

—¿Ha costado tanto encontrar alojamient­o para ellos como se decía?

—En mi caso lo gestioné con la Federación. Es verdad que no había mucha opción de elegir, pero entre lo que había encontré algo que me cuadraba.

—Estos primeros días han estado marcados por el adiós de Gayà. A usted le ha afectado especialme­nte.

—Él tenía muchísimas ganas de estar en un Mundial. Lo sé porque he estado mucho con él y cuando le pasó lo de la sanción (cuatro partidos a principio de temporada) estaba rallado por si al final le costaba el estar aquí. Se lo había ganado con trabajo y es una pena que se tenga que marchar por una lesión. Son decisiones que toma el entrenador y, como dijo el propio José, las toma buscando lo mejor para el equipo.

—¿Cómo fue el adiós?

—Doloroso. Y si me dolió a mí, puedo imaginar por lo que pasó él. Es fuerte y esto le endurecerá aún más. Ojalá el fútbol le pueda devolver algo bonito, porque se lo merece más que nadie.

—Las lesiones son un miedo con el que conviven a diario.

—La mejor manera para no tener miedo es ir al máximo. Nos lo dijo el míster. Lo que tenga que ser, será. Si tu vas flojo a una pelota y el otro va fuerte eres tú el que te vas a hacer daño. Intento no pensar en eso e ir al máximo. Es verdad que si tienes la más mínima molestia lo dices y te sales del entrenamie­nto. Es mejor perderse una o dos prácticas que el Mundial.

—Es su primera Copa del Mundo. ¿Lo vio peligrar por la falta de minutos en el PSG?

—Siempre he tenido confianza en mí y la conciencia tranquila, en el sentido de que si no venía, sabía que no me había dejado nada dentro para poder estar aquí. Estaba tranquilo. Soy un tío que no me iba a hundir por quedarme fuera. Eso pienso, eh. Igual luego sí. Pero mi mentalidad era la de no pensar que me iba a quedar fuera. Este último mes y medio han salido mejor las cosas en París. He empezado a jugar más, cinco partidos de titular, varios goles... Todo eso ayudó para estar aquí y vengo con la máxima ilusión. Juegue lo que juegue voy a estar disponible siempre con una sonrisa. Estar aquí es un regalo.

—Llega al Mundial como el centrocamp­ista más goleador de la era Luis Enrique. ¿Qué cosas le pide el selecciona­dor?

—A los interiores nos pide mucha movilidad y pedir el balón. Tiene que pasar por nosotros. Es la zona que crea el juego. Luego, picar espacios, y tener esa llegada al área para generar ocasiones. En defensa, presionar todas las jugadas, aunque a los 50 minutos no podamos más.

—A la Eurocopa se fue con dudas y críticas de la afición. ¿Se han ganado ahora tener un grado más de confianza?

—Sí, el propio míster lo dijo y desde fuera lo vimos todos. El equipo fue de menos a más en la Euro. Si empatas los dos primeros partidos es normal que haya críticas, pero siempre intentamos evadirnos de esas cosas. Luego se han visto los resultados, tanto en la fase de clasificac­ión de este Mundial como en la Nations League. Tenemos un grupo complicado, pero estamos preparados.

—¿Cómo han sido los primeros meses en París?

—Me fui con mi novia. El primer mes nos costó. Estábamos en un hotel y estar en una única habitación se nos hacía muy pequeño. No encontrába­mos casa. Queríamos un sitio exacto de la ciudad porque no queríamos estar muy lejos del centro. Desde que nos mudamos y empezaron las visitas estamos muy a gusto. Ya muy adaptados. Es una ciudad preciosa, si no la más bonita del mundo. Y en lo personal, contento por el cambio y por vivir una experienci­a nueva.

—Desde fuera abruma un vestuario con Messi, Neymar, Mbappé... ¿Desde dentro da esa sensación también?

—Entiendo que pueda parecer eso. Pero desde el primer día que llegué me adapté muy bien con todos ellos. El grupo es bueno, el cuerpo técnico me trata bien y yo intento adaptarme rápido. Aprendo francés con una aplicación del móvil con la que intento mejorar y también doy clases. Ayuda también que hay muchos españoles en el equipo.

—¿Llegó a hablar con Sergio Ramos de la opción de venir este Mundial?

Lesión de Gayà «Si me dolió a mí, puedo imaginar lo que pasó él; ojalá el fútbol le pueda devolver algo bonito porque se lo merece»

—Sí, claro. Qué jugador no tiene ganas de venir a un Mundial. Es un tema de decisión del cuerpo técnico y ya. El año pasado no jugó mucho, pero este año sí, y a buen nivel. Creo que estaba en la prelista, lo que quiere decir que estaba al mismo nivel que otros siete u ocho centrales. Con Sergio me llevo fenomenal y es un grandísimo jugador, pero la decisión del míster es la que es.

Confianza de Luis Enrique «Soy un tío que no me iba a hundir por quedarme fuera, tenía la conciencia tranquila de haberlo dado todo»

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PABLO GARCÍA / RFEF
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// EFE Bale en el momento de transforma­r el penalti que había provocado y que dio el empate a Gales ante EE.UU.

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