La Santa Faz, 40 años en camino
La hermandad celebra una historia que comenzó con una imagen antigua y ahora es parte de la esencia del Martes Santo en la Semana Santa de Córdoba
EL número 40 tiene amplio simbolismo en la Biblia, desde el camino de los israelitas a la tierra prometida al ayuno de Cristo en el desierto, aunque para los aniversarios no es redondo. Son también los años que cumple en 2022 la cofradía de la Santa Faz y sirven para mirar a su historia, que arrancó con mucha sencillez y hoy mira de cerca el estreno del manto bordado de María Santísima de la Trinidad, su Virgen.
La que primero se llamó Hermandad de Penitencia de la Santa Faz de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima del Perdón nació en marzo de 1982, en un momento de renovación de la Semana Santa de Córdoba. Sus primeros cofrades quisieron establecerse en la parroquia de Cristo Rey, al pie del Brillante, pero no tuvieron allí sitio.
Fue Antonio Gómez Aguilar quien les abrió las puertas de la Trinidad y una vez allí consiguieron la aprobación de sus primeras reglas en junio. Su primer titular fue una imagen antigua que restauraron Antonio Rubio y Andrés Valverde. Se bendijo el 30 de enero de 1983 y con ella la cofradía quiso realizar su estación de penitencia, pero no fue fácil.
Fueron años de búsqueda, en los que la hermandad avanzaba y buscaba lo que quería, aunque tuviese que descartar cosas, y en que se hallaría un camino gracias a la renovación continua. Los nazarenos salieron de la iglesia, pero el paso lo hizo, como pasaba en los primeros años, del colegio La Trinidad II, en la calle González López.
El primer hábito era de túnica negra con cubrerrostro y fajín dorados y así llegaron a salir en representación, pero desde su primera estación penitencial adoptaron uno nuevo con cubrerrostro y fajín de raso morado.
La cofradía de la Santa Faz más parecida a la actual se forjó en la década de 1990. Fue, a partir de 1991, una de las primeras en hacer estación de penitencia en la Catedral y poco después renovó, ya con carácter definitivo, su hábito penitencial para adoptar el actual de túnica blanca de cola, cubrerrostro morado y fajín de esparto.
También en 1992 se estrenó el nuevo paso de misterio obra de Manuel Guzmán Bejarano, que se completó los
años siguientes. Se seguían cumpliendo sueños: en 1995 salió por primera vez la Trinidad bajo palio y toda la hermandad lo hizo desde el interior de la iglesia, gracias a que se habilitó la puerta de la calle Lope de Hoces.
Santa Marta
Aquella cofradía era joven y pujante y tenía un taller de bordado que realizó en aplicación el entonces nuevo palio, con diseño de Fray Ricardo de Córdoba sobre terciopelo morado. Poco después, en el año 2000, se incorporó Santa Marta como cotitular y también al paso de misterio.
Una nueva etapa de renovación llegó a finales de la primera década del siglo XXI y sobre todo en la siguiente. Estrenó entonces el Señor una túnica bordada, se enriqueció el guion con piezas como el nuevo bacalao, el simpecado y el senatus, y comenzó la cofradía a pensar en renovar su paso de
palio. El proyecto de Rafael de Rueda se aprobó en 2013, se retocó en 2017 y se pudo ver en la calle a partir de 2018, con bordados de Jesús Rosado en estilo rocalla y nueva orfebrería de José Manuel Bernet, que seguiría avanzando a partir del año siguiente.
Poco antes, un nuevo sistema había permitido a las imágenes salir por la puerta principal de la Trinidad, la que da a la plaza del mismo nombre.
Con su paso de palio como uno de los más personales de los últimos años, la cofradía aguarda ahora el Martes Santo de 2023 como el momento para estrenar el nuevo manto de la Virgen de la Trinidad, que está realizando Joaquín Salcedo.
De alguna forma culminará un camino que comenzó hace cuarenta años para una cofradía que nunca ha dejado de renovarse: en los últimos años también ha emprendido una reforma para mejorar el paso de misterio.