LAS HELADAS Y LA SEQUÍA ELEVAN LAS INDEMNIZACIONES A MÁS DE 714 MILLONES DE EUROS EN 2022
Director del Área de Producción y Comunicación de Agroseguro
Nos encontramos a poco más de un mes para que =nalice el año 2022 y por sexto año consecutivo nos enfrentamos a una realidad climática muy complicada para el campo, lo que se traduce en un nuevo ejercicio de elevadas indemnizaciones y siniestros, que incluso alcanzan cifras históricas. A 31 de octubre, las indemnizaciones superan los 714 millones de euros, cantidad por la cual, 2022 va a ser el año de mayor siniestralidad en la historia del seguro agrario. Además, esta canti
dad será mayor al =nalizar el año, ya que aún no incluye la valoración de los daños que ha causado la DANA ocurrida a mediados de este mes en la Comunidad Valenciana y los seguros pecuarios continuarán incrementando sus
indemnizaciones hasta el =nal del ejercicio.
Una vez más dejamos atrás un año que cerramos con eventos inéditos y cifras históricas. El más llamativo es la helada ocurrida en los primeros días del mes de abril cuando la borrasca Ciril nos trajo desde el norte de Europa una masa de aire ártico que provocó una caída drástica de las temperaturas –fundamentalmente las nocturnas- en buena parte de la Península. Este fenómeno provocó en solo cinco días daños cuyas indemnizaciones alcanzaron los 240 millones de euros, convirtiéndose así en el peor evento puntual de la historia del seguro agrario.
LA PRODUCCIÓN DE FRUTALES, LA MÁS PERJUDICADA
Más de 240 millones de euros es la cantidad que se estima que este año reciban los fruticultores españoles. Cataluña y Aragón son las regiones que más daños han sufrido en producciones de melocotón, pera, manzana, ciruela o nectarina, con 90,68 y 71,30 millones de euros respectivamente, tras ser el valle del Ebro la principal zona afectada por las heladas de abril. A continuación, Murcia acumula 53,4 millones, debido sobre todo a las tormentas de pedrisco de la primavera y el verano.
También se cumplieron los pronósticos que la meteorología ya nos venía anunciando desde los últimos meses del 2021 sobre la posibilidad de sufrir de nuevo las consecuencias de una sequía grave. Es cierto que, por fortuna, aunque sí hemos tenido importantes daños por sequía, no se ha tratado de un siniestro masivo gracias a las precipitaciones registradas en los meses de febrero y marzo, que aliviaron ligeramente esta presión. Al =nal, este riesgo suma indemnizaciones de más de 125 millones de euros por daños sobre todo en cereales de invierno, pero también en girasol, viñedo, olivar y en algunas hortalizas. Cantidades más parecidas a las alcanzadas por la sequía del 2019 y muy alejadas de las de 2017, con daños masivos en toda la producción de cereal.
Al repasar las grandes cifras del seguro agrario en 2022, los seguros ganaderos se cerrarán de nuevo con indemnizaciones que se extienden por todas las provincias españolas y que, en concreto, alcanzan a día de hoy los 126,1 millones de euros. Cobran, en este punto, especial importancia, las
regiones de la mitad norte peninsular. Galicia registra cifras superiores a los 22 millones de euros, Cataluña se sitúa cerca de los 19 millones, Castilla y León, alcanza 15 millones y Aragón se sitúa en 14,5 millones. Además, los ganaderos de dos regiones uniprovinciales, como son Asturias y Cantabria – importantes productoras–, recibirán cuantías relevantes, que superan los cinco y cuatro millones de euros, respectivamente.
Ante un año como el actual, Agroseguro rea=rma su importante compromiso con el sector agrario, y con la constante mejora de los procesos de evaluación y pago de siniestros. Por ello, ha conseguido reducir el periodo de tiempo que transcurre entre la peritación de los siniestros y el abono de las indemnizaciones correspondientes a los asegurados. Durante el año 2022 se ha pasado de una media de alrededor de 30 días, a tan solo 23 días en el caso de los seguros agrícolas y a 27 para los seguros pecuarios.
AFRONTAR LA COSECHA 2023 CON GARANTÍAS
Los últimos meses del año son fundamentales para cultivos de tanto calado en nuestro país como los herbáceos, el olivar o la uva de vino. Actualmente, estas producciones tienen disponibles las modalidades de otoño para proteger la cosecha 2023 frente a los riesgos que más preocupan como puede ser una sequía, una helada o un pedrisco a destiempo.
EL CAMBIO CLIMÁTICO, RESPONSABLE DE LAS ELEVADAS INDEMNIZACIONES
La realidad climática vivida durante 2022 no es algo puntual o una situación esporádica que ocurra de vez en cuando, sino que es una tendencia constatable de los últimos años que también queda re Esta situación climática nos está afectando y debemos reaccionar, ya que España es una región muy vulnerable ante el aumento progresivo de la temperatura, y nos hace más propensos a sufrir inundaciones cuando llegan las lluvias o a que se produzcan tormentas más intensas, más violentas y con peores consecuencias. Solo tenemos que hacer memoria y repasar los últimos años: graves pedriscos, gotas frías en épocas del año nada habituales, nevadas y heladas históricas, récord de temperaturas altas y de valores mínimos, sin olvidar los períodos prolongados de sequía que hemos sufrido en los últimos años. Por ejemplo, 2021 cerró como el segundo peor de la historia del seguro agrario, con indemnizaciones cercanas a los 708 millones de euros. La borrasca Filomena, intensas heladas –de nuevo-, violentas tormentas de viento, lluvia y pedrisco, así como varias DANAs a partir del mes de agosto, fueron los eventos protagonistas. Pero es que, el año pasado no es el único de los últimos años que ha concluido con cifras de indemnizaciones muy elevadas. En 2018 se superaron los 702 millones de euros debido fundamentalmente a que las tormentas de pedrisco se sucedieron una tras otra sin solución de continuidad, y 2017 pasará a la historia por todo lo contrario, una sequía prolongada que causó daños catastró=cos sobre el cereal de invierno. En total cerca de 700 millones en indemnizaciones. Esta inestabilidad se traduce en mucha incertidumbre para los agricultores y ganaderos que nunca saben lo que les va a deparar la meteorología. Y precisamente el seguro agrario es esa herramienta que, si bien, no es capaz de frenar el cambio climático, sí está preparada para paliar sus consecuencias sobre las diferentes explotaciones agropecuarias a las que da cobertura.