ABC (Córdoba)

La resaca del cara a cara entre Sánchez y Feijóo eleva la tensión en pleno debate presupuest­ario

▶ERC sigue sin desvelar su voto a los Presupuest­os, que serán aprobados hoy en el Congreso

- V. R. ALMIRÓN / J. CASILLAS MADRID

Los decibelios vuelven a subir en el Congreso. El debate parlamenta­rio se recrudeció ayer con la resaca del cara a cara protagoniz­ado la víspera en el Senado por Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, y la última cesión a Bildu coleando en el hemiciclo. El Gobierno se aseguró anteayer los apoyos necesarios para que la Cámara Baja apruebe hoy los Presupuest­os Generales del Estado (PGE) –tiene atados 175 ‘síes’ y una abstención–, pero eso no redujo tensión el tercer y penúltimo día de discusión presupuest­aria.

El diputado de Teruel Existe, Tomás Guitarte, se descolgó ayer por primera vez de la mayoría de la investidur­a y anunció su voto en contra de los PGE. Pero aunque ERC, único partido que no ha desvelado su posición final, se sumase al ‘no’ a las cuentas, algo improbable, el bloque en contra sumaría 173 votos; dos menos de los que ya tiene amarrados el Ejecutivo.

Tras el debate en el Senado entre Sánchez y Feijóo, el PSOE desplegó ayer la estrategia en la que se siente más cómodo: cuestionar al principal partido de la oposición y a su líder. Durante una comparecen­cia en Castellón, en el marco de la cumbre hispano-rumana, el presidente del Gobierno se refirió al PP como una «oposición negacionis­ta» y acusó a Feijóo de estar pendiente de la prensa conservado­ra.

Fue el colofón a una mañana en la que los socialista­s dispusiero­n sus principale­s portavoces sin más misión que cuestionar la oposición que despliega el PP.

La ministra de Educación y portavoz del PSOE, Pilar Alegría, dijo que al PP «nunca» le ha «interesado ni importado» Cataluña, más que para «generar división». Alegría también destacó, como hizo después Sánchez, que frente a la supuesta «inestabili­dad» del Gobierno se van a aprobar los terceros Presupuest­os consecutiv­os y «en tiempo y forma».

El más duro sin duda fue el portavoz del PSOE en el Congreso, que convocó a la prensa para cargar contra el PP asegurando que «a día de hoy es un partido antisistem­a» porque «no cumple la Constituci­ón, busca el enfrentami­ento, juega al populismo más preocupant­e, no tiene sentido de Estado ni visión de país» y, aquí hizo especial énfasis, «no tiene liderazgo».

López aseveró que el PP se ha instalado «en la barbaridad permanente, en el insulto, en la descalific­ación constante». El portavoz socialista dijo que durante el debate sobre los Presupuest­os se ha oído «de todo», en una estrategia que pretende «llamar también a que aparezca un Trump, un Bolsonaro, una Meloni en España».

«España necesita otra derecha y desgraciad­amente eso no es lo que tenemos en este momento», comentó, y siguió cargando contra un PP «instalado en el insulto, en la descalific­ación, sin aportar absolutame­nte nada que no sea azuzar el enfrentami­ento, perjudicar la convivenci­a y debilitar la imagen de España». El portavoz socialista dio buena muestra de los motivos por los que Sánchez lo eligió en julio: el choque contra el PP desde una autoridad interna y una proyección mediática muy superior a la que tenía su predecesor en el cargo.

En esa búsqueda del choque contra el PP, la pieza más codiciada es la de Feijóo. Los socialista­s se afanan en quebrar su imagen de figura de gestión y perfil moderado que tanto les preocupó cuando el gallego sustituyó a Pablo Casado al frente del PP.

Día de tiranteces

El ambiente estaba caldeado ya ayer en el debate presupuest­ario y excedió en mucho el supuesto intercambi­o técnico entre los ministros que defienden las cuentas de su departamen­to y los grupos parlamenta­rios. El primer exponente fue el cruce de palabras entre Carlos García Adanero, diputado del Grupo Mixto y ex de UPN, y el ministro de Presidenci­a, Félix Bolaños. Pactar con Bildu la retirada de la Guardia Civil de la gestión del tráfico en Navarra, según él, «es política de miserables». Una afirmación contundent­e que le granjeó la ovación de las bancadas de PP, Vox y Ciudadanos. Bolaños subió a la tribuna a responder a García Adanero, en una réplica muy poco habitual en estos debates, y lo acusó de estar «mendigando» un puesto en otro partido.

Pero el punto más conflictiv­o llegó en el debate de la sección defendida por Irene Montero. Con el trasfondo de la polémica con la ley del ‘solo sí es sí’, Vox acusó a la ministra de Igualdad de saber que su ley iba a permitir la rebaja de penas a agresores sexuales. «El único mérito que tiene usted es haber estudiado en profundida­d a Pablo Iglesias», le espetó Carla Toscano a Montero, quien desde su escaño, con la voz temblorosa, tomó la palabra para advertir que las feministas pararán «a los fascistas». Aplauso cerrado de la izquierda.

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