ABC (Córdoba)

Los jardines del Alcázar recobran el esplendor de su traje nocturno

▶El Ayuntamien­to y la empresa Letsgo ponen de largo una cita marcada por el color, las brumas y las sorpresas

- LUIS MIRANDA CÓRDOBA

AL caer la noche, no quedaron los jardines en la calma densa que tienen los monumentos cuando están cerrados y alguna mente fascinada sueña con que aparezcan los espectros de sus grandes protagonis­tas.

Al caer la noche en los jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos hubo algo más que luces, música y movimiento­s, porque sucedió que el lugar cambió como un escenario que se hace habitación, oficina o iglesia según lo quiera la dramaturgi­a.

Desde ahora, las noches del Alcázar de los Reyes Cristianos no son de descanso ni de espera. El alcalde de Córdoba, José María Bellido; la primera teniente de alcalde y delegada de Turismo, Isabel Albás, y el CEO de la empresa Letsgo, Vicente Roig, pulsaron anoche el botón simbólico con el

que se recupera esta iniciativa, que tiene que conseguir que un público amplio de turistas alargue su estancia en la ciudad para disfrutar antes de dormir de una visión insólita del segundo monumento más visitado de Córdoba. La cita se canceló en enero de 2016 y, aunque regresó de manera efímera, desapareci­ó poco después.

Los asistentes, que conformaba­n una amplia representa­ción del mundo político, institucio­nal y social de la ciudad, fueron los primeros en sumergirse en la propuesta ‘Naturaleza encendida. Raíces’, que propone un camino en el que se hacen guiños a las señas de identidad de la ciudad, marcadas casi siempre como Patrimonio de la Humanidad.

La torre del homenaje vigilaba desde su altura con una proyección en constante cambio, como el avance de lo que tenía que llegar.

Y tras detenerse en los efectos sobre la piedra, empezaban los caminos. El primero era ‘Fragancias’, que fundía los Patios y el flamenco en torno a la fuente central. La luz se proyectaba en los árboles recortados y sobre todo en los surtidores de la fuente, donde se habían colocado haces de muchos colores. De vez en cuando los chorros bailaban según la música y los colores dibujaban efectos sorprenden­tes mientras la guitarra, sutil como aquello que de tan imprescind­ible apenas se nota, iba cantando para crear el ambiente adecuado.

Los visitantes continuaba­n luego hacia el sur, en la zona más próxima a la avenida, y allí abundaban los setos con luces amarillas y otra vez los colores llamativos. Había que dejar de mirar la luz de vez en cuando para fijarse en detalles como las flores esculpidas a grandes tamaños que prefigurab­an los patios.

Sugerencia­s

No es una visita de compartime­ntos estancos, aunque tenga un recorrido. Mientras los paseantes caminaban, se adivinaban las zonas que llegarían después entre la bruma de las máquinas de humo y los láser que en cierto momento no eran más que una sugerencia de lo que tenía que venir.

En ‘Pura raza’ el protagonis­ta es el caballo y los torsos iluminados de los animales lo contaban, pero también se escuchaba la respiració­n de los animales en contrapunt­o de la guitarra flamenca. No había que hacer la visita con prisa, sino reparando en todo, como cuando las luces se dirigen al suelo y dibujan una especie de alfombra oriental sobre el albero que deja de serlo en esos momentos.

Terminaban los jardines por el oeste y había que seguir a través de un pasillo de luces y plantas. Por allí la visita tenía por nombre ‘Estratos’ y hablaba de las distintas capas culturales que se han superpuest­o en la historia de Córdoba.

Se hacía luego el paseo mucho más brumoso y había estructura­s de luces que recordaban a las cuerdas de la guitarra, aunque representa­da de una forma muy libre. Era el momento de ‘Guadalquiv­ir’, el homenaje al río sin el que no sería posible la ciudad, y no estaba su curso imparable, sino las fuentes y estanques del Alcázar.

Y de ahí a ‘El sueño del califa’, porque la atmósfera recordaba a la de ‘Las mil y una noches’ por las brumas, los colores y el aire oriental. La propuesta de Letsgo se adapta a todo lo que ofrece el lugar y a su propia naturaleza y a partir de ahí las luces láser, siempre con el clásico juego de chocar contra la superficie del agua, habían terminado de conseguir la seducción del espectador.

El alcalde, José María Bellido, se felicitó ante la recuperaci­ón de esta cita que, dijo, «pone a Córdoba en el lugar que le correspond­e y lo hace con una propuesta que apuesta por el diálogo con el patrimonio».

Cinco áreas, de los patios a los caballos y del Guadalquiv­ir a la Mezquita, recorren el carácter de la ciudad

El alcalde asegura que el montaje «pone a Córdoba en el lugar que le correspond­e» y «dialoga con el patrimonio»

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// VALERIO MERINO Aspecto de los jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos durante el estreno del espectácul­o
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// VALERIO MERINO Luces láser en contraste con el agua de una de las fuentes
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// V. M. Isabel Albás, José María Bellido y los responsabl­es de Letsgo, en el estreno

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