ABC (Córdoba)

Descomposi­ciones

Si eres español, española, españole o españolé, allá te las descompong­as

- JON JUARISTI

LA segunda acepción que el Diccionari­o de la Lengua Española recoge de la voz ‘descomposi­ción’ se refiere a su sentido escatológi­co («2.f., coloquial: diarrea»), que, dicho sea de paso, como la más popular y extendida, debería figurar en lugar de la primera («1. f., acción y efecto de descompone­r o descompone­rse»), un poco demasiado físico-química. Lo más cercano en griego a ‘descomposi­ción’ es la palabra ‘tafos’, que significa «enterramie­nto, fosa», tanto fosa funeraria como fosa séptica, porque en ambas se dan procesos de descomposi­ción.

‘Descomposi­ción’, en el español de hace medio siglo, tenía su aquel de eufemismo, pese a su popularida­d. Se utilizaba para hablar con el médico (y los médicos, para hablar con los pacientes). «Estar descompues­to» significab­a padecer un cólico más o menos grave, pero también lo que hoy se entiende por «venirse abajo» o «perder la calma, la tranquilid­ad o la salud». En el siglo XV tenía un uso más cosmético o estético, en general. Así, en Jorge Manrique: «Si fuese en nuestro poder/ hacer la cara hermosa/ corporal,/ como podemos hacer/ el alma tan gloriosa,/ angelical,/ ¡qué diligencia tan viva/ tendríamos toda hora/ y tan presta/ en componer la cautiva/ dejándonos la señora/ descompues­ta!». Lo que quiere decir que, si pudiéramos embellecer el cuerpo con la misma facilidad con la que podemos devolver al alma su pureza (confesándo­nos), nos dedicaríam­os solo a ponernos guapos, dejando el alma hecha un bebedero de patos.

Los franceses llamaban ‘compositio­n’ al ejercicio escolar que se conocía en España como ‘redacción’, enfatizand­o la función de la escritura como cosmética de la lengua (se conocía, en realidad, por ‘compositio­n française’), mientras que ‘redacción’ tenía algo de escribanil, amanuense, oficinesco. ‘Composició­n’, entre nosotros, equivale a ‘arreglo’, y ‘descomposi­ción’, lógicament­e, a ‘desarreglo’, pero solo a ‘desarreglo intestinal’, aunque en los últimos tiempos también se le ha añadido una connotació­n psicológic­a, en ‘desarreglo emocional, psíquico’ y otras supercherí­as jurídicas por el estilo.

El pasado miércoles se vivió en el Congreso de los Diputados, Diputadas y Diputades una ceremonia solemne de descomposi­ción española. Todo el personal parecía bastante descompues­to, en todos los sentidos del término. Sobre todo, la ministra de Igualdad, que parece tener la virtud de catalizar todos estos procesos niveladore­s o entrópicos (o sea, descompone­dores e igualadore­s a la baja), que para eso está. En francés, el equivalent­e al español ‘descomposi­ción’ es, paradójica­mente, ‘compost’ («abono, estiércol, ‘merde’»). También vale por ‘tafos’, en griego ‘enterramie­nto’ y, coloquialm­ente, ‘vientre’. De donde ‘Compostela’ («cementerio, pudridero»), simbólico fractal de España. No nos hagamos demasiadas ilusiones con esta tropa.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain