Solo uno de cada diez socialistas acepta rebajar la malversación
▶Los votantes de todos los partidos se muestran en contra de la probable reforma, incluidos los independentistas ▶Los electores de PSOE y Podemos tampoco aprueban que Sánchez elimine el delito de sedición
La mayoría de los votantes del PSOE rechazan tanto la eliminación del delito de sedición recién iniciada por el Congreso como la probable rebaja de las penas por malversación. Según la encuesta elaborada por GAD3 para ABC, el 56 por ciento de ellos se oponen a la primera, mientras uno de cada diez repudia la segunda. El sondeo fue realizado entre el pasado lunes 21 de noviembre y el miércoles 23, justo antes de que el Congreso pusiera en marcha el fin de la sedición. En ese momento ya se conocía que el cambio echaría a andar, pero no se sabía si la bancada socialista se mostraría totalmente unida, como terminó sucediendo.
La muestra total indica que la mayoría de los encuestados rechazan eliminar el delito de sedición, siendo los votantes de partidos independentistas y nacionalistas los únicos que aceptan esa reforma. Así, la media del sondeo señala que el 65,9 por ciento de los preguntados por GAD3 se oponen a ese cambio, con solo un 16 por ciento que se muestran de acuerdo, un 14,4 por ciento que optan por no contestar y un 3,7 por ciento dicen sentirse indiferentes. Igual que sucede en el caso de los votantes socialistas, el repudio ciudadano es aún más contundente en el caso de la posible reforma de la malversación. En este caso, el 76,8 por ciento de la población sondeada dice rechazar la reforma y solo un 7,5 por ciento aseguran estar de acuerdo en que se lleve adelante. Respecto al resto, un 12,7 por ciento se sitúan en la opción «no sabe o no contesta», en tanto que otro 2,9 por ciento dicen declararse indiferente.
Nacionalistas, único apoyo
El motivo por el que el rechazo ciudadano es mayor hacia esta reforma que hacia la eliminación de la sedición se encuentra en una mejor aceptación de ésta por parte del electorado de izquierdas e independentista.
A la menor oposición ya señalada de los votantes socialistas, se une que un 23 por ciento de ellos dicen ver ese cambio con buenos ojos. En este caso, los que optan por la opción de «no sabe o no contesta» se colocan en el 16 por ciento, mientras un 5 por ciento dicen ser indiferentes. Las cifras son distintas en el electorado de Unidas Podemos que, aunque se inclina hacia rechazar cambios en la sedición, lo hace de forma mucho más dividida. Así, el 44 por ciento de estos votantes muestran su oposición a esta reforma, en tanto que un 38 por ciento aseguran estar de acuerdo. Los que se muestran indiferentes son el 8 por ciento y el 11 por ciento restante prefieren no contestar.
No obstante, y como era de esperar, el fin de la sedición recoge sus mayores dosis de respaldo entre los votantes de ERC, Junts, CUP, PNV, Bildu, BNG y Coalición Canaria. Dentro de este bloque, la mayoría de los electores apo
Los votantes de Unidas Podemos se oponen a tocar la malversación con mayor fuerza (78 por ciento) que los del PSOE (71 por ciento)
El fin de la sedición solo la aprueban aquellos que dieron su voto a los partidos independentistas y nacionalistas
Los planes de Pedro Sánchez y Oriol Junqueras para eliminar la sedición y suavizar la malversación reciben el rechazo generalizado de los encuestados ya la reforma, alcanzando el 61 por ciento del total. Por el contrario, aquellos que la rechazan se quedan en el 31 por ciento, con un 7 por ciento que eluden responder y un 2 por ciento que señalan indiferencia.
Y también sin sorpresas, la mayor censura se encuentra en el bloque liberal conservador. El 90 por ciento de los votantes del PP rechazan la eliminación de la sedición, con solo un 2 por ciento que aseguran estar de acuerdo, un 1 por ciento que dicen sentirse indiferentes y el 7 por ciento restante que no quieren contestar –las mismas cifras que en el caso de la malversación–.
Los números apenas se mueven en el caso de Vox, cuyos electores rechazan esta reforma al 94 por ciento, sin que ninguno esté de acuerdo con ella, con un 6 por ciento de indecisos y un uno por ciento de indiferentes. Por su parte, el 88 por ciento de los votantes de Ciudadanos la repudian, ninguno le muestra apoyo, el 9 por ciento prefieren no contestar y un 4 por ciento se muestran indiferentes.
Malversación, sin respaldo
El análisis de las reacciones que genera la probable reforma de la malversación indica que los votantes de Unidas Podemos la repudian más que los socialistas. Así, un 78 por ciento de los electores morados se oponen a este cambio, un siete por ciento más que en el caso de los electores socialistas.
No obstante, entre los votantes de Podemos también son más los que se muestran conformes con la reforma, un 16 por ciento frente al 10 por ciento de los socialistas. Ello obedece a que suavizar las penas de los malversadores genera mucha menos indecisión entre los electores morados que entre los de su socio: solo un 1 por ciento se declara indiferente y los que optan por el «no sabe o no contesta» se limitan al 5 por ciento, frente al 15 por ciento de socialistas que optan por no contestar.
En cuanto al bloque de la derecha, nueve de cada diez votantes del Partido Popular dicen estar en contra de rebajar las penas a los malversadores, estando solo un 2 por ciento de acuerdo con ello y no queriendo contestar otro 8 por ciento. En el caso de Vox, el rechazo se eleva hasta un 94 por ciento pero se produce un fenómeno similar al del electorado de Unidas Podemos. El nicho de indecisos es menor entre los electores de Santiago Abascal, quedándose en un residual uno por ciento que permite que aquellos que aprueban la reforma de la malversación sea levemente superior, un 3 por ciento. La imagen que ofrecen los votantes de Ciudadanos es similar. El 91 por ciento de ellos se declaran en contra de que Sánchez suavice las penas de la malversación mientras un 4 por ciento se declaran indiferentes y un 6 por ciento optan por no contestar.
Hasta los independentistas
El rechazo generalizado que cosecha esta posible medida no cambia ni siquiera cuando se trata de ciudadanos que dieron su voto a ERC, Junts, CUP, PNV, Bildu, CC y BNG. En este caso, aquellos que dicen estar en desacuerdo alcanzan al 60 por ciento del total. Una cifra inferior a la que arrojan los votantes del resto de partidos, pero aún así claramente mayoritaria. Los que aumentan dentro de este bloque nacionalista-independentista son aquellos que se muestran de acuerdo con rebajar las penas a los malversadores, situándose en el 26 por ciento, mientras que un 11 por ciento optan por la opción «no sabe o no contesta» y un 3 por ciento dice sentirse indiferente.
No obstante, a ambas reformas aún les queda mucho camino por recorrer. La eliminación de la sedición acaba de iniciar su tramitación parlamentaria y aún debe someterse a la fase de enmiendas. Es en esa etapa donde PSOE y ERC barruntan colar la rebaja de las penas a los malversadores. Según cómo se articulen ambos cambios y el alcance final que tengan, el rechazo de la ciudadanía aún podría aumentar.