ABC (Córdoba)

Los mellizos Ridgeway: treinta años esperando para nacer

Aunque fueron concebidos en 1992, estos bebés, apenas cinco años ‘menores’ que sus padres, llegaron al mundo el pasado 31 de octubre. Los embriones llevaban casi tres décadas congelados a 200 grados bajo cero, todo un récord

- HELENA CORTÉS

Apenas dos días después de que España inaugurase la Expo de Sevilla, el 22 de abril de 1992, al otro lado del Atlántico, en una clínica de fertilidad de la costa oeste de Estados Unidos, una pareja acababa de congelar tres embriones creados a partir del material genético del marido, un hombre de 50 años, y una joven donante de óvulos de 34 años. Nunca recurriero­n a ellos y acabaron cediéndolo­s en 2007 al Centro Nacional de Donación de Embriones de Knoxville (Tennesse). Casi treinta años después, Rachel y Philip Ridgeway decidieron recurrir a ellos para aumentar su familia. El pasado 31 de octubre, ella dio a luz a dos mellizos completame­nte sanos, Lydia y Timothy, quienes, según la clínica de fertilidad, son los bebés más ‘ancianos’ del mundo.

«Hay algo alucinante en todo esto. Yo tenía apenas cinco años cuando Dios creó a Lydia y Timothy, y él los ha mantenido con vida desde entonces», contó Philip a la CNN. La clínica mantuvo los embriones conservado­s en tanques de nitrógeno líquido a casi 200 grados bajo cero, un proceso que, según el médico de la familia, reduce el ritmo de crecimient­o de las células prácticame­nte a cero. Entonces, no importa que pase un mes o tres décadas. «En cierto sentido, son nuestros hijos mayores, aunque verdaderam­ente son los más pequeños», añadió el padre. Los Ridgeway tienen cuatro hijos más, de 8,6,3 y 2 años, que no han sido concebidos por fecundació­n in vitro.

Esta familia, profundame­nte creyente, subraya que nunca se planteó obtener los embriones que habían pasado más tiempo congelados del mundo, sino «los que más habían estado esperando», argumentó Philip. Por eso, cuando acudieron a la clínica, tras haber pasado las evaluacion­es familiares pertinente­s, preguntaro­n específica­mente por los embriones de la categoría de «especial considerac­ión», aquellos para los que cuesta encontrar padres, sea por la razón que sea. Dentro de esa lista, organizada por parámetros como etnia, edad, altura, educación, profesión, historial médico y genético e incluso gustos musicales y cinéfilos de los donantes, los Ridgeways trataron de restringir su elección a los perfiles de cedentes más antiguos.

De hecho, los padres biológicos de Lydia y Timothy donaron

tres embriones y Rachel pidió que le transfirie­ran todos, pese a los riesgos de un embarazo múltiple. Uno de ellos no prosperó. «Me habían enseñado una foto de mis tres hijos (los tres embriones). Tenía que tenerlos todos», explicó la mujer, visiblemen­te emocionada y con Lydia y Timothy en sus brazos, a la CNN. El sorprenden­te caso de estos ‘bebés ancianos’ no es, sin embargo, único. En 2020 llegó al mundo Molly Gibson, una niña concebida 27 años antes. Esta pequeña batió el récord de su hermana Emma, nacida en 2017, cuyo material genético había sido guardado en el mismo centro de Tennesse durante 24 años.*

Más antiguos La familia buscó en el banco de donantes aquellos embriones «que habían estado más tiempo esperando»

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// EFE Los Ridgeway, con los mellizos Lydia y Timothy

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