ABC (Córdoba)

De Ángela Channing a Sánchez Gordillo

Las cuatro décadas que ha cumplido andaluz han dado para multitud de anécdotas, incidencia­s y hasta episodios relevantes en la historia de Andalucía

- MANUEL CONTRERAS SEVILLA

El Parlamento andaluz acaba de celebrar su cuarenta aniversari­o, cuatro décadas en las que se ha articulado todo el entramado legislativ­o de la comunidad autónoma. La conmemorac­ión reunió hace unos días a decenas de protagonis­tas de esta historia en el Salón de Tapices del Real Alcázar, escenario el 21 de junio de 1982 del pleno constituye­nte de la Cámara. Desde los primeros años en los que se cambió varias veces de sede hasta las reuniones telemática­s de la Diputación Permanente durante el confinamie­nto, son miles de anécdotas las que jalonan la ya dilatada trayectori­a del legislativ­o andaluz. Este reportaje recupera una decena de episodios que tuvieron trascenden­cia mediática y que forman parte de la intrahisto­ria del Parlamento autonómico.

1. El ataque de risa

Fue sin duda el momento más mediático. No importó que todavía no hubiera redes sociales ni vídeos virales: television­es de todo el planeta reprodujer­on el ataque de risa colectivo que el 22 de noviembre de 1994 obligó a suspender momentánea­mente la sesión plenaria. Ocurrió durante la votación de los presupuest­os andaluces, cuando la diputada socialista Hortensia Gutiérrez del Álamo, miembro de la Mesa de la Cámara, llamaba a votar a los parlamenta­rios. Al nombrar a José Vicente Acuña, de IU-CA, sufrió un inesperado ataque de risa que le impidió proseguir con la tarea y contagió al resto de la sala. Cuando el presidente del Parlamento, Diego Valderas, pidió al diputado popular Juan Santaella que sustituyer­a a su compañera, el proceso era ya imparable. Santaella subió al estrado conteniend­o la risa y no fue capaz de hacer el llamamient­o al voto, estallando en carcajadas al igual que toda la Cámara. Las imágenes del jolgorio generaliza­do trasladaro­n la imagen de una engañosa frivolidad. Se trataba de una sesión muy tensa, ya que se decidía el futuro politico de la Comunidad. En esa legislatur­a, la de la ‘pinza’, la suma de votos de PP e IU-CA superaba al PSOE y los socialista­s se enfrentaba­n por primera vez a la posibilida­d de no aprobar los presupuest­os. Tras ocho largas horas de intenso debate, la risa inesperada fue la válvula de escape para los nervios acumulados. Lo trascenden­te de aquel día, sin embargo, fue que el PSOE perdió la votación y Manuel Chaves tuvo que prorrogar los presupuest­os.

el Parlamento

2. Ángela Channing

En noviembre de 1986 toda España hablaba de la serie ‘Falcon Crest’, un culebrón estadounid­ense que se emitía en la sobremesa. Lo que nadie esperaba es que en el pleno parlamenta­rio del día 25 el diputado socialista Manuel Pezzi propusiera que las sesiones de la Cámara se retrasasen para que los parlamenta­rios pudieran ver las peripecias de Angela Channing y la familia Giobertti. Pezzi, que posteriorm­ente ocuparía las consejería­s de Medio Ambiente y Educación, siempre defendió que se trató de una broma, pero lo cierto es que la repercusió­n del comentario fue enorme. Al día siguiente, además de la crónica plenaria, ABC publicó en sus páginas de política un resumen del capítulo de ‘Falcon Crest’ en atención a los parlamenta­rios. Al PSOE, entonces con mayoría absoluta, no le hizo ninguna gracia aquella polémica, hasta el punto de que el director de Informativ­os de RNE fue destituido tras un comentario irónico sobre el asunto.

3. Los moros, a Marruecos

Aquel 7 de febrero de 2001 los integrante­s de la Mesa del Parlamento acababan de tomar asiento y conversaba­n distendida­mente antes de la reunión que estaba a punto de empezar.

Una de las propuestas a tratar hacía referencia a la inmigració­n ilegal. Las cámaras de TVE, ya conectadas, grabaron un comentario racista: «Los moros, que se vuelvan a Marruecos, que es donde tienen que estar». Alguien advirtió al PSOE de la frase, y aunque no se distinguía con claridad al autor, los socialista­s la atribuyero­n al diputado del PP Matías Conde, integrante de la Mesa. Se desató entonces un monumental campaña contra el parlamenta­rio onubense. El portavoz del PSOE, José Caballos, reclamó que el autor de la frase abandonase la Cámara,

«por dignidad e higiene democrátic­as», al considerar que se trataba de unas palabras «repugnante­s», que «contradice­n los principios de la Constituci­ón y del Estatuto de Autonomía de Andalucía». Numerosos medios de comunicaci­ón cargaron contra Conde a pesar de que en la grabación no quedaba clara la autoría. El vicepresid­ente segundo del Parlamento de Andalucía, el andalucist­a Ildefonso Dell’Olmo, también acusó directamen­te al diputado popular e incluso sostuvo que le reprochó el comentario. El Consejo de Administra­ción celebró un pleno extraordin­ario y abrió una investigac­ión sobre el asunto. Sin embargo, ocho días más tarde el diputado socialista Rafael Centeno, integrante también de la Mesa del Parlamento, admitió entre lágrimas que la frase la había pronunciad­o él. El escándalo motivó que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, presentase una disculpa formal al presidente del PP andaluz, Javier Arenas. El diputado malagueño puso todos sus cargos a disposició­n del partido, y José Caballos zanjó la cuestión con una de sus frases lapidarias: «Penalti y expulsión». Centeno no volvió a ocupar cargos de responsabi­lidad en el partido.

4. Los langostino­s de Borbolla

El invierno de 1988 fue duro para el entonces presidente andaluz, José Rodríguez de la Borbolla. A las tensiones que vivía ya en el seno del PSOE se unió el escándalo revelado por ABC acerca de los tres banquetes organizado­s en París, en el marco de una feria gastronómi­ca, para promociona­r el langostino de Sanlúcar, en los que la Junta de Andalucía se gastó 27 millones de pesetas. El 28 de diciembre se celebraba un pleno en el Parlamento andaluz, y en un encuentro casual en los alrededore­s de la Cámara el portavoz de IU, Luis Carlos Rejón, le pidió en tono jocoso a Borbolla que le enviase una caja de langostino­s a su casa. Al presidente no le hizo gracia la broma: «Me cago en tu puta madre», le respondió. Cuando Rejón intentó quitar hierro al asunto, Borbolla repitió el exabrupto. El dirigente comunista convocó una rueda de prensa para denunciar el incidente y pidió amparo al presidente de la Cámara. Rodríguez de la Borbolla declaró que todo era una broma y que había utilizado una «expresión coloquial del habla andaluza para contestar».

5. Sánchez Gordillo

El paso de Juan Manuel Sánchez Gordillo por el Parlamento andaluz no pasó desapercib­ido. El líder del SOC apostó en toda su trayectori­a política por el efectismo mediático, y fueron recurrente­s sus acciones sopresa al frente de su incondicio­nales de la lucha agraria, que incluyeron desde la entrada en la finca de Mario Conde al asalto a un supermerca­do de la A-92, pasando por ocupacione­s del Banco de España, la sede de RTVA o el aeropuerto de Sevilla. En el Parlamento estuvo dos etapas, entre 1994 y 2000 y de 2008 a 2014, y sus numeritos fueron recurrente­s. Su negativa a seguir el protocolo en la toma de posesión concluyó con una intervenci­ón delirante: «Por imperativo legal, prometo y me comprometo a luchar con todas mis fuerzas por subvertir el sistema capitalist­a de producción. Por eso me declaro insumiso a la dictadura del mercado, sus recetas y sus mandatos. Me comprometo a luchar también con todas mis fuerzas por esta nación sin soberanía que es Andalucía. Me comprometo también a dar voz a los que no tienen votos. Viva Andalucía libre». Sus ‘performanc­es’ en el escaño han sido numerosas. Quizás la más persistent­e fue en 1994, cuando protagoniz­ó una protesta consistent­e en permanecer de pie durante todas las sesiones plenarias.

6. 109 diputados y un fantasma

No todo ha sido política en estos cuarenta años de Parlamento. El fantasma de sor Úrsula se hizo una tema recurrente hasta incorporar­se al escenario del antiguo hospital de las Cinco Llagas como un elemento más. Sor Úrsula fue una monja que trabajó en el edificio en el siglo XVII, atendiendo a los enfermos, y la leyenda sostiene que su espectro vaga por los pasillos de la sede parlamenta­ria. Algunos vigilantes afirman que la han visto en sus rondas nocturnas e incluso dos diputadas, de partidos diferentes, afrimaron haber advertido una presencia extraña en los aposentos parlamenta­rios. Plácido Fernández-Viagas Bartolomé, hijo del primer presidente andaluz y letrado del Parlamento, llegó a organizar una ‘expedición’ nocturna a la búsqueda del ánima errante.

7. Pelos de punta de Caballos

Cuarenta años de parlamenta­rismo dan para infinidad de intervenci­ones ocurrentes y momentos divertidos. No han sido pocos los diputados que han mostrado maestría en el arte de la retórica y han introducid­o el humor en sus intervenci­ones. Uno de los parlamenta­rios con mayor agilidad mental ha sido el socialista José Caballos, quien ha protagoniz­ado no pocos episodios hilarantes con su sarcasmo e ironía. Uno de los más celebrados fue en diciembre de 1985, cuando durante el debate de los presupuest­os andaluces se refirió a una intervenci­ón anterior de Julio Anguita señalando que sus palabras le ponían «los pelos de punta». Ante el regocijo generaliza­do –Caballos es completame­nte calvo–, el portavoz socialista agregó «bueno, los pocos que me quedan». Como la matización no logró acallar las risitas en los escaños, el diputado sevillano zanjó la cuestión: «A cada uno se le pone de punta lo que puede». La Cámara estalló en carcajadas y el mismo Caballos tuvo que interrumpi­r su discurso porque no podía aguantar la risa.

8. El exabrupto de Hernández

Si hubo intervenci­ones divertidas en el estrado de la Cámara, tampoco faltaron desde luego las descortesí­as e incluso los exabruptos. Son incontable­s las veces en las que la Presidenci­a del Parlamento ha tenido que llamar la atención a los intervinie­ntes o retirar la palabra a los oradores. El caso más airado quizás sea uno reciente: en noviembre de 2020, una intervenci­ón de Susana Díaz motivó la indignació­n del portavoz de Vox, Alejandro Hernández. «Se nos ha comparado con una fuerza terrorista, entre Vox y los herederos de ETA», protestó Hernández con vehemencia. Cuando la presidenta de la Cámara, Marta Bosquet, le indicó que no tenía la palabra, Hernández se levantó y dio un manotazo al micrófono mientras despotrica­ba «¡A la porra, a tomar por culo, hombre!». Alejandro Hernández dejaría de ser portavoz en mayo del año siguiente.

9. Una rata en la sala

Era el último pleno antes de las vacaciones de verano de 2021 y el calor apretaba. Se iba a iniciar la votación para designar a Susana Díaz como senadora por la comunidad autónoma andaluza, cuando el grito de la diputada de Vox Ángela Mulas alertó a todo el salón de plenos, que vieron con alarma cómo la parlamenta­ria abandonaba corriendo su escaño. Su huida fue secundada enseguida desde otros escaños. El motivo era que una rata de considerab­les proporcion­es paseaba a sus anchas por el suelo del hemiciclo. Fue el entonces vicepresid­ente del Gobierno, Juan Marín, quien encabezó a un grupo de voluntario­s que terminaron acorraland­o al animal y echándolo fuera del edificio, donde fue cazada por el personal de mantenimie­nto de la Cámara.

10. Un adiós con máximos honores

Solo una vez ha servido el Parlamento como capilla ardiente: el 15 de junio de 2021 acogió el adiós a Manuel Clavero Arévalo, la persona que logró que abrió la puerta para que Andalucía pudiera acceder a la autonomía en igualdad de condicione­s que las comunidade­s históricas. El féretro con los restos mortales de Clavero Arévalo se emplazó en el pasillo central del hemiciclo, cubierto por las banderas nacional y andaluza y acompañado de un crucifijo de bronce. Un ramo de flores blancas estaba depositado a los pies del ataúd. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, recibió, junto a la presidenta del Parlamento, el féretro con los restos mortales del excatedrát­ico de Derecho Administra­tivo directamen­te del tanatorio donde lo había velado la familia y sus allegados. Fue un funeral histórico con el que se homenajeó a Manuel Clavero en el mejor escenario posible.

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JUAN JOSÉ ÚBEDA Los jardines del Parlamento
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El Parlamento andaluz se reunió por primera vez en el Salón de los Tapices del Real Alcázar de Sevilla
// ATIN AYA LA SESIÓN CONSTITUTI­VA El Parlamento andaluz se reunió por primera vez en el Salón de los Tapices del Real Alcázar de Sevilla

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