«Los catalanes no tienen que pagar los platos rotos de un Govern colapsado»
▶El líder de la oposición en Cataluña defiende negociar con ERC y descarta que derogar la sedición vaya a suponer una penalización electoral
Salvador Illa (PSC), ganador de las elecciones catalanas de 2021 y líder de la oposición en el Parlament, recibe a ABC en la sede del partido en Barcelona. Con el independentismo fracturado y en posición de extrema debilidad, y una vez encarrilados los PGE en el Congreso, ERC y PSC han abierto la negociación para pactar los Presupuestos catalanes, un proceso que el resto de partidos constitucionalistas censuran por dar aire al secesionismo, pero que Illa, negando que eso desdibuje su papel como alternativa al Govern, defiende por responsabilidad y como la demostración de que la situación en Cataluña es «mejor» que en 2017.
–¿Asume que la ciudadanía, después de diez años de ‘procés’ catastrófico, no entendiese que de esta negociación el PSC no lograse de ERC una rectificación o giro claro de las políticas independentistas?
–Solo el hecho de que Pere Aragonès se vea forzado a negociar las cuentas con nosotros ya indica el momento por el que pasa Cataluña. Esto en sí mismo ya es revelador de cómo han cambiado las cosas. Dicho esto, quiero dejar claro que no va a ser en ningún caso un Presupuesto de adhesión, sino de negociación. Se va a negociar de igual a igual, acorde con el peso parlamentario que nos otorgaron los ciudadanos, partida a partida, sin las prisas que ahora les han entrado a ERC después de que ya hace meses que el PSC se ofreciese a hablar. Nuestro propósito es que los ciudadanos de Cataluña no paguen los platos rotos de un gobierno que ha colapsado.
–Pactar unos Presupuestos en los que se sigue dedicando dinero a las embajadas o al Diplocat no implica un coste para el PSC?
–El coste que no tienen que pagar los catalanes es el de un gobierno fracasado. Insisto, no tengo ningún interés en rescatar a Aragonès. Siempre hemos defendido la política útil, seria, y la construcción de una alternativa no impide llegar a acuerdos. Nuestro proyecto de país es muy distinto al que tiene Aragonès, si es que tiene alguno. ¿En qué trabajamos? En que estos sean los primeros Presupuestos del reencuentro, un reencuentro generacional, territorial, social y político.
–Pero alguna alguna línea roja habrán fijado...
–Estamos al principio del principio. Queda mucho trabajo por hacer.
–¿Negociar las cuentas no es rescatar a Aragonès? ¿No sería mejor precipitar las elecciones?
–Lo que hacemos es rescatar Cataluña, no al gobierno de Aragonès. Cataluña está mucho mejor que hace cinco años, y mejor que hace uno, y nuestra acción política creo que algo ha tenido que ver con ello. Entiendo la política como un servicio público y lo que nos piden los ciudadanos es centrarnos en aspectos concretos: el coste de la vida, de la energía, cómo gestionamos los fondos europeos, cómo evitamos que 3.000 millones se queden en el cajón, cómo creamos políticas sociales robustas... En esto vamos a estar siempre. Creo que es momento de dar respuesta a los ciudadanos, y Aragonès no lo hace. A partir de ahí, cuando llegue el momento, que los ciudadanos valoren. Sin prisa y sin ansiedades, con respeto, tranquilidad y sosiego.
–Decir que el Govern ha colapsado y negociar un Presupuesto a cambio de nada...
–A cambio de nada, no. Lo que no voy a hacer es anteponer los intereses electorales que pueda tener mi formación política al interés general de los ciudadanos, que es ahora tener Presupuestos.
–¿Eso no es salvar al Govern?
–No, eso es salvar Cataluña. El día después de aprobar las cuentas el Govern seguirá siendo tan débil como ahora.
–Pero con un año de vida más.
–Eso se verá. No tenemos ningún acuerdo con ERC más allá de una negociación que está en el inicio, que veremos cómo acaba y que en todo caso está limitada a las cuentas.
–¿Hasta que punto la aprobación de
los Presupuestos catalanes ha estado ligada a los del Estado?
–A la vista está que no ha sido así. Los PGE han superado la aprobación en el Congreso y aquí estamos al principio del principio.
–Los PGE sí han estado condicionados a la derogación de la sedición.
–Lo que veo es que el gobierno de coalición ha sacado adelante tres PGE, y el último con el apoyo de diez formaciones. En cuanto a la sedición, había un compromiso de reforma del Código Penal teniendo en consideración lo que sucedió en 2017 y poniéndolo en armonía con Europa. Esto es lo que hizo la propuesta del PSOE y Podemos, en la que me siento muy reconocido. Es la línea correcta. Mirar hacia adelante.
–A diferencia de los indultos, que fue una medida específica para los condenados del ‘procés’, ahora se hace una reforma ‘ad hoc’ del Código Penal.
–Sigue existiendo el delito de rebelión, los hechos en cuestión pueden ser tipificados como desórdenes públicos agravados y sigue habiendo instrumentos no penales como el artículo 155 para corregir eventuales reiteraciones de un comportamiento que todo el mundo tiene claro que no trajo nada bueno.
–Si no hubo sedición, ¿qué es lo que pasó en Cataluña en 2017?
–Hubo una vulneración del Estado de Derecho y ha sido corregida con la legislación vigente en ese momento. –Pero si quitamos la sedición del Código Penal, ¿qué es lo que pasó en 2017 desde el punto de vista penal? –Hubo unas conductas delictivas. Y ahora, en base a la Unión Europea, estas
Pasar página
conductas siguen estando tipificadas, pero de forma distinta. No se desprotege al Estado. No estoy de acuerdo con este planteamiento, simplemente se le da una nueva calificación penal.
–¿Pero cuáles son estas calificaciones penales?
–Son los tribunales las que las tienen que aplicar. Y el Congreso está legislándolo. Pero lo cierto es que estas conductas siguen tipificadas.
–¿Pero en qué delito?
–En el delito de desórdenes públicos agravados, por ejemplo.
–¿Lo que pasó el 6 y el 7 de septiembre y el 10 y el 27 de octubre de 2017 fueron desórdenes públicos?
–Si alguien vuelve a repetir conductas de este tipo, la Justicia tendrá que decidir dónde encajan. No es cierto que se despenalice nada, se actualiza el Código Penal y se pone a la altura de la Unión Europea.
–Conceden los indultos, eliminan la sedición, no descartan modificar la malversación... todo esto son pasos que da el Gobierno. ¿Qué pasos ha dado el independentismo?
Después de 2017 «Cataluña está mucho mejor que hace cinco años, y nuestra acción política creo que algo ha tenido que ver con ello»
–El responsable político tiene que tener ideas claras, audacia para llevarlas a cabo y pensar siempre en el interés general. Y esto es lo que está haciendo el Gobierno. Hoy, Cataluña está mucho mejor que hace cinco años. La sociedad catalana quiere pasar página a una década que no ha traído nada bueno. Las medidas que se han tomado y se están proponiendo ayudan en esa dirección. Da igual lo que digan unos u otros. Me
« La sociedad catalana quiere pasar página a una década que no ha traído nada bueno»
importa lo que diga la sociedad catalana y la sociedad española.
–¿Qué garantías tienen de que lo que pasó hace cinco años no vuelva a suceder?
–Si alguien repite una conducta o un planteamiento unilateral que vulnerara el ordenamiento jurídico se vería con el 155 de la Constitución y las conductas tipificadas en el Código Penal. Me parece que a nadie se le va a pasar esto por la cabeza, pero si lo hicieran hay mecanismos y algunos de ellos, desgraciadamente, se tuvieron que usar. Los socialistas estaremos donde estuvimos ya en 2017.
–¿Cree que la eliminación de la sedición puede haber arruinado o puesto en cuestión la imagen de un PSC capaz de aglutinar el voto en contra del independentismo?
–Ni los datos ni la percepción que tengo indican eso. Creo que los ciudadanos valoran la política seria, útil, respetuosa y creíble. Y esto es lo que está haciendo el PSC. Mis compañeros que se presentan en la cita de mayo están muy ilusionados. Eso sí, anteponemos los intereses generales a los intereses de partido.
–Preguntado de otra forma, ¿tiene la sensación de que con la reforma del Código Penal los intereses del PSOE han pasado por delante de la estrategia del PSC?
–No, en absoluto. Lo que se ha hecho es algo compartido, muy hablado, muy reflexionado. Son estrategias coincidentes y están dando un buen resultado.
–¿Qué le parecen las recientes palabras del presidente Javier Lambán?
–Las matizó. Él mismo ha reafirmado su lealtad al proyecto colectivo del PSOE y, específicamente, al secretario general. Me quedo con esto.
–¿Cree que hay que reformar la ‘ley del solo sí es sí’?
–La ley mejora mucho y amplía la protección de las mujeres. Hay que esperar a que el Tribunal Supremo fije jurisprudencia.
–¿Qué le parece el tono político en el Congreso?
–Soy muy partidario de que el lenguaje político sea comedido, respetuoso, y esto no quiere decir que no pueda ser contundente cuando sea necesario, e incluso ingenioso si uno es capaz. No me gusta el lenguaje cargado de agresividad e incluso de violencia verbal. Y mucho menos en la sede de la soberanía nacional o en los parlamentos autonómicos. Venga de donde venga.
–¿No cree que se ha hecho algo mal en la frontera con Melilla y el ministro debería dimitir o asumir responsabilidades políticas?
–No. Hay que lamentar lo que ocurrió y la pérdida de vidas humanas. Hay que reprobar y condenar a los que trafican con la miseria humana, son mafias. Hay que trabajar para intentar evitar que esto ocurra con políticas de la Unión Europea. El ministro Grande-Marlaska ha dado explicaciones y me remito a ellas.