ABC (Córdoba)

Los Patios conservan su esencia, pero sigue pendiente la fundación

▶La reapertura del museo permanente de la calle Trueque, cerrado desde 2019, sigue a la espera ▶La gestión de los accesos mediante los controlado­res y la consolidac­ión de la difusión exterior, entre los logros

- LUIS MIRANDA CÓRDOBA

Nada debía ser igual después de aquel día del que se cumplen hoy diez años. El 6 de diciembre de 2012 la ciudad coleccioni­sta de declaracio­nes de Patrimonio Mundial logró lo que entonces se llamó la triple corona: la Unesco declaró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad la fiesta de los Patios de Córdoba, es decir, la tradición que hacía posible su apertura y su idiosincra­sia. Tenía que ser el comienzo de una nueva etapa, pero muchos de los cambios que se prometiero­n entonces todavía no han llegado. La fiesta ha evoluciona­do en ciertos aspectos, pero tiene todavía retos pendientes.

La fundación

Desde el año 2007, un lustro antes de la declaració­n de la Unesco, se habla en Córdoba de crear una fundación con agentes públicos y privados que de alguna forma apoye a la fiesta y a sus propietari­os. Surgió en el seno de la Asociación Claveles y Gitanillas, que agrupa a los dueños de la mayor parte de los recintos, pero era el Ayuntamien­to de 2007, con Rosa Aguilar como alcaldesa, quien tenía que tomar la iniciativa.

Ninguno de los gobiernos municipale­s que llegaron después, y desde entonces se han dado tres cambios de signo político en las elecciones, ha renegado de la idea, pero tampoco ha salido adelante la fundación que tendría que haber gestionado la fiesta a partir del momento decisivo de tener la declaració­n de la Unesco.

La idea inicial era vincular a Cajasur, todavía una caja de ahorros con su identidad tradiciona­l, y a ETEA, entre otras entidades. La Universida­d Loyola, donde está ahora integrada esta institució­n educativa, ha continuado con sus estudios sobre los patios, pero la fundación que gestione la fiesta todavía no se ha constituid­o.

Los controlado­res

En este tiempo sí se ha resuelto la cuestión del control de acceso de una forma sencilla. En un principio, a partir de 2015, el Ayuntamien­to intentó crear un cuerpo de voluntario­s que estarían dispuestos en la puerta de cada patio para regular la entrada e impedir que hubiera demasiadas personas.

El sistema no terminó de cuajar y poco después se sustituyó por el de controlado­res remunerado­s: el Consistori­o contrata a una empresa que a su vez busca a jóvenes que se hagan cargo de un trabajo por el que reciben su correspond­iente retribució­n. No es un salario demasiado alto, pero la mayoría son estudiante­s, muchos de ellos de turismo, que creen que es una buena experienci­a laboral y lo aceptan.

En los primeros años, hasta 2017, los controlado­res sólo trabajaban a partir del miércoles y hasta el fin de semana, pero poco después se decidió que estuvieran todos los días. Además, tienen un dispositiv­o para contar el número de personas que acceden al interior, con lo que se conocen las visitas exactas y los patios con más éxito. Su labor se convirtió en fundamenta­l sobre todo cuando estaban vigentes las restriccio­nes por el Covid, ya que cada recinto tenía una capacidad mucho menor. La plataforma para sacar entradas no arraigó.

Algunos analistas han creído ver como contrapart­ida que las visitas son menores con este sistema, pero los propietari­os, que son quienes hacen posible la fiesta, están muy satisfecho­s.

Financiaci­ón

La financiaci­ón ha estado siempre en los debates sobre la fiesta, sobre todo cuando, en los primeros años del siglo XXI, el concurso popular vio cómo iba aumentando todos los años la cifra de visitantes y por lo tanto el trabajo para los propietari­os.

Cuando se ha puesto sobre la mesa que se pudiesen cobrar entradas para acceder, son los mismos dueños quienes se han negado con la idea de que la esencia de la fiesta es que todo el mundo pueda entrar de forma

En los últimos años se ha acentuado el proceso por el que las visitas son frecuentes fuera de mayo en distintos formatos

libre. Argumentan quienes defienden la idea tradiciona­l que no son sólo casas bonitas, que puede haber en cualquier parte del mundo, sino también representa­ntes de un cierto estilo de vida y de convivenci­a.

Sí que ha aumentado la dotación de los premios y el dinero que se entrega por la participac­ión y para afrontar los gastos que supone abrir un patio durante todo el año.

Promoción exterior

Cuando llegó la declaració­n de la Unesco hace una década, la fiesta de los Patios de Córdoba ya era multitudin­aria y la que por sí sola atraía a más visitantes del exterior. La temporada alta turística comienza en Semana Santa y se prolonga hasta junio, pero la cita se desarrolla en unos días, a mitad de mayo, en que el único puente

festivo relevante es el de Madrid capital en torno a San Isidro, el día 15. Su difusión es buena, pero en los últimos años se ha hecho más intensa con distintas acciones sobre todo en las grandes ciudades para atraer a visitantes.

La fiesta cuenta con una página web específica que ofrece informació­n sobre la manera de realizar la visita, el Ayuntamien­to ha intensific­ado los recursos y se editan guías por la ciudad para buscar los recintos. Sólo hay una asignatura pendiente.

Los Patios de Córdoba son Fiesta de Interés Turístico Nacional, que no es la máxima declaració­n que puede otorgarse a una cita con tanta repercusió­n. Otras grandes citas, desde San Fermín a la Semana Santa de Sevilla son de Interés Turístico Internacio­nal.

Desestacio­nalización

También sucedía antes, pero ha sucedido que los Patios se han desestacio­nalizado en parte, de forma que se pueden conocer fuera del período de apertura del concurso. La mayor parte del público que acude a verlos lo hace en mayo, cuando abren, pero quien quiera puede conocerlos en otros momentos del año. Es mediante rutas y visitas pagadas en que los que están en la ciudad en otras épocas del año pueden conocer una serie de recintos que están dispuestos a participar en este procedimie­nto.

La iniciativa de los Patios en Navidad, que comienza en diciembre, es otra muestra de que los recintos han dejado de ser una iniciativa de mayo para ser una parte de la identidad cultural de la ciudad en el exterior.

La casa-museo de Trueque

Desde hace años está pendiente el proyecto de tener una casa-museo de los Patios de Córdoba en uno de los recintos fundamenta­les de arquitectu­ra antigua: Trueque, 4. Ganó muchos premios en el certamen cuando fue casa de vecinos y en la primera década del siglo XXI lo compró el Ayuntamien­to, a través de la empresa municipal Vimcorsa, para que funcionase como un patio de permanente apertura en que los visitantes pudiesen conocer no sólo la estética, sino sobre todo la forma de vida que está asociada a ellos y que permite que puedan abrir en mayo. Sería un centro de interpreta­ción. El patio, en muy buen estado de conservaci­ón, se abrió hasta 2019, aunque sin haber desarrolla­do el proyecto original, pero desde entonces, coincidien­do con el cambio en el Gobierno municipal. No había personal específico que pudiese hacerse cargo de la gestión de este recinto.

El Ayuntamien­to anuncio entonces un concurso para encontrar una empresa que se hiciera

cargo de la apertura y de la gestión durante todo el año. No es el único patio que posee la Administra­ción local, que abre también, por ejemplo, el del número 11 de la calle San Juan de Palomares, pero el de Trueque tenía una función didáctica tan marcada que incluso se iban a planear visitas didácticas. No hay fecha para la reapertura del recinto. ▶▶▶

Contra la despoblaci­ón

La tradición y la forma de vida de los Patios de Córdoba no sólo afecta al concurso y al turismo, sino también a la propia evolución de la ciudad. Como sucede en todas las urbes, el Casco Histórico pierde población año tras año y los Patios pueden ser un recurso que ayude a que la población se mantenga en los barrios de San Basilio, San Andrés, San Lorenzo, Santa Marina y San Agustín, que son los que concentran los más importante­s.

Las zonas clásicas de la ciudad presentan una serie de incovenien­tes con respecto a las nuevas y tienen que ver con las mayores dificultad­es para el tránsito de vehículos y la pérdida de ciertos servicios y comercios, en un proceso que se va retroalime­ntando. De hecho los expertos habían alertado de un proceso en el que la falta de relevo generacion­al era el principal nubarrón en el horizonte de la fiesta.

Sin embargo, en los últimos años el modelo de convivenci­a que representa­n es también una oportunida­d para frenar la despoblaci­ón. El propio certamen es un ejemplo, al comprobar cómo hay nuevos propietari­os y familias jóvenes que han adquirido casas y las han abierto como patios, bien por el sistema de la vivienda unifamilia­r o como recintos de vecinos, aunque sean de arquitectu­ra moderna. El de la calle Chaparro, que mantienen todos los propietari­os, es un ejemplo. La duda es si cundirá en el futuro.

Visitas

El número de visitantes a los patios en los últimos años ha seguido una línea con altibajos marcada por el Covid, que impidió que el certamen se celebrase en mayo de 2020 (aunque sí hubo una edición especial en octubre) y que mantuvo restriccio­nes en la primavera siguiente. El Ayuntamien­to ha utilizado tecnología ‘big data’ para obtener la informació­n más precisa, además de drones para el control.

En la última edición, ya sin restriccio­nes, se registraro­n 852.252 visitantes, con una media de más de 65.000 al día. Está todavía lejos de 2019, el año anterior a la pandemia, en que se rozó el millón de personas. La ruta del Alcázar Viejo, la más popular y poblada, concentró más de 225.000 visitas. De todas las personas que accedieron en algún momento a los patios, 312.000 eran visitantes de fuera de la ciudad que confirman el atractivo exterior.

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Sobre estas líneas, preparativ­os en Isabel II, 1. A la izquierda, en San Juan de Palomares, 8, y en Tinte, 9. Debajo, visita de los Reyes en junio de 2020
// VALERIO MERINO TRADICIÓN Y ACONTECIMI­ENTOS Sobre estas líneas, preparativ­os en Isabel II, 1. A la izquierda, en San Juan de Palomares, 8, y en Tinte, 9. Debajo, visita de los Reyes en junio de 2020

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