La banda derecha como amenaza
Walid Regragui tiene claro el sistema de Marruecos. Un 4-3-3 inamovible con la presión muy alta que dificultará la salida de pelota de España. Importancia enorme de los laterales con dos extremos en ataque que suelen caer a áreas centrales para dar libertad a los carrileros.
Defensa
La salida de pelota tiene en Achraf a un protagonista radical, por encima de los centrales. El portero, Bono, hace comenzar la jugada siempre por su banda derecha. Debilidad clara en el lado izquierdo, con Mazraouri a pierna cambiada y que sufre en la conducción. Ahí, España puede tener una gran vía para hacer daño. Los centrales llevan tiempo jugando juntos y son fiables, quizás con debilidad en la defensa de las jugadas aéreas.
Centro del campo
Marruecos es contragolpeador por excelencia y ahí Amrabat (Fiorentina) genera una gran responsabilidad en las transiciones. España deberá cuidar mucho de este mediocentro, líder indiscutible de la pelota. Amallah (Standard) y Ounahi (Angers) son escuderos muy rápidos, aunque menos defensivos. Amrabat se queda solo a veces.
Delantera
Ziyech es el mejor futbolista de Marruecos. Sus arrancadas desde la derecha liberan las subidas de Achraf. Jefe estadístico del equipo: golea (1), pasa al área (17), crea oportunidades (7), conduce (43), recorre (477,6 m) y regatea (9). Tiene características idénticas al mejor Di María. Es un jugador propenso a las tarjetas. El sevillista En-Nesyri es el nueve indiscutible. Boufal ocupa el carril izquierdo del ataque aunque con menor protagonismo que Ziyech en el otro costado. Tendencia clara a salir hacia el centro a pierna cambiada con un buen disparo en largo.
Estrategia
El sistema defensivo más utilizado es el mixto: marcaje al hombre, con dos o tres jugadores en zonas específicas, el palo corto. En ofensiva, usan mucho el saque al primer palo (casi todo lo bota Ziyech) al movimiento de llegada de Saiss, que trata de peinar el balón ante la incorporación a su espalda de quienes entran al remate. En-Nesyri entra al segundo palo ante la posibilidad de que el envío o la peinada salgan largos.