La vicepresidenta argentina, acusada de defraudar mil millones de dólares
G. PIÑEIRA
La condena a Cristina Kirchner del pasado martes por corrupción en la causa Vialidad se vincula con una presunta trama que la Justicia argentina considera que se llevó a cabo durante la presencia en el Gobierno de la actual vicepresidenta para robar dinero al Estado. Según el fiscal de la causa, durante el Gobierno de Cristina Kirchner se defraudó al Estado más de 1.000 millones de dólares, de los cuales los jueces exigen que 300 millones sean decomisados de los condenados cuando la sentencia sea firme.
La actual vicepresidenta habría beneficiado a varios amigos, entre ellos el empresario Lázaro Báez, en el manejo de la obra pública. Su empresa, Austral Construcciones, habría recibido adelantos de dinero que eran mayores a los que se estipulan en la legislación. Báez se encuentra en prisión tras haber sido condenado por el lavado de 55 millones de dólares. Este empresario, que en un inicio era un empleado bancario de la provincia patagónica de Santa Cruz vio fuertemente impulsados sus negocios con la llegada de Néstor Kirchner como gobernador. Y aún más cuando el político argentino llegó a la presidencia. A partir de ese momento sus negocios florecieron y la trama de corruptos aumentó considerablemente.
Además, se acusó a la actual vicepresidenta de pagar sobreprecios, aun en casos en que las obras no llegaron a finalizarse.
Los hijos de la vicepresidenta, Florencia y Máximo Kirchner, líder del movimiento kirchnerista La Cámpora, fueron acusados junto a la su madre en la causa Hotesur-Los Sauces. Si bien los acusados fueron sobreseídos, el mes pasado se pidió que la causa se reabriera. En este caso, la denuncia es por lavado de dinero a través de una empresa hotelera perteneciente a la familia Kirchner. «Nunca tuvieron fines comerciales reales, sino solo ser una pantalla para maniobras de blanqueo», aseguró sobre este asunto el Ministerio Público Fiscal.