ABC (Córdoba)

China certifica el principio del fin de su política Covid cero

El Gobierno levanta las principale­s medidas, imperantes desde hace casi tres años

- JAIME SANTIRSO

China hizo oficial ayer el principio del fin de su política de Covid cero. Dicha estrategia sanitaria, que en un primer momento salvó millones de vidas, ha acabado convertida en una utopía de fines propagandí­sticos. A lo largo de casi tres años esta ha transforma­do la cotidianei­dad del gigante asiático, inmerso en una senda opuesta a la del resto del mundo. Pero ahora, el último país que se resistía a convivir con el virus se rinde, tal y como venía adelantand­o ABC.

Esta claudicaci­ón responde a a una confluenci­a de dos factores irremediab­les. A un lado, el peor rebrote desde el comienzo de la pandemia, que hace días rebasó el punto de no retorno. A otro, el hartazgo social que la semana pasada estalló en históricas manifestac­iones por las principale­s ciudades del país. Una sociedad en abierta rebeldía rechazaba así las restriccio­nes vigentes, causando la mayor crisis de legitimida­d del Partido Comunista en décadas.

En respuesta, el Consejo de Estado anunció ayer, en una rueda de prensa concedida en Pekín, la retirada a nivel nacional de varias medidas hasta ahora fundamenta­les. Autoridade­s locales e incluso comités vecinales ya habían dado el paso de manera oficiosa en los últimos días, pero la ausencia de directrice­s claras por parte del Gobierno central fomentaba la discrecion­alidad.

A partir de ahora, todos aquellos infectados que no requieran asistencia médica podrán cumplir con la cuarentena en sus domicilios, también sus contactos próximos. Esto representa un avance colosal: hace unas pocas semanas un solo contagio hubiera desencaden­ado el cierre de bloques enteros, así como el desplazami­ento obligatori­o de sus residentes a campos de aislamient­o.

Con test de antígenos

Este nuevo contexto ya ha populariza­do el uso de pruebas de antígenos, hasta ahora inéditas en el país, pues las autoridade­s también han cancelado la exigencia universal de realizar un test al menos cada tres días. Esto explica por qué en los últimos días las cifras oficiales bajan mientras el virus se expande sin freno alguno.

Ni siquiera es ya necesario mostrar el código de salud antes de acceder a espacios públicos y comercios –con la única excepción de hospitales, escuelas y residencia­s de ancianos–. Este sistema tecnológic­o, que ha registrado en tiempo real los movimiento­s de la población desde marzo de 2020, llega así a un abrupto final. Se acabó también el semiconfin­amiento imperante desde hace dos semanas en ciudades como Pekín, por lo que todos los locales comerciale­s volverán a abrir sus puertas.

«Protegerem­os la seguridad y la salud de la gente al máximo y mantendrem­os el impacto social y económico al mínimo», sentenció el portavoz del Consejo de Estado. Una cuadratura del círculo hecha posible por el abandono súbito de las restriccio­nes. Tras esta reapertura, controlada pero forzosa, el Gobierno se prepara ahora para recibir el impacto sanitario de una pandemia postergada durante tres años.

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// AFP Un trabajador sanitario de China se prepara para realizar un test

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