El sindicato ha recibido ayudas por más de 30 millones en cinco años
UGT tiene embargadas desde hace un año 49 sedes, inmuebles que el Tribunal de Cuentas (TCu) aceptó como garantía con la que cubrir la fianza que le impuso por las causas del caso ERE que tiene abiertas en esa jurisdicción. En total, las irregularidades en las que el TCu considera que es responsable UGT se han sustanciado en una fianza de 9,75 millones, que el sindicato alegó que solo podía cubrir si se aceptaban esos locales como aval. La otra opción era el embargo de cuentas bancarias, a lo que UGT se opuso, y el TCu aceptó la alternativa del embargo de esos 49 inmuebles para «no impedir gravemente el normal desenvolvimiento de su acción sindical ni comprometer o limitar gravemente su función constitucional y el ejercicio del derecho fundamental de libertad constitucional», según consta en el auto dictado en marzo de este año.
UGT argumentó que una responsabilidad económica de ese calibre comprometería gravemente a la organización. Hacer frente a 10 millones de euros, efectivamente, resulta un revés de órdago. Pero, para calibrarla realmente, es preciso contextualizarla con las cuentas de resultados de un sindicato que acostumbra a dar beneficios, que en el quinquenio 2015-2020 ingresó 30,15 millones de euros por subvenciones y cuyos recursos totales llegan a rondar los 20 millones al año.
Millonarios ingresos públicos
En 2015, año en el que la Guardia Civil entregó al juzgado el informe sobre el fraude masivo en las prejubilaciones de la minería financiadas en la trama andaluza de los ERE, UGT declaró un beneficio neto de 32.550 euros tras ingresar 4,31 millones en subvenciones sindicales y otros 1,19 millones en concepto de programas que le asignaron las administraciones públicas. A eso se sumaron 12,2 millones de euros por cuotas de afiliados y 2,23 millones por «usuarios y recuperación de gastos».
En 2017 el beneficio neto ascendió a 74.479 euros, tras haber recaudado 4,83 millones de euros por subvenciones. Las ayudas públicas ascendieron en 2018 a 5,29 millones de euros, año en el que la cuenta de resultados se cerró con un beneficio neto de 95.104 euros. En 2019, UGT declaró una recaudación por subvenciones de 5,76 millones y un beneficio neto de 32.661 euros. Y en 2020 el capítulo de ingresos por ayudas públicas alcanzó los 5,57 millones de euros. Ese año, la cuenta de resultados del sindicato refleja un superávit de 61.836 euros. Las cuentas de 2021 aún no han sido publicadas por UGT en la sección de transparencia de su página web oficial.
Las subvenciones son una decisiva fuente de ingresos para los sindicatos, especialmente abultada para los mayoritarios. En el caso de UGT, representan exactamente la tercera parte de todos sus ingresos de gestión. En 2020, por ejemplo, declaró unos «ingresos propios de la gestión del sindicato» de 16,49 millones de euros, de los que 5,57 millones fueron subvenciones, 9,01 millones por cuotas de afiliados, 1,84 millones los obtuvo por el cobro a usuarios de servicios prestados por esta organización y apenas 65.400 euros fueron otro tipo de ingresos escasamente representativos en el agregado total.
Pese a lo abultado de sus recursos, UGT cuenta con una gruesa estructura de costes en la que destaca la partida dedicada a pagar las nóminas de quienes están a sueldo del sindicato, plantilla encabezada por sus dirigentes.